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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/01/2025 12:49
Un enorme cometa pasa cerca de la Tierra, vaporizando casi todo el planeta. Sólo unos pocos adolescentes, que estaban dentro de una cabina de proyección de acero, sobreviven; todos los que estaban fuera se convirtieron en polvo. Pero unas pocas personas parcialmente expuestas son ahora horribles zombis sedientos de sangre, y comienzan una caza mortal de los últimos humanos que quedan. Nota anterior: La Noche del Cometa: apocalipsis, glam y chicas malas A mediados de los ochenta, el cine de ciencia ficción se tiró a la pileta con ideas locas: aliens, robots asesinos, adolescentes viajando en el tiempo, y... cometas que borran a la humanidad del mapa. Es ahí donde entra La Noche del Cometa (Night of the Comet, 1984), esa joyita del VHS que combina apocalipsis, zombies y moda ochentosa, todo envuelto en una capa de sarcasmo y synth pop. Esta es, sin duda, la película que ni sabías que necesitabas para tu próximo maratón de cine retro. El día en que el cometa dijo: “chau humanidad” La trama es sencilla pero potente: un cometa pasa cerquita de la Tierra (porque, claro, en los ochenta los cometas eran el evento cósmico de moda) y la mayoría de los humanos terminan convertidos en polvo naranja brillante, como si los hubieran mandado a un spa cósmico de exfoliación extrema. Los que no se convierten en escamas intergalácticas o están muertos son... bueno, zombies mutantes con muy mal carácter y cero sentido de la higiene personal. En este caos sobreviven Regina (Catherine Mary Stewart) y Samantha (Kelli Maroney) , dos hermanas con más onda que un cassette de Duran Duran. Regina, gamer profesional antes de que fuera un término cool y Samantha, experta en moda y frases lapidarias, toman el apocalipsis como si fuera un feriado largo. Entre sobrevivir a los muertos vivos, saquear centros comerciales y esquivar a unos científicos que son como los primos siniestros de los nerds de laboratorio, las chicas nos regalan un viaje de pura diversión, acción y guiños ochenteros. La Noche del Cometa | Dirección: Thom Eberhardt | Guión: Thom Eberhardt | Atlantic Entertainment Group - Film Development Fund Protagonistas en modo kick-ass Si creciste viendo héroes como Arnold Schwarzenegger rompiendo cosas o Sylvester Stallone gruñendo con ametralladoras, La Noche del Cometa te volará la peluca. Aquí las heroínas no son damiselas en apuros esperando que algún tipo musculoso venga al rescate. No, señor. Regina y Samantha están demasiado ocupadas pateando traseros, buscando ropa fabulosa y sobreviviendo como unas auténticas badasses. ¿Y cómo no amarlas? Regina, una gamer nata, demuestra su destreza inicial jugando Tempest, un arcade raro y sofisticado para la época, conocido por sus gráficos vectoriales futuristas y su dificultad frenética. Este no era el típico juego que encontrabas en cualquier salón recreativo; su presencia representaba lo último en tecnología ochentosa, algo exclusivo y adelantado a su tiempo. Regina lo domina con una confianza arrolladora, dejando claro que su habilidad y reflejos no son cosa común. Más tarde, esa misma destreza la vemos aplicada en la vida real, cuando toma un arma y reparte plomo a los zombies como si fuera otro nivel en su arcade personal. Mientras tanto, Samantha equilibra las cosas con su humor sarcástico y su capacidad de mantener el estilo incluso en el fin del mundo. Porque, claro, sobrevivir es importante, pero verse bien mientras lo haces es crucial. ¿Zombies? Meh. Los humanos son peores Como toda buena peli apocalíptica, aquí la verdadera amenaza no son los zombies sino los humanos. Porque si algo nos enseñaron los ochenta, además de que el neón es genial, es que la gente con bata de laboratorio y una sonrisa sospechosa siempre, siempre, tiene planes turbios. Los científicos sobrevivientes en La Noche del Cometa no quieren salvar al mundo; quieren salvarse a ellos mismos, cueste lo que cueste. Y si tienen que usar a otros como conejillos de indias, pues que así sea. Es un golpe maestro de crítica social, entregado con la sutileza de un batazo en la cara. En un mundo donde los valores humanos se han ido al garete, Regina y Samantha son las únicas que realmente entienden lo que significa ser humano: ayudar a los demás, saquear solo lo necesario y recordar siempre que el maquillaje resistente al agua es un esencial del kit de supervivencia. La Noche del Cometa | Dirección: Thom Eberhardt | Guión: Thom Eberhardt | Atlantic Entertainment Group - Film Development Fund Los Ángeles desértico y una vibra ochentosa Lo que más destaca de esta película es cómo Los Ángeles se convierte en un escenario vacío y desolador. Las calles vacías y los centros comerciales abandonados (literalmente el sueño húmedo de cualquier adolescente de los ochenta) son tan impactantes como surrealistas. Y el estilo visual está cargado de colores vibrantes, cortes de cabello imposibles y una banda sonora que grita synthwave en cada compás. Si el apocalipsis realmente fuera como en esta película, estaríamos hablando de un colapso civilizatorio con mucho más glam. ¿Por qué todavía la amamos? Porque no todas las películas postapocalípticas necesitan ser depresivas o pretenciosas. La Noche del Cometa es pura diversión. No intenta ser más de lo que es: una mezcla perfecta de comedia, acción, y ciencia ficción con un corazón enorme. Es como si Saved by the Bell (Salvado por la campana, 1989–1992) se encontrara con Mad Max en pleno apocalipsis zombie, con chicas a la cabeza enfrentando el caos. Además, en un mundo donde el cine de culto está lleno de héroes y clichés masculinos, Regina y Samantha se destacan como un soplo de aire fresco, demostrando que las chicas también pueden salvar el día, con o sin armadura de metal o superpoderes. La Noche del Cometa | Dirección: Thom Eberhardt | Guión: Thom Eberhardt | Atlantic Entertainment Group - Film Development Fund El veredicto final La Noche del Cometa es una carta de amor al cine campy ochentoso, con todo lo que eso implica: humor ácido, personajes carismáticos y un estilo visual que parece una fantasía de un diseñador con fiebre neón. Es una película que no se toma demasiado en serio, y ahí radica su encanto. Así que ya sabes, si estás buscando algo para matar el tiempo entre capítulos de tu anime favorito o mientras decides si volver a jugar Fallout por quinta vez, dale una oportunidad a esta maravilla del cine de culto. Prepárate para reír, sorprenderte, y tararear canciones de los ochenta mientras te preguntas cómo sobrevivirías al apocalipsis. Después de todo, si el fin del mundo llega y no tenemos un shopping vacío para saquear, realmente habremos fracasado como civilización.
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