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  • Pasión por los barriletes en Mar del Plata, el arte de dos amigos que transforma el cielo en una postal

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/01/2025 04:00

    Barriletes en Mar del Plata Entre las playas Constitución y Bahía Bonita, al norte de Mar del Plata, el cielo se convierte por la tarde en un espectáculo multicolor. Gigantescos barriletes con formas geométricas, psicodélicas y de personajes flotan por encima de la línea del mar y crean una postal que atrae todas las miradas. Detrás de esta singular escena están Gustavo Cardelli y Lucas González, amigos desde hace más de 25 años. Cardelli, oriundo de Mar del Plata, y González, de San Justo, comparten una pasión que transformó el hobby de elevar barriletes -algunos de más de 15 metros de largo- en un arte que une el cielo con la tierra. Infobae los encontró en la costa marplatense y conversó con ellos para conocer su singular historia y su vínculo, que se forjó a través de esta actividad. Gustavo Cardelli, oriundo de Mar del Plata, y Lucas González, de San Justo, comparten una amistad de más de 25 años y una pasión por los barriletes que los ha llevado a volar sus diseños en playas, festivales y encuentros internacionales (Christian Heit) Una amistad en torno a los barriletes en Mar del Plata Gustavo Cardelli, en primer lugar, describió el entusiasmo que lo une al mundo de los barriletes. “Somos fanáticos de los barriletes. Es un hobby para nosotros, tanto en la construcción como en el vuelo. Cuando hace frío en invierno, estamos en casa cosiendo barriletes con una tela que es muy parecida a la de los paracaídas: liviana e impermeable. Tenemos moldes que encontramos en las páginas y redes, donde hay montones de modelos. Cuando sabemos que funcionan y que podemos hacerlos, encaramos el proyecto en grupo, a veces fabricando varios barriletes del mismo modelo. Con los años hemos acumulado muchos”. Cardelli y Lucas suelen volar barriletes en la playa durante el verano. “Ahora estamos solo nosotros dos. Yo soy de acá y Lucas vino de Buenos Aires a descansar unos días. Aprovechamos para volar. En Buenos Aires nos encontramos en Vicente López, en el Paseo de la Costa, y también asistimos a festivales en Rosario o en otras provincias. A veces nos invitan a participar en festivales internacionales. Hemos estado en China, Japón, y ahora estamos organizando un viaje a Malasia. Es una comunidad muy grande. Hay gente que se dedica a viajar de festival en festival”, precisó Cardelli. Sobre los materiales, consideró que los barriletes han evolucionado significativamente. “Pasamos del papel, engrudo y caña a materiales como fibra de carbono, tela de paracaídas y fibra de vidrio. Según el tipo de barrilete, usamos la varilla adecuada. Hay barriletes estáticos, como los que estamos volando ahora, y también comandados, que tienen entre dos y cuatro líneas para maniobrarlos y hacer maniobras. Lo ideal es volarlos con viento limpio, como el de hoy, que viene del este desde el mar. Si tuviéramos viento del oeste, que viene de la ciudad, sería más complicado porque llega con turbulencia por los edificios”. La elección del lugar también es clave para la actividad. “En esta época del año venimos a esta playa porque es tranquila y podemos volar todos los barriletes sin molestar a nadie. Hay una franja pegada al acantilado donde la gente no se instala, y ahí podemos volar con tranquilidad. Aunque nos fascine lo que hacemos, siempre respetamos a los demás. A veces, quienes vienen a descansar también terminan disfrutando al vernos volar los barriletes. Los chicos y los grandes se divierten mucho”, valoró Cardelli. Durante los meses de verano, Cardelli y González eligen las playas al norte de Mar del Plata. El viento limpio que viene del este y el espacio libre junto al acantilado les permiten disfrutar de su actividad sin interrupciones Al tiempo que recordó cómo comenzó su pasión por esta temática: “Siempre me fascinó todo lo que tiene que ver con el viento. En el colegio navegaba, y cuando mis hijos eran chicos intenté armarles barriletes, aunque no volaron. Entonces empecé a buscar información en internet, que en esa época era poco accesible. Encontré un grupo llamado Batoco, que significa barriletes a toda costa, y ellos se juntaban en Vicente López. Me contacté con ellos y descubrí una comunidad de amigos donde compartimos planos, información y encuentros. Desde entonces, organizamos reuniones anuales en el partido de la Costa para comer, charlar y volar barriletes”. Mientras Cardelli hablaba, los presentes en la playa se acercaban para ver cómo volaban los barriletes, sacaban fotos y se entretenían con la postal de un cielo multicolor. Posteriormente, se sumó a la charla con Infobae Lucas González. El armado de los barriletes en la playa y antes de volar Oriundo de San Justo, en Buenos Aires, Lucas recordó sus inicios en el mundo de los barriletes. “Hace 25 años estoy en el tema. Estoy con Gustavo en el grupo Batoco y nos conocimos ahí. Él es de Mar del Plata, yo vengo a veranear acá, y porque está él, volamos juntos”. El vínculo con los barriletes comenzó como una vuelta a su infancia. “Cuando era chiquito, volaba barriletes de caña y de papel, y se me rompían. Sabía hacer solo uno, nada más. Un día encontré un grupo que hacía barriletes, había planos, y me di cuenta de que existe una infinidad de variantes. Ahí me anoté. Primero dije que no los iba a coser, que me los iba a comprar, pero los que vos querés no te los vende nadie, así que te los tenés que hacer vos. Por eso, todos estos los hicimos nosotros”, reveló González. Otra de las postales de los cometas en La Feliz Para él, los diseños también son parte del proceso creativo. “Hoy en día, en Internet tenés todos los planos de todos los barriletes. Tenemos barriletes que son adornos de línea. Hay uno, por ejemplo, que es de 1900: lo inventó un norteamericano en un circo. Llevaba el barrilete al circo, subía a la mujer en una canasta, y así iba de lugar en lugar. Llegó a Inglaterra, donde le vendió el diseño a la marina inglesa. Ellos lo usaban para subir a un marinero y tener más visión del horizonte y del campo”. “Hasta 1905 -evocó Lucas-, los barriletes se desarrollaron con fines científicos, pero con la llegada de la aviación se dejaron de usar. Pasaron a servir para meteorología, pero ya todo se volcó a los aviones. Hoy hay barriletes históricos como esos y otros más modernos, que no tienen varillas”. El cielo de Mar del Plata repleto de barriletes Lucas también describió los detalles técnicos necesarios para volarlos. “Tenés que tener buena línea, un buen lugar, y sobre todo no molestar a nadie. Acá en la playa hay espacio, pero siempre tomamos medidas precautorias. Usamos bolsas de arena para sostenerlos. Algunos son enormes, de hasta de 15 metros”. Sobre el impacto de este pasatiempo, el experto concluyó: “Es un hobby. Nos apasiona porque nadie te vende lo que querés, así que lo hacemos nosotros mismos. Es un trabajo artesanal”. *Fotos y video: Christian Heit

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