21/01/2025 22:18
21/01/2025 22:18
21/01/2025 22:18
21/01/2025 22:18
21/01/2025 22:17
21/01/2025 22:17
21/01/2025 22:17
21/01/2025 22:17
21/01/2025 22:16
21/01/2025 22:16
» Sin Mordaza
Fecha: 21/01/2025 04:49
El fin de semana, las lluvias que cayeron en la región núcleo tuvieron una distribución sectorizada, pero sorprendieron positivamente al superar las expectativas iniciales. El ingreso de humedad desde el noreste permitió que los acumulados fueran mayores a los previstos, especialmente en localidades del sur de Santa Fe. María Teresa, Rufino y Chovet, por ejemplo, registraron precipitaciones destacadas de 87 mm, 75 mm y 64 mm, respectivamente. Otras localidades como Colonia Almada, Maggiolo y Bigand también recibieron importantes cantidades de agua. En el noreste bonaerense, Pergamino y Junín también reportaron lluvias significativas, con 39,8 mm y 36 mm. Sin embargo, algunas localidades como Pujato, Clason e Irigoyen recibieron apenas 3,2 mm, 0,8 mm y 1,6 mm, lo que demuestra la disparidad en la distribución de las precipitaciones. Este patrón resalta la complejidad del panorama, que exige un monitoreo constante de los impactos sobre los cultivos de la región. El panorama crítico del maíz y la soja A pesar de las lluvias, el impacto de la sequía sigue siendo profundo, particularmente en la producción de maíz. La Bolsa de Comercio de Rosario estima que la producción proyectada para la campaña 2024/25 será de solo 8,1 millones de toneladas, lo que representa una caída del 44% respecto al ciclo anterior. Este descenso se debe a una reducción del 37% en el área sembrada y una disminución en el rendimiento promedio. La situación actual se asemeja a las severas sequías de 2017/18 y 2022/23, que ya marcaron un golpe fuerte a la producción agrícola. La soja también enfrenta dificultades, especialmente en el noreste de Buenos Aires, donde el 25% de los lotes de primera está en condiciones regulares o malas, con pérdidas destacadas en localidades como Baradero y Pergamino. En el sur de Santa Fe, el estrés hídrico y térmico está afectando tanto los cultivos de primera como los de segunda, que necesitan lluvias urgentes para evitar daños irreparables. En localidades como Bigand y Marcos Juárez, las expectativas de rendimiento continúan a la baja debido a la falta de precipitaciones. Además, los productores están lidiando con un aumento de plagas como arañuelas y trips, y con la persistente amenaza del yuyo colorado, cuya resistencia a los herbicidas complica aún más su control. Estos factores agravan la situación ya afectada por el déficit hídrico. Perspectivas de lluvia y la probabilidad de alivio Las lluvias previstas para el fin de semana podrían aliviar parcialmente la situación, aunque se reconoce que la posibilidad de recuperar el agua perdida en lo que va de enero es baja. El consultor Elorriaga indicó que las probabilidades de alcanzar los 125 mm necesarios para equilibrar la balanza hídrica son solo del 16%, basándose en las estadísticas de los últimos 50 años. Esto muestra que, a pesar de la mejora en algunos puntos, el panorama general sigue siendo preocupante para los productores de la región.
Ver noticia original
Examedia © 2024
Desarrollado por