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» Diario Cordoba
Fecha: 23/01/2025 14:28
“Warda no podía decir ni mu en casa, si decía algo, él le pegaba. Él era como un monstruo en casa. Por eso, yo le dije que se separara de él y que se viniera a vivir con nosotros. No se separó porque luego él siempre le pedía perdón”. El padre de Warda Ouchene, la mujer de 28 años embarazada de 21 semanas que fue asesinada por su marido Ali Khouch en el domicilio familiar en sa Pobla (Mallorca) el 16 de mayo de 2021, ha confirmado hoy en el juicio con jurado en la Audiencia de Palma que él la maltrataba. “Ali no respetaba en ningún momento a Warda. Cuando yo le pedía explicaciones él decía que hacía lo que le daba la gana”, ha asegurado el progenitor, que se ha desplazado expresamente de Valencia a Mallorca para declarar como testigo en la vista oral. “Él la maltrataba mucho. La raíz del problema es que Ali siempre se junta con otras mujeres, discutían por celos porque él se iba con otras mujeres. Cuando Warda ve a su marido con otras chicas, discuten y él siempre le pega. En 2018 yo le vi unos moratones y cicatrices en el cuerpo de Warda y la llevé a la Policía Local de sa Pobla para interponer una denuncia. Ella me confesó todo esto, que él le había causado las lesiones. Él siempre tenía una conducta agresiva con mi hija”, ha reconocido el hombre. “En una ocasión vi a Ali pegando a Warda y yo les separé. Ali me pidió que le perdonara y yo le perdoné por el niño que estaba en medio. Como siempre se peleaban, no me acuerdo exactamente del momento”, ha añadido el padre de la víctima. Warda llegó a España en 2007. Se casó con Ali en Marruecos aproximadamente en 2012. “Hubo una temporada que estuvieron separados, Ali tuvo un juicio en Manacor porque pegó a mi hija. Yo hablaba con ellos siempre. A menudo los visitaba en Portocristo y también les llamaba”, ha indicado el progenitor. “Estuve cinco años viviendo al lado de mi hija. Yo los mantuve a ambos durante ocho meses. Luego, en 2020 me mudé a Valencia. Durante esos ocho meses mi nieto vivía con nosotros y le teníamos mucho cariño. Yo lo llevaba al colegio, casi todo el tiempo el niño estaba en nuestra casa”, ha explicado el hombre. Autopsias Tanto su nieto, de siete años, como su hija embarazada murieron estrangulados por parte del acusado, quien ha permanecido en silencio tras un biombo durante la mayor parte de la cuarta sesión del juicio. Las forenses han confirmado que las dos víctimas fallecieron por estrangulamiento. Warda tuvo una muerte “lenta y agónica”, según han destacado las doctoras, quienes no encontraron evidencias de que ella se defendiera. Su marido, Ali Khouch, se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable y otros 25 años de cárcel por dos delitos de asesinato y otro de aborto. Se trata del primer caso en la historia de Balears en el que se pide la condena de prisión permanente revisable. El padre de Warda ha recordado el día del crimen. “El 16 de mayo de 2021 yo hablé con Warda y con él a las diez de la noche y ella me dijo que todo iba bien. Él estaba tranquilo, bromeaban entre ellos. Al día siguiente, la intenté llamar en varias ocasiones. Tenía el móvil apagado, yo quería saber cómo se encontraba porque estaba embarazada y además un poco enferma. El teléfono de ella estaba apagado, intenté llamar a Ali pero él no contestaba. Más de diez veces intenté llamar a Ali. Como no me contestaba, llamé a mi hermano y le expliqué que no contestaba Ali ni Warda y a ver si se podía acercar a su casa para ver qué pasaba. Llamé a mi hermano antes de que le llegaran los mensajes a mi hijo. Mi hijo luego me dijo que Ali le había mandado un mensaje diciendo que había matado a Warda. En el mensaje no decía que había matado a su hijo”, ha aclarado el testigo. Tanto el progenitor como el resto de familiares de las víctimas que han comparecido hoy en el juicio han confirmado los malos tratos, que el acusado sabía que su esposa estaba embarazada y que sospechaban que Alí consumía drogas. Le tira un plato a su hijo “Mi mujer me dijo que en una ocasión Ali le tiró un plato a su hijo y le pasó al lado de la cabeza. Los hermanos de Ali no trataban bien a Warda. Una vez ella fue a visitar a la familia de Ali a Marruecos y le pegaron e insultaron”, ha detallado el padre. “Hemos pasado estos tres años muy mal, en la oscuridad. Pido a la magistrada que se haga justicia”, ha concluido el hombre. Su esposa, la madre de Warda, ha ratificado que su hija sufría malos tratos. “Me duele el alma, estoy muy enferma, no he podido aguantar todo lo que pasó”, se ha sincerado ante el tribunal popular. “Una noche Ali le tiró un plato al niño y cayó en el suelo, menos mal que no le pegó al en la cabeza”, ha recordado la mujer. “Ella me decía que él le pegaba, pero yo no lo vi. También le obligó a tener sexo”, ha manifestado un hermano de la fallecida. “Discutían porque él salía por la noche y llegaba tarde a casa. Él gastaba mucho dinero. Sospechaba que consumía drogas. Siempre ha sido agresivo. Él la insultaba e incluso la escupió. También pegaba al niño y le tiraba de las orejas”, ha agregado el joven. “Escuchamos rumores en sa Pobla de que él consumía drogas, pero yo no lo he visto. Mi hermana no nos contaba todo. Se guardaba cosas, se guardaba el dolor para ella. Yo jamás imaginé que él los había matado, yo pensé que habían discutido”, ha manifestado otro hermano. El primo de Warda, menor de edad, que descubrió los dos cadáveres en la casa ha rememorado el momento: “Toqué la puerta, nadie respondía. Llamé a mi padre y luego a la Policía. Una ventana estaba medio abierta. Entré por ella. Vi al niño primero y luego a la madre. Les llamé por su nombre dos o tres veces, no hubo reacción y al salir me encontré con los policías”. Una psicóloga y una trabajadora social de sa Pobla que atendieron a Warda han indicado que la pareja discutía y que las disputas derivaban en un maltrato hacia ella. “Él tenía problemas de consumo de drogas. La controlaba. Había maltrato emocional y psicológico y mucho miedo”, ha subrayado una de las técnicas. Por su parte, las forenses han especificado que apreciaron lesiones características por estrangulamiento con las manos en los dos cuerpos. Warda presentaba heridas en la cabeza, pero estas no fueron mortales. “Se hizo también la autopsia al feto, era una criatura de entre 19 y 21 semanas”, ha manifestado una de las facultativas. Los miembros del jurado han visionado imágenes muy duras de los cadáveres. “La situación de no tener aire para respirar es especialmente angustiosa. El cuello es una zona especialmente sensible para el riesgo vital. Atacó una zona especialmente vulnerable. Se deduce cierta intencionalidad”, ha admitido una de las doctoras. El niño de siete años también murió estrangulado, pero se ejerció una menor intensidad y presión que con su madre. Debajo de las uñas de ambos, las investigadoras hallaron material genético del acusado.
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