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» Diario Cordoba
Fecha: 24/01/2025 14:42
Algunos levantan las orejas, otros dan vueltas o saltan nerviosos dentro de su box, la mayoría ladra y alguno se esconde asustado. Los hay con caras agresivas, con la mirada perdida e, incluso, hay otros de los que parece deslizarse un aire de tristeza. Son los perros que hallan su refugio en el Centro de Bienestar Animal que la empresa municipal de Saneamientos de Córdoba, Sadeco tiene en las proximidades de Casillas, el recinto en el que se protege a todos aquellos animales domésticos que carecen de dueño o que su amo ya no puede atender. El objetivo fundamental es darlos en adopción y ofrecerles una vida digna, «una segunda oportunidad», explica la directora del recinto, Elena Jiménez. En el centro hay, en la actualidad, unos doscientos perros, un centenar de gatos, mucho más tranquilos y perezosos que sus vecinos caninos, y una cabra enana (que es una especie de mascota del lugar), y otras dos normales, que no conseguimos ver durante la visita. Entre todos conforman un espacio al que los cuidadores ya no llaman con el nombre despectivo de «perrera» ni con el ostentoso de «residencia canina», por dos motivos, el primero porque no solo hay perros; y el segundo, porque presta servicios por encima del nivel del primer concepto sin llegar a la exquisitez del segundo. Pero, todos los cuidados que se les prestan buscan, como se recoge en el nombre del espacio, que durante su estancia en el mismo tengan el mayor bienestar posible. Los profesionales En el lugar trabajan 4 veterinarios y tres operarios que se encargan de que los animales estén bien alimentados y sanos, para poder ser entregados, llegado el caso, a sus adoptantes en un estado óptimo. A todos ellos hay que sumar el personal de administración y mantenimiento. El recinto cuenta con 200 boxes caninos, con capacidad para uno o dos ejemplares, y tres gateras, con capacidades mucho más amplias. Además, hay zonas de esparcimiento para que los animales salgan de su sitio de reclusión y puedan ejercitarse. Esta expansión se desarrolla en dos versiones. Una, abriendo los boxes hacia los pasillos intermedios para que los canes puedan moverse con mayor amplitud (esta experiencia es nueva y solo se hace en una parte del recinto, pero se irá extendiendo al resto); y la segunda es la que llevan a cabo los voluntarios, que son personas amantes de los animales que acuden al centro para sacar a pasear y darle cuidado (y algún mimo) al perro que ellos prefieren. Un voluntario juega con un perro en la zona de esparcimiento. / CHENCHO MARTÍNEZ Los gatos, por el contrario, disponen de gateras amplias, intercomunicadas, con zonas de sol y sombra para que puedan pasear su ronroneo sin sobresaltos, solo alguno cambia su descanso para curiosear lo que pasa fuera. Los motivos de la recogida Elena Jiménez explica que los motivos de llegada de los animales al recinto son diversos. El principal es la responsabilidad que tiene el Ayuntamiento de recoger de la vía pública los animales callejeros; el otro, personas o familias que, por diversos motivos, ya no pueden seguir cuidándolos, siempre que lo acrediten oportunamente. Hay otro bloque que procede de decomisos o acciones policiales o procedentes de algún suceso y quedan solos, como, por ejemplo, un incendio. Se da la circunstancia de que el 60% de los ejemplares que llegan al lugar carecen de identificación, por lo que lo primero que se hace es someterlos a una inspección completa, revisión sanitaria incluida, y a su filiación. Para el control sanitario de los animales, el centro dispone de dos consultas e incluso de un quirófano para atender las posibles afecciones o lesiones que presenten. Una de las facetas destacadas del Centro de Bienestar Animal es la de la concienciación sobre cómo se puede adoptar y bajo qué condiciones. Por eso, otras de las actividades que se desarrollan son las visitas escolares, para que los menores conozcan esta realidad y entiendan la importancia que tiene saber cuidar a los animales y el respeto por ellos. Elena Jiménez explica que Sadeco tiene establecido un programa de actividades orientadas a los menores, no solo para asuntos como los de las mascotas, sino sobre el respeto al medio ambiente en general. Un cuidador, con uno de los gatos acogidos en el Centro de Bienestar Animal de Sadeco. / CHENCHO MARTÍNEZ Un test de 75 preguntas El procedimiento fundamental para saber si una persona o familia reúne las condiciones necesarias para ser adoptante es el cuestionario que han de contestar antes de proceder a la entrega. El documento consta de 75 preguntas, que plantean todo tipo de situaciones con las que se pueden encontrar una vez recibido el animal. Aun así, siempre hay casos de devoluciones, aunque no muchos. En el Centro de Bienestar Animal de Sadeco los animales suelen estar como máximo 60 días, de media, hasta su adopción, aunque hay algunos casos que superan ese tiempo y permanecen incluso años en el recinto porque no encuentran destinatario. Los que se suelen quedar, según se puede apreciar al pasear por los boxes y ha confirmado la directora, son canes de gran tamaño, que tienen mayores dificultades para incorporarse a un hogar, o los que se sabe que son agresivos. Por el contrario, los pequeños suelen estar apenas unos días antes de salir con alguna familia. Y una vez entregado, desde el centro se hace un seguimiento del animal y los cuidados que recibe al mes de salir, seis meses más tarde y al año. Además, para poder hacerse cargo de alguna de estas mascotas, es necesario abonar una tasa, que es de 69 euros para perros y gatos adultos y de 53 para cachorros, que salen del recinto con todos los requerimientos legales necesarios, desde microchip a vacunas. Son muchos los requisitos y muchos los cuidados que requieren, porque son muchas las exigencias que recoge la Ley de Protección Animal, que también ha contribuido a que baje un poco el interés ciudadano por adoptar, como salida al abandono. Lo que al personal del centro le gustaría –según explica uno de los veterinarios- no es que suba el interés por la adopción, sino que desaparezca la costumbre de abandonar. Suscríbete para seguir leyendo
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