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» El Ciudadano
Fecha: 22/01/2025 04:21
Por Ana C. Berdicever ¿Llama la atención ese arco que está en el cruce de las peatonales, delante del Banco Nación?, ¿De qué se trata?, ¿Qué representa? Las columnas del Banco Nación, ubicadas unos metros por delante de la línea actual del edificio de la entidad financiera, es parte del edificio original construido en 1911. Con una ciudad en movimiento y con cambios, la visión y misión del banco mutó y también su arquitectura. La construcción de principios del siglo XX fue demolida, pero el pórtico, junto con otros elementos arquitectónicos, se trasladaron a un depósito municipal. Con los años, la Asociación de Amigos del Museo de la Ciudad logró que se volvieran a colocar en la esquina de las peatonales Córdoba y San Martín en memoria de los orígenes del establecimiento. En sus paredes, además oficia como un memorial en recuerdo de los trabajadores bancarios desaparecidos durante la dictadura cívico militar. Una placa, en su parte trasera, da cuenta de ello. Así como también fue apropiado con otra placa por la mesa coordinadora de jubilados. El arquitecto y especialista en patrimonio urbano de la ciudad, Pablo Mercado contó a El Ciudadano que el banco ubicado en la ochava con el tiempo adquirió dos lotes contiguos. Los cuales eran propiedad de comerciantes que en un principio no tenían la intención de vender dichos terrenos y unos años después lograron hacer efectiva la operación. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) En 1929, compró un cuarto, conocido como La Catedral o anexo del Banco Nación. Cuando ya no funcionó más como anexo, fue cedido a la Universidad Nacional de Rosario y hoy es el conocido ECU (Espacio Cultural Universitario). El proyecto del cambio en la arquitectura del Banco Nación se realizó para marcar la nueva visión de los años ‘80 y estuvo a cargo del estudio del prestigioso arquitecto Mario Roberto Álvarez, quien diseñó una estructura muy diferente a la original, con grandes ventanales para dar la sensación de trasparencia y modernidad. Para ese cambio, se demolió el lote de la esquina. Detalles del pórtico El pórtico se instaló en 1988. Presenta una doble columna y un gran basamento de granito rojo. Sobre cada una de las columnas, sobresalen dos ángeles de bronce y un reloj. “Pensemos que en 1911 era muy importante cronometrar el horario de entrada y salida del banco para que hubiera un orden”, señaló Mercado. “Era un banco de planta baja y un piso que estaba terminado arriba con una gran cornisa”, detalló sobre la arquitectura de aquel primer edificio. El pórtico fue ubicado en la línea de edificación del banco original. Hoy, el espacio que media entre esas dos ubicaciones es una especie de plazoleta seca para el paseo o descanso, justo en el cruce de peatonales. Pablo Mercado recordó que alrededor de 2004 se hizo una restauración del pórtico, con el sellado de juntas y limpieza del granito. Tiene historia y marca propia y es un memorial. Pertenece a la estructura bancaria, pero está a la vista de todos los transeúntes. Cambio de paradigma Pablo Mercado relató que en sus inicios el banco tenía que demostrar solidez, generar la sensación de que podía mantener seguro el dinero dentro de sus gruesas paredes. Tiempos en los que el papel moneda físico era el sustento material del ahorro y de las transacciones económicas e incluso de las financieras. Pero en los años 80 hay un cambio de paradigma y ya se imponía una imagen de transparencia. Los materiales constructivos del moderno edificio acompañaban la tendencia. Por ejemplo, con el uso del aluminio, que es protagonista en la nueva fachada. Es un cambio de presentación edilicia del banco acorde a lo que la sociedad esperaba de las instituciones financieras. El cuarto lote, la historia del ECU El Banco Nación fue creciendo a tal punto que la capacidad física del local establecido en 1911 en la intersección de las calles San Martín y Córdoba se vio desbordado. Eso obligó a la institución, el 23 de marzo de 1921, a comprar también el predio “el predio de calle San Martín que incluía las numeraciones 750. Fue adquirido a la sucesión de María Cristina González del Solar de Larrechea Muñoz. La construcción del imponente edificio, popularmente conocido como «La Catedral» por una simetría y disposición de elementos en su interior que evocan los de una iglesia, se encargó por licitación a la firma Tito y José Micheletti. El interior del opulento edificio, con sus paredes y columnas revestidas de mármol italiano, ventanas con vitraux y ornamentación en bronce, está integrado por tres naves: una central de doble altura, dos laterales y una transversal que oficia de crucero. La nave central se completa con una gran bóveda de cañón corrido. “La Catedral” desde su inauguración en 1929 funcionó como un anexo a la sede principal del Banco ubicada en la esquina. En 1980, el lote de la esquina fue demolido para dar paso al actual edificio, más acorde a las necesidades de la institución, y así el cuarto lote quedó en desuso hasta 2010, fecha que se acordó el traspaso del inmueble a la Universidad Nacional de Rosario, en comodato por veinte años, para que funcione como centro cultural universitario. Un espacio que todo rosarino y turista debe entrar, conocer y apreciar su belleza.
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