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  • Cuando el fuego arrasa tu hogar dos veces, primero en Zamora y ahora en Los Ángeles: “Nunca pensé que vería unos incendios de tal magnitud”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/01/2025 08:55

    La devastación causada por el incendio de Los Ángeles. AP/Mark J. Terrill) Cada vez hay más lugares en el mundo que conviven con incendios forestales, debido a que el cambio climático facilita su aparición y propagación. Los fuegos se han vuelto más grandes, virulentos y difíciles de apagar, agravando así las consecuencias ambientales y sociales. Es el caso de California, en Estados Unidos, donde si bien están acostumbrados a que las llamas arrasen cada año miles de hectáreas, nunca habían visto fuegos como los que comenzaron el pasado 7 de enero en Los Ángeles, principalmente en Eaton y Palisades, donde han dejado 25 muertos y devastado 16.000 hectáreas, además de miles de damnificados. A Raquel Folgado, una española que vive en California desde 10 años y que actualmente reside en Pasadena, los incendios la sorprendieron recién llegada de las vacaciones de Navidad, tras haber pasado unos días con su familia en Abejera, su pueblo natal, ubicado en la provincia de Zamora. La noche del pasado 7 de enero, aún bajo los efectos del jet lag, se despertó por el ruido de los fuertes vientos, y aunque las llamas estaban a varios kilómetros, el humo comenzaba a llegar a su zona y el ambiente se enrarecía por momentos, cuenta a Infobae España al otro lado del teléfono esta investigadora botánica que desarrolla técnicas de crioconservación. “Apenas había información, veíamos un resplandor a lo lejos y el día estaba cerrado como si hubiera niebla”, recuerda ahora. “Siempre había visto incendios en verano, pero nunca nada de tal magnitud y menos en enero. En Altadena hay miles de construcciones quemadas, es un pueblo arrasado entero”, añade. Aunque la situación se ha calmado y muchos fuegos han sido ya extinguidos, los residentes de las zonas afectadas aún deben salir a la calle con mascarilla debido a los altos niveles de contaminación por humo que han generado los incendios. Además, a nivel global, la previsión es que haya “más incendios, de mayor intensidad, escala y duración”, tal y como dijo hace unos días en entrevista con la agencia EFE Amy Duchelle, líder del equipo de Bosques y Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ante la devastación de los incendios de Los Ángeles, este organismo ha pedido que los esfuerzos se centren en la prevención, porque no solo reduciría los riesgos, sino también los costes asociados. En ese sentido, Duchelle explicó que el aumento de la frecuencia e intensidad de los incendios es una de las consecuencias del cambio climático y de las modificaciones en el uso de la tierra. “Al liberarse grandes cantidades de carbono, ese ritmo se acelera”. Por ello, además de los recientes incendios en EEUU, en los últimos años también ha habido grandes fuegos en Brasil, Colombia, Bolivia y Canadá. En el caso de Los Ángeles, la extinción de los fuegos se ha vuelto prácticamente imposible debido a su magnitud, lo que resalta los límites de la respuesta humana tradicional ante este tipo de desastres, añadió el experto a EFE. Los restos quemados de una autocaravana yacen en el suelo en Los Ángeles. (Daniel Cole/Reuters) La ordenación del territorio es clave Si bien es cierto que el cambo climático aumenta la probabilidad de sequía, de forma que la vegetación de montes y bosques puede arder más fácilmente, también hay que tener en cuenta que estos últimos incendios de Los Ángeles “han estado alimentados por los vientos de Santa Ana”, llegando a superar los 150 kilómetros por hora. Y a diferencia de lo que sucede tradicionalmente, estos no han ocurrido en otoño, sino en pleno mes de enero y en un momento de importante sequía. Esto demuestra que “el patrón de vientos se está desestacionalizando”, explica a este periódico Víctor Resco, profesor de ingeniería forestal de la Universidad de Lleida, aunque considera que aún es pronto para relacionarlo exclusivamente con el cambio climático. “Lo que sí sabemos es que se está desestacionalizando la temporada de incendios y que cada vez nos vamos a encontrar con más fuegos fuera de la capacidad de extinción y escenarios parecidos al de Los Ángeles”, indica Riesco, que también recuerda que la causa principal de estos últimos fuegos en California “está en la ordenación del territorio, en cómo se han gestionado los bosques, pero también en la disposición de las ciudades, la densidad de viviendas, el espacio entre unas y otras, así como el material de construcción”, advierte el docente. Todos esos elementos, añade, “han facilitado la propagación del incendio y que ardiera más allá de la capacidad de extinción con la voracidad que lo ha hecho”. Por tanto, “estamos hablando de un problema a nivel urbano”. La historia se repite A medida que el fuego avanzaba en Eaton, a tan solo unos kilómetros de donde vive Raquel, la incertidumbre crecía —relata—, aunque confiesa que en momentos así “no te da tiempo a tener miedo, porque más bien estás centrada en prepararte por si te tienen que evacuar”, pero sí ha sentido “mucha impotencia” por no poder ayudar más. La zona donde vive, por suerte, se ha salvado de las llamas, pero esta zamorana cuenta que en su trabajo hay gente que “lo ha perdido todo” y aún se puede ver cómo la ceniza cubre buena parte de la zona. Bomberos trabajando en la extinción del incendio en la Sierra Culebra, Zamora, en junio de 2022. (Emilio Fraile/Europa Press) Esta no ha sido, sin embargo, la primera vez que Raquel ha visto cómo el fuego arrasa con su entorno cercano, pues en el verano de 2022 su pueblo natal, Abejera, tuvo que ser evacuado por los voraces incendios que se produjeron en la Sierra de la Culebra, en concreto el que se declaró el 17 de julio por el rayo de una tormenta seca que prendió un árbol y que dejó cuatro fallecidos y arrasó más de 31.500 hectáreas. Se trata del mayor desastre medioambiental de Castilla y León y uno de los peores incendios registrados en España en este siglo. “Fueron momentos muy difíciles, sobre todo porque en esa zona la población está muy envejecida. Nunca pensé que iba a haber un incendio de tal magnitud en mi tierra, y cada vez es algo menos puntual y vemos cómo pasa en todo el mundo”, concluye. Diez mil incendios al año en España: el 95% los produce el ser humano y más de la mitad son intencionados. Medidas que ayudarían a prevenir incendios Con veranos cada vez más cálidos, como ha ocurrido en 2024, que ha sido el más caluroso registrado hasta el momento, y con una amenazante sequía en España, evitar este tipo de incendios tan destructivos pasa también por “desarrollar mapas de zonas inflamables, de la misma manera que disponemos de mapas de zonas inundables”, recuerda Resco, ya que aportarían información básica. Actualmente, lamenta el experto, si una persona se compra una casa para ir de vacaciones “no sabe si se está metiendo en una ratonera porque carece de esa información básica” sobre la zona en la que se ubica. Tampoco hay que olvidar que una buena gestión forestal, que integre los aspectos ambientales con las actividades económicas, sociales y culturales, es la mejor vacuna contra los incendios, lo cual no solo incluye los árboles, sino también las aguas, fauna, espacios naturales y zonas verdes urbanas, además de que recuperar el pastoreo también es una valiosa herramienta para evitar la propagación del fuego.

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