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» Elterritorio
Fecha: 21/01/2025 09:14
La vicepresidenta no recibió directivas del Gobierno, que prefiere negociar aparte con los bloques. Cambios en autoridades y el desafío de sobrepasar sin heridas la tensa preparatoria de febrero lunes 20 de enero de 2025 | 10:04hs. Las sesiones extraordinarias que comienzan este lunes en el Congreso, durante un mes, se convertirán en un doble desafío para la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel: tendrá que avanzar con la agenda libertaria en un escenario muy delicado de votos y, sobre todo, deberá sobrepasar sin heridas una tensa sesión preparatoria que ocurrirá a fines de febrero, cuando aparezcan inevitables cambios en las autoridades de la Cámara alta. Es decir, el corazón de un día a día que podría complicar aún más la convivencia, en todo sentido. Veamos primero las extraordinarias. El Gobierno lanzó, tras semanas de promociones exageradas, un temario que no carga -por ahora- demasiado al Senado, ya que la única ley dictaminada y lista para ir al recinto de la Cámara alta es la de “antimafias”. Días atrás, el santacruceño José María Carambia aseguró a medios nacionales que solicitaría “algunas modificaciones”, y dejó a la iniciativa al borde de ser modificada, lo que obligaría un regreso en segunda revisión a Diputados. Como cuestión de mayor relevancia sí aparecen, en stand by y sin dictamen oficial, los dos pliegos de los candidatos propuestos para integrar la Corte Suprema de Justicia: Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Enfrentado a la Casa Rosada aparece el kirchnerismo, que cuenta a 33 legisladores y tendrá 34 desde la próxima sesión, cuando la camporista Stefanía Cora asuma una de las tres bancas entrerrianas, en reemplazo del expulsado Edgardo Kueider, preso en Paraguay. En tanto, del otro lado aparecen un oficialismo y una oposición -cada vez menos- “dialoguista”, que suma 37. El total da 70 integrantes, y no 72, el pleno de la Cámara alta. Esto es por Cora y el radical Víctor Zimmermann, que extendió una licencia sin goce de sueldo -hasta que finalice febrero próximo- por un cargo en el Ejecutivo de Chaco. Su suplente es la experimentada ex diputada Alicia “ponja” Terada, amiga íntima de Elisa Carrió y, por tanto, lejana al oficialismo. De esta manera, el Gobierno sólo cuenta, en el mejor de los casos, con 37 senadores libertarios y de la oposición dialoguista. Es el quorum justo para iniciar una sesión y también para votar. No obstante, en ese lote se encuentran los santacruceños Carambia y Natalia Gadano -ofuscados con la Casa Rosada por la falta de respuesta a reclamos provinciales-; radicales como Martín Lousteau -presidente del partido a nivel nacional-, que en muchas ocasiones coincidió en el recinto con el cristinismo; y otras bancadas que, a esta altura, caminan con pies de plomo para evitar mayores tropelías legislativas. Mucho más viscoso es el terreno que afrontará Villarruel el mes próximo. Durante las últimas semanas, la vicepresidenta ejecutó corrimientos de funcionarios que, horas antes de ser eyectados, participaron de una cena de fin de año en uno de los edificios anexos de la Cámara alta, sobre la avenida Entre Ríos. También hubo una designación en el área de Seguridad que en varios despachos llamó demasiado la atención y encendió un puñado de alertas. A pesar de todo ello, lo trascendental a saldar en febrero es la preparatoria. Según el reglamento, el 24 de ese mes “o el día inmediato hábil anterior en caso que sea feriado”, el pleno se debe reunir “a fin de designar autoridades y fijar los días y horas de sesiones ordinarias”.
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