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Parana » El Once Digital
Fecha: 24/01/2025 17:30
Cerraron los testimonios de un juicio que conmueve a Córdoba. Las madres de los recién nacidos fallecidos o afectados en el Hospital Materno Neonatal señalaron a Brenda Agüero, enfermera acusada de cinco homicidios y ocho intentos de homicidio. Aunque sostiene su inocencia, las pruebas en su contra son contundentes. En el marco de la investigación, la fiscalía presentó elementos que la vinculan directamente con los hechos. Agüero habría administrado potasio e insulina a los bebés, causando descompensaciones que derivaron en muertes o graves complicaciones. Registros en su teléfono celular revelan búsquedas inquietantes, como cálculos de dosis de potasio en neonatos y métodos para provocar paros cardíacos en bebés. Estos datos, junto con su presencia constante en los casos investigados, refuerzan la hipótesis de su responsabilidad. La enfermera acusada. El rol del potasio en los crímenes La imputada tenía acceso irrestricto a insumos médicos, como potasio, y es señalada por administrar dosis letales. Según el fiscal Raúl Garzón, su participación se evidencia en la coincidencia de su presencia en los 13 casos ocurridos entre marzo y junio de 2022. Durante las audiencias, familiares de las víctimas describieron cómo los bebés, sanos al nacer, se deterioraban tras interactuar con Agüero, quien los manipulaba para controles o inyecciones. Entre los elementos presentados en su contra, destacan las aplicaciones inusuales de inyecciones en la espalda o muslos, acciones que levantaron sospechas. Testigos también declararon que usaba remeras de manga larga, incluso en días de calor, posiblemente para ocultar jeringas. Brenda Agüero, enfermera acusada de cinco homicidios y ocho intentos de homicidio. Ocho elementos clave en su contra Las pruebas en su celular incluyeron documentos detallados sobre cómo generar paros cardíacos con potasio, además de un PDF sobre el cálculo de dosis letales para neonatos. Llamó la atención de los investigadores que también hubiera búsquedas relacionadas con alteraciones por hipercalcemia e hiperglucemia, y que hubiera leído un libro titulado "El duelo ante la muerte de un recién nacido". Este texto, según su defensa, formaba parte de un curso compartido por una amiga. Otro punto crítico en su contra es el acceso irrestricto que tenía a medicamentos, como el potasio, por su rol de enfermera en el hospital. También se comprobó que aplicaba la mayoría de las inyecciones a los bebés en zonas no habituales, lo que podría haber provocado que los efectos letales se manifestaran posteriormente. El comportamiento de Agüero tampoco pasó desapercibido para sus colegas. Declararon que, cuando ocurrían las muertes, intentaba desviar la atención afirmando que solo intervenía cuando los recién nacidos se descompensaban. Además, desde que la enfermera tomó licencia, no se registraron nuevos casos similares en el hospital, lo que reforzó la hipótesis de su implicancia directa en los crímenes. Aunque las pericias psiquiátricas no han detectado rasgos psicopáticos, la fiscalía considera que su posible motivación pudo ser un intento de sobresalir y conseguir un ascenso dentro del servicio de neonatología. El juicio por jurados continuará esta semana con nuevos testimonios, mientras la fiscalía intenta probar la culpabilidad de Brenda Agüero, quien enfrenta la posibilidad de una condena a cadena perpetua.
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