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  • La verdad oculta del Proyecto de Donald Trump

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 20/01/2025 09:56

    Cuando el lunes 20 de enero Trump asuma la primera magistratura, se pondrá en marcha la reconsideración profunda de las prioridades de política exterior de EE. UU. y la ejecución de objetivos estratégicos nacionales e internacionales más amplios. Esta transición, como en la época de Reagan y Thatcher, no se trata de un liderazgo excéntrico ni de decisiones erráticas, sino de la ejecución de un proyecto político de largo alcance. Para algunos defensores del pragmatismo o realismo político, la llegada de Trump al poder es un cambio saludable, ya que prioriza una política exterior pragmática donde la máxima «de la paz a través de la fuerza» predomina sobre el moralismo ideológico. Sin embargo, para los internacionalistas liberales, la agenda de «Hagamos América grande otra vez» (Make America Grate Again – MAGA-) genera temores legítimos de que las alianzas multilaterales, el comercio global y los compromisos climáticos sean relegados o directamente desmantelados. Es en este contexto que emerge un «plan clave» que hace aparecer al «trumpismo» como un fenómeno más amplio que la figura del presidente: el Proyecto Heritage Foundation, uno de los think tanks más influyentes del movimiento conservador de EE. UU. Se trata de una ruta ambiciosa y radical para reconfigurar el gobierno federal, bajo una agenda conservadora, nacionalista y desregulatoria. Aunque no existen pruebas públicas de una conexión explícita entre el Proyecto 2025 y lo que se denomina el deep state o «estado profundo», es evidente que grandes corporaciones y actores económicos estratégicos están alineados con esta agenda, promoviendo políticas que priorizan sus intereses financieros. Estas organizaciones operan entre bambalinas, influenciando las decisiones políticas a través del financiamiento de campañas, presión legislativa y difusión de ideas en los medios (el mismo «sistema impúdico» que se aplica en Argentina). El Proyecto 2025 es un enfoque estructurado para rediseñar el gobierno federal de EE. UU. y garantizar que cualquier administración republicana entrante pueda implementar reformas rápidas desde el primer día en el poder. No es una simple transición de gobierno, sino un plan estratégico para transformar las instituciones del Estado de manera tal que funcionen como herramientas para la agenda conservadora. Los elementos fundamentales del Proyecto 2025 son: Reorganización del gobierno federal, reduciendo el tamaño del Estado y delegando competencias al sector privado. Desregulación masiva, es decir, desregular sectores clave como energía, medio ambiente, educación y tecnología, bajo el argumento de fomentar la «libertad económica». Control ideológico a través de redes sociales, al cual ya adhirieron Facebook, Instagram y X (de Elon Musk), eliminando el sistema de verificación de datos. Retrocesos en derechos sociales, frenando avances en temas como el aborto, la igualdad de género y los derechos LGBTQ, regresando a un enfoque basado en «valores familiares tradicionales». Política exterior basada en «América First», enfocada en reducir la participación en conflictos internacionales (salvo los que respondan a intereses de las corporaciones), renegociar acuerdos comerciales y priorizar intereses nacionales. El Proyecto 2025 no sería posible sin el apoyo y financiamiento de corporaciones influyentes que buscan beneficiarse directamente con estas políticas. Estas empresas, que operan en sectores clave como energía, tecnología y finanzas, son las grandes ganadoras de este proyecto. Entre los actores corporativos más destacados se encuentran: Koch Industries: los hermanos Charles y David Koch son pilares fundamentales en la desregulación energética y ambiental. Exxon Mobil y Chevron: se benefician con la eliminación de restricciones ambientales y la explotación de recursos en regiones como el Ártico, Groenlandia y Venezuela. Rio Tinto y Freeport-McMoRan: empresas mineras interesadas en «tierras raras» y minerales estratégicos, especialmente en Canadá y Groenlandia. Qué casualidad, dos países en la mira de Donald Trump. Amazon Web Services (AWS) y Microsoft: controlan una gran parte de la infraestructura de almacenamiento de datos del gobierno de EE. UU. y se benefician con su digitalización. Además, think tanks como la Heritage Foundation lideran la implementación del Proyecto 2025. Uno de los aspectos más preocupantes de este proyecto es su impacto geoestratégico en regiones clave del mundo, ya que esta agenda busca reforzar el poder económico y militar de EE. UU., reposicionándolo en franca competencia por la lucha de los recursos naturales que el hegemón dominante ya carece cada vez más. Una última reflexión, amigo lector de este DIARIOJUNIO: si usted repasa las consideraciones en cuanto a política interior de Trump, ¿no le parece que es la misma que está aplicando Milei ahora? ¿No son Caputo y Sturzenegger dos intérpretes reciclados de experiencias anteriores, con un manual de instrucciones en contra de la soberanía económica, política y territorial de nuestro país? ¿O por qué no nos damos cuenta de la sintonía entre Trump, Elon Musk y Milei en esta cruzada de entrega de la patria?

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