22/01/2025 17:57
22/01/2025 17:56
22/01/2025 17:56
22/01/2025 17:55
22/01/2025 17:53
22/01/2025 17:52
22/01/2025 17:50
22/01/2025 17:50
22/01/2025 17:46
22/01/2025 17:46
» Rafaela Noticias
Fecha: 22/01/2025 14:56
Una vida sobre ruedas: el pedido de Gladys para seguir adelante con dignidad Por Redacción Rafaela Noticias En su voz resuena la fortaleza de quien ha enfrentado innumerables desafíos, pero también la vulnerabilidad de una mujer que necesita de la solidaridad para continuar transitando esta etapa de su vida con dignidad. Gladys Ocampo, de 70 años, hoy reside en Santiago del Estero tras haber vivido más de dos décadas en Rafaela, donde enfrentó una dura realidad que la llevó a tomar la difícil decisión de regresar a su provincia natal. Un regreso marcado por la necesidad Gladys vivió años de estabilidad en Rafaela, pero las secuelas de la pandemia y la pérdida de su última tía la llevaron a una situación límite: dormir en la terminal de ómnibus. Con un problema cardiológico diagnosticado como disfunción diastólica, que afecta la capacidad de su corazón para bombear sangre adecuadamente, y una movilidad restringida que la obliga a usar silla de ruedas, decidió regresar a Santiago en busca de un nuevo comienzo. “Antes de estar tirada en la terminal, decidí volver a Santiago después de tantos años. Dios sabe cuántas veces me ayudaron en Rafaela para salir adelante, pero mi situación ya era insostenible”, contó con emoción. El pedido: baterías para recuperar su independencia Gladys posee una silla de ruedas eléctrica que recibió como donación en un hospital oncológico de Buenos Aires. Sin embargo, las baterías necesarias para su funcionamiento, de 12 voltios y 17 amperios-hora (AH), se encuentran fuera de su alcance económico: cada una tiene un costo aproximado de 140 mil pesos. “Es imprescindible para mí tener esas baterías. Me permitirían movilizarme, trabajar en lo que sé hacer, como la venta de rosarios, denarios y sublimaciones en fiestas patronales y eventos religiosos”, explicó. Con una pensión mínima que apenas cubre unos pocos días de comida y enfrentando el alto costo de medicamentos esenciales, Gladys confía en que la ayuda del prójimo pueda marcar la diferencia. Una vida digna, un sueño posible “Solo espero que Dios me permita transitar lo que me quede de vida de la manera más digna que se pueda. Mi dignidad también depende de la ayuda de otros”, compartió con humildad. Para quienes deseen colaborar, Gladys ha dejado su alias de Mercado Pago: zulma.medalla aunque asegura que su mayor anhelo es recibir las baterías necesarias para su silla eléctrica, incluso si son donadas directamente. El pedido de Gladys no es solo por un objeto; es un llamado a la empatía y a la solidaridad. Cada gesto cuenta para que pueda seguir adelante, con la fuerza y la dignidad que siempre la han caracterizado.
Ver noticia original