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  • Centenario de pasaje único en espejo en Buenos Aires

    » Misioneslider

    Fecha: 21/01/2025 07:14

    El Pasaje Rivarola: una joya arquitectónica en Buenos Aires Sólo dos años demandó la construcción de una de las cuadras más particulares de la Ciudad de Buenos Aires: el Pasaje Rivarola, en el barrio de San Nicolás. En poco más de 100 metros, congrega ocho edificios simétricos -en altura y estilo- y cuatro cúpulas, una por cada esquina. Una vista tan armónica y homogénea que convierte a este pasaje en una curiosidad, que lo distingue de otros. El pasaje y los edificios fueron construidos entre 1924 y 1926 por la sociedad conformada por los arquitectos Petersen y Cruz, y el ingeniero Thiele («Petersen, Thiele & Cruz»). Esta sociedad luego se transformaría en la empresa madre de lo que hoy es el Grupo Petersen, una de las corporaciones económicas más importantes de la Argentina, de la familia Eskenazi. Una joya escondida en el corazón de Buenos Aires Está ubicado en la manzana conformada por las calles Talcahuano, Perón, Uruguay y Bartolomé Mitre. Desconocido por muchos, se encuentra a sólo 240 metros de la esquina de Avenida de Mayo y Santiago del Estero (Hotel Chile, con su magnífica cúpula totalmente restaurada a nuevo por la familia Dörfler y el Hotel Majestic); a 300 metros del Palacio Barolo; a 750 metros de la Confitería del Molino y a 900 del Palacio del Congreso. En su origen, todo el conjunto era propiedad de la compañía de seguros La Rural; incluido el pasaje, con nombre homónimo. Y como ocurría en aquellos años, era una típica inversión destinada a rentas. Claro que la inversión no sólo se quedó en eso, sino que le sumó a la trama porteña un valor patrimonial, ya que se trata de la única cuadra construida en «espejo». Historia y transformación Para 1948 nace la ley de propiedad horizontal, lo que permitió la subdivisión -que se pudieran vender y comprar los departamentos- y la formación de los consorcios; y luego, en 1957, a través de un decreto, se le asigna el nombre actual (el santafesino Rivarola fue un reconocido abogado, juez y docente universitario). En el último año, la llegada de un barcito -Café Rivarola- generó mucho movimiento en la zona y le puso color a la parte comercial; los ocho edificios tienen en sus plantas bajas locales. A fines del año pasado centralizaron los festejos por los 100 años de la construcción del pasaje. Vecinos y visitantes enamorados «Es una zona muy comercial durante el día. Después de las 18, sólo quedan los vecinos. Creo que la llegada del café, y una organización vecinal incipiente, lo están empezando a poner en agenda. Es un rincón de Buenos Aires único», le dijo a Clarín Marga Fabbri, arquitecta y artista plástica, conocida en redes sociales por sus ilustraciones y su proyecto de visita a miradores (@margafabbri y @mirarmiradores en IG). Adriana Cichero tiene un carrete de fotos impresionantes de este pasaje y sus cúpulas. En las redes sociales es @lareinadelascupulas y pudo conocer dos de las cuatro cúpulas: «Originalmente era una manzana y los constructores decidieron crear este pasaje. Un patrimonio por preservar «El valor patrimonial del pasaje es enorme. Pero todos sabemos que el mantenimiento, la preservación y restauración de las fachadas necesitan también de la intervención de la Ciudad», concluyó la arquitecta Fabbri. Hay varias intervenciones interesantes del gobierno porteño en este sentido, por ejemplo la que se llevó a cabo en el Otto Wulff o el Plan de Renovación Integral de San Telmo que incluyó fachadas de construcciones con gran valor patrimonial como, por ejemplo, la que fue la casa del músico Luca Prodan o el mercado de abastos del barrio. Un tesoro en San Nicolás San Nicolás forma parte de la Comuna 1, con barrios muy disímiles y complejos. Desde Retiro -entre las zonas de fuerte valor patrimonial, como la calle Arroyo o parte de Avenida Alvear y sus palacios, junto a Villa 31-, hasta Puerto Madero, con sus torres de lujo y la villa Rodrigo Bueno. Es así que San Nicolás plantea el desafío de tener también importantes puntos turísticos y un centro comercial -como el que está en la calle Libertad- muy activo durante el día, que se apaga por la tarde. Y como en otros barrios de la Ciudad, la necesidad de mejorar dos puntos centrales, limpieza y seguridad. En resumen, el Pasaje Rivarola es mucho más que una simple calle en Buenos Aires. Es un testimonio de la arquitectura y la historia de la ciudad, un lugar que merece ser cuidado y preservado para las generaciones futuras.

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