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Parana » Uno
Fecha: 24/01/2025 21:44
A los 36 años Lucas Márquez cerró su carrera de futbolista. El pibetransitó desde la Liga Paranaense hasta acceder al profesionalismo con Patronato. Lucas Márquez cerró una etapa que inició cuando estaba por cumplir 3 años. Rafa, uno de los referentes de la historia dorada de Patronato, comunicó el final de su carrera como futbolista. A través de las redes sociales el ahora ex defensor oficializó el final de un camino de más de tres décadas. El derrotero comenzó en el Club Palermo. Antes de ingresar a la adolescencia se calzó por primera vez la camiseta de Patronato. Con el Rojinegro escaló desde la Liga Paranaense de Fútbol (LPF) hasta el profesionalismo. También defendió el escudo de Gimnasia de Mendoza, Mitre de Santiago del Estero, Sportivo Desamparados de San Juan, Sportivo Belgrano de San Francisco, Atlético Paraná, Don Bosco, Viale FBC, Cultura, de Crespo, Unión Agrarios Cerrito y Seguí FBC. “Estaba a punto de cumplir 4 años cuando comencé a jugar en Palermo. Tuvimos un torneo en Rafaela el cual no pude jugar porque se olvidaron varios carnets. Me enojé por esa situación. Una familia amiga me invitó a jugar en Patronato. De a poquito fuimos armando la estructura que hoy, al mirar para atrás, digo “que estructura armamos”, revivió Márquez, en diálogo con Ovación. Lucas Marquez.jpg Lucas Márquez inició su contacto con el fútbol en el club Palermo cuando tenía 3 años. Lucas Márquez, firme en su postura —¿Costó tomar la decisión? — Me costó, pero no tanto como podría haber costado después de tantos años de carrera. Lo venía masticando cuando volvía de San Juan. De a poquito fui armando proyectos viendo con qué me iba a encontrar después de dejar de jugar. Esta semana me sentí preparado tanto de la cabeza como en los proyectos. Por eso tomé la decisión y lo hice público, de lo cual no me arrepiento. El martes a la noche mi señora me preguntó si me había arrepentido, y la respuesta fue un no rotundo. No me arrepiento de haber tomado la decisión porqué la venía sufriendo. Ahora a encarar lo que venga con el compromiso que siempre me caracterizó y con las mismas ganas que cuando comencé a jugar. —El duelo comenzaste a elaborarlo en el final de tu carrera. —Lo venía procesando por las lesiones. Había noche que no dormía bien, que me despertaba del dolor. Terminaba de jugar y andaba rengueando con mucho dolor. Ya no lo disfrutaba y me costaba mucho. Al no poder disfrutar fui perdiendo el entusiasmo. De a poquito me fui capacitando. A medida que iba estudiando los profesores me ayudaron. Traté de inspeccionar que es la vida después del fútbol. Le comenté a un par de amigos que me dejó el fútbol que están en la misma situación de querer dejar y no ven que hay vida después del fútbol. Los aliento para que vean que si se puede, donde hay ganas y proyectos se puede encarar de la misma forma como cuando uno encaró en el momento que decidió ser futbolista. —¿Pasaste por momentos en lo que te preguntabas por qué seguías jugando? —Me pasó el año pasado en varias ocasiones. Antes de la práctica y cuando llegaba al lugar de entrenamientos llegué a pensar eso. Era doloroso porque veía el compromiso de varios, pero no el de todos generaba dolor. Ahí me preguntaba que hacía acá, si no lo merecía o lo merecía. Entré en la duda. Eso ayudó a tomar la decisión. Desde la Liga Paranaense al profesionalismo —Exceptuando competencias internacionales pasaste por todos los ámbitos. —Me quedó una cuota pendiente de haber jugado una copa, pero estoy muy conforme y contento con la carrera que logré. El martes hablando con el Negro (Walter) Andrade me decía que tenía que mirar lo que hicimos y que mejoramos la Liga. Hoy no lo veo, pero quizás más adelante observe lo que genera que un pibe pasó de llegar de la Liga Paranaense a estar muy lejos del profesionalismo. Fuimos escalando de a poquito hasta llegar a Primera. Además ver el crecimiento del club también fue parte del proceso que viví. —¿Algún momento que te marcó por lo doloroso? —La forma en que me fui de Patronato. Me dolió mucho porqué después de 18 años de haber estado en el club me comunicaron a través de un llamado telefónico que no iban a renovar. Fue una espina que tuve, que la trabajé solo, sin rencor. Hoy que estoy trabajando en el club siento que no se valoró lo que uno logró, pero después pienso y digo que es lo que yo pretendo y no lo que ellos sinceramente creen. Hoy me dedico a ser feliz con mi familia con mis amigos porque de eso también se trata la vida. —¿Un momento emotivo? —El gol a River. Cuando sucedió salimos de zona de descenso, fue mi primer gol en Primera División, era día de la madre. Muchos condimentos que se pudo festejar otras cositas que hicieron feliz a mucha gente y sobre todo a mi familia. —¿La mayor sorpresa que te dio el deporte? —Encontrarme con hinchas de Patronato en distintos lugares y que te conozcan. Hace poco en Brasil me crucé con un muchacho de San Juan y me reconoció. Esas pequeñas cosas que te marcan es muy lindo porqué demuestra que uno se brindó para un club y la gente recuerda. Una nueva función en Patronato —Ahora estás en un rol de formador, ¿cómo lo llevas? — Este será mi tercer año en las formativas de Patronato y a la vez estoy con el proyecto de escuelitas y clínicas deportivas. Estoy con muchas ganas y garra como siempre hay que encarar los procesos y proyectos. De a poquito vamos metiéndole para dejarle algo a los chicos que vienen a tratar de aprender. —¿Que es el fútbol para vos? —Es todo. Sin querer empecé a estudiar para director técnico. Me gustaba más la preparación física, pero por cuestiones de tiempo, estructura de trabajo y entrenamiento empecé el curso de técnico y de a poquito me encontré con algo que me apasionaba. Ahora me sigo capacitando y de a poquito lo vamos poniendo en práctica.
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