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» Diario Cordoba
Fecha: 23/01/2025 08:10
Regresaba el pasado día diez de Málaga, tras una reunión de trabajo con mi colega de profesión y compañera rondeña andalucista, Isabel Barriga, cuando entró en mi móvil una noticia que me provocó la más serena alegría y satisfacción imaginable. Ese mismo día, mientras estas dos letradas andalucistas ejercíamos nuestra profesión en la malagueña ciudad en la que el 4 de diciembre de 1977 García Caparrós era asesinado durante la manifestación por la autonomía andaluza, me informaba e ilustraba con imágenes de este mismo periódico, que había sido colocada en la Plaza de las Tendillas la escultura realizada por José Manuel Belmonte en evocación del Andalucismo, siendo la primera de todas las que se pondrán en el territorio andaluz. No pude sentirme más orgullosa y ello por un sinfín de motivos. El primero porque la escultura había sido hecha por mi Mateo Inurria contemporáneo. Siento si esta comparativa no es del gusto del resto de enormes escultores cordobeses, pero tengo derecho a tener debilidades artísticas y Belmonte es una de ellas. La otra es por mi Romero de Torres actual, Rafael Cervantes. El segundo motivo de orgullo me lo provocó la bella y sutil simbología de la pieza escultórica, que con suma elegancia resume en apenas cuatro trazos realizados en acero corten -que se oxida con el tiempo- la antigüedad de nuestra tierra. Cuando al día siguiente me dirigí a ver la escultura en persona, la encontré ubicada en el lugar correcto, sin estar arrinconada, pero sin querer destacar, como es Andalucía. En el punto exacto desde el que partió la manifestación. De lejos se me antojó una @, palabra que antes de la era informática era unidad de medida de capacidad y ahora es un símbolo utilizado en redes para destacar a personas. Cualquiera de ambas interpretaciones le viene a Andalucía como un guante. En ella cabemos todos y toda persona merece ser destacada. El último motivo de orgullo me lo causaron las imágenes que estaba recibiendo. El incombustible Rojas Marcos; el presidente de la Junta de Andalucía, Sr. Moreno; el alcalde de Córdoba, Sr. Bellido; mi compañero andalucista y alcalde de Coria, Modesto González; incluso mi admirada poeta cordobesa Pilar Sanabria. Todos en rededor de una pequeña estructura de acero, pero con un mensaje gigantesco: no hay ideologías que puedan apropiarse de un clamor multitudinario de libertad. Sería un contrasentido. A los que consideran la escultura un despilfarro de la derecha, que hubieran preferido el arreglo de su calle, decirles que hay otros que dicen que ese dinero se ha gastado en homenajear «un trapo» y que mejor se hubiera invertido en misas al Caudillo. Mi Córdoba eterna e incorregible. *Experta en Trabajo y Seguridad Social Suscríbete para seguir leyendo
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