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  • «Las actuales recetas en materia de vivienda no son nuevas»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 19/01/2025 11:55

    -Ha cerrado un ciclo profesional vinculado a la construcción en Córdoba. ¿Qué balance hace personalmente de ese ciclo? -Bueno, el balance ha sido enormemente enriquecedor. Cuando yo llegué aquí tuve una acogida que tengo que agradecer a la junta directiva de entonces, porque me dejó trabajar. Yo siempre le he puesto pasión y se lo decía a las empresas, en todo lo que tengamos que hacer hay que ponerle pasión, alma, y hay que superarse. Todo es mejorable. Yo creo que en ese aspecto el balance ha sido enormemente positivo. Y, por otra parte, me ha tocado también vivir una etapa trepidante, no solo de carácter general, que se ha vivido en este país, sino por una transformación del sector espectacular. -¿En qué sentido? -De todo tipo, enfrentarse a una nueva concepción de los procesos de planeamiento urbanístico, que es algo bastante complejo, que incluso hoy día tampoco se entiende, más allá de la queja constante y permanente de las empresas de la necesidad de simplificar los trámites para facilitar la puesta en carga lo más rápidamente posible de los suelos. Luego, desde el punto de vista de la ordenación técnica, de la calidad de la edificación. Y ni que decir tiene en el aspecto sociolaboral. Ha sido un sector pionero y lo va a seguir siendo, porque fue el primero que planteó un convenio general del sector para homogeneizar las condiciones sociolaborales de las personas trabajadoras. Eso se completó con la Fundación Laboral de la Construcción, la primera que se constituyó a nivel nacional, con las aportaciones económicas, que permanecen y de manera periódica realizan las empresas, para mejorar la formación de las personas trabajadoras, para mejorar la prevención de riesgos laborales. -Usted ha sido testigo de la evolución de ese sector tanto en Córdoba como a nivel nacional. ¿Está bien orientado el desarrollo urbanístico en Córdoba? -Yo creo que, en líneas generales, está muy bien orientado. Creo que se sentaron las bases con el anterior plan. El vigente en la actualidad profundizó y mejoró esas directrices y esos objetivos. Estamos en una ciudad muy equilibrada en los diferentes usos -el residencial, los espacios libres, las zonas verdes-, bien estructurada. Cuando viajo a otras ciudades me gusta adentrarme en ellas, veo diferencias a favor de Córdoba de una manera importante. -En relación con eso, ahora se está trabajando sobre ese nuevo documento que se llama PGOM. ¿En qué se debería volcar el nuevo texto? -Bueno, yo creo que ese documento tiene que poner solución a algunas de las cicatrices que todavía arrastra la ciudad, que estaban contempladas en ese primer plan de ordenación urbana que estaba vigente cuando yo llegué y que el actual también contempla. Requiere importantes esfuerzos en materia de inversión pública. Ahí hay que buscar el necesario mecanismo de colaboración y de entendimiento entre las distintas administraciones públicas involucradas, tanto el Estado o la Junta como el Ayuntamiento. Yo creo que hay que construir, como ya hizo en su día, en esa cicatriz importante que era la red ferroviaria. «Yo creo que, en líneas generales, el urbanismo de Córdoba está bien orientado. Estamos en una ciudad muy equilibrada en los diferentes usos, residencias, espacios libres y zonas verdes» -Que dividía la ciudad y hoy se ha convertido en una seña de identidad de su desarrollo urbanístico. No sé si es correcto. -Totalmente, pero es que ahí Construcor, si uno empieza a tirar de hemeroteca, jugó un papel muy relevante. Pensar que aquí teníamos un apeadero cuando circulaba el tren de alta velocidad y tuvimos los restos arqueológicos... En fin, había una complejidad muy importante en la ejecución de esa actuación para terminar definitivamente con esa cicatriz. Y yo creo que ahí Construcor dio el apoyo que tenía que dar a las fuerzas políticas de entonces, puso su granito para que se llegara a ese acuerdo de consenso. Y, además, fueron empresas cordobesas las que ejecutaron esa obra. -¿Puede ser ese el hito más destacado del desarrollo urbanístico de Córdoba de los últimos años? -Sin duda. Si hablamos de los últimos años, sin duda esa es una cicatriz que se pudo resolver. -Ahora, es el río es el otro gran reto ¿no cree? -Se habla del río y muchas veces se nos compara con Sevilla o con Valencia, pero ahí hay un problema importante, es decir, tenemos un río que no tiene una corriente continua y mantenida. -Y con un monumento natural incluido, los Sotos de la Albolafia. -Pedro García del Barrio, al que yo llamaba cariñosamente el arquitecto poeta, tenía unas ideas curiosas y algunas de ellas importantes. Y precisamente para ese discurrir del río por la ciudad tenía algunas muy buenas. Es verdad que luego eran muy complejas de realizar. -¿Por qué? -Porque todos sabemos que en épocas de sequía se podía atravesar andando el río de orilla a orilla. Entonces, quizás ahí es donde haya que hacer un mayor esfuerzo de debate, de análisis, de contraste de propuestas, sin predisposición a nada. Simplemente, ver cómo se podría hacer una mejor integración del río dentro de la ciudad y para que esa cicatriz, una vez superada, ofrezca un tiempo de esplendor. -En la construcción todos recordamos la famosa burbuja inmobiliaria que acabó reventando. ¿Qué pasó? -Lo voy a intentar simplificar al máximo. Es decir, ahí lo que pasó es que no funcionaron los mecanismos de supervisión financiera. En el momento en el que para el desarrollo de una actividad empresarial dispones de financiación para comprar el suelo e incluso para pagar el IVA y para poder ejecutar las obras de construcción, digamos que desaparece el riesgo, que es lo inherente o lo que determina el nivel del desarrollo de todo el mundo. Y lo que vivimos entonces, y lo que yo viví desde Construcor, era una queja continua y mantenida durante ese periodo de tiempo de que cómo era posible que estuviesen aflorando esa cantidad de champiñones, empresas que no eran profesionales. No cabe duda de que todas tenían acceso a la financiación sin límite, con lo cual era natural que los profesionales, los menos profesionales y los no profesionales aflorasen y todos quisiesen aterrizar en el sector. Y claro, al final lo que pasó es que cuando se paró el baile y dejó de tocar la orquesta, hubo gente que se quedó en la pista de baile y evidentemente eso fue el desastre. Pero yo creo que ahí lo que falló fue fundamentalmente que esos mecanismos de supervisión financiera y de control, y fundamentalmente el Banco de España tenía que haber puesto un orden o unos límites a esa financiación, digamos, de barra libre. -Aquella burbuja acabó con grandes empresas constructoras de Córdoba. ¿Llegará la ciudad a tener un sector de la construcción tan potente como el de entonces? -Yo creo que ahora viene un momento interesante también. Lo que pasa es que lo vislumbro, y lo digo por mí y es una de las razones que han motivado la decisión de irme ya, en un horizonte temporal de cinco o seis años. -¿En qué sentido? -Bueno, pues ahora estamos con una base logística simultaneando con el proceso de innovación del plan que tendrá un plazo de tres o cuatro años aproximadamente. Luego, uno siempre quiere ver el fruto de alguna manera de ese trabajo y ese proyecto compartido con los cargos de gobierno de Construcor y con sus empresas miembros y claro, yo veo ya ese horizonte temporal muy largo. Entonces, prefiero retirarme y, a quien tenga que sustituir la función que yo he ejercido, por lo menos dejarle un reto que, sin duda, lo va a cautivar y le va a hacer entregarse a un sector como es el de la construcción. «Ante el proyecto de la base logística y el corredor central transmediterráneo, Córdoba debe ser exigente, rebelde, contestataria y no conformarse, hay que explotarlo al máximo» -Estamos hablando de la vivienda que parece que es el emblema del sector. Ahora mismo los dos grandes partidos, el que gobierna y el que quiere gobernar, están hablando sobre ello. Uno apuesta más por el alquiler y potenciar la vivienda protegida y otro habla más de la liberalización del suelo y de dar un poco más libertad al sector... -Bueno, digamos que las recetas, las que se han dicho ahora en materia de vivienda, no son nuevas. No hay nada nuevo. ¿Por qué antes se hacía mucha vivienda protegida? El problema que ahora se encuentran los jóvenes de no disponer del ahorro suficiente para poder pagar la entrada también existía cuando yo empezaba. Y aquello se solventaba con unos planes de vivienda donde le reconocían a las personas que querían adquirirla, en función de sus niveles de ingresos, unas cuantías que se le llamaban ayudas a la entrada. -Y se topaba también el interés que había que pagar... -Y se topaba el tipo de interés máximo que se iba a pagar por el préstamo hipotecario. En aquel entonces los intereses eran superiores, pero en el momento en el que superase un determinado tipo de interés, el Estado era el que ponía la diferencia, que es lo que llamaban la subsidiación del tipo de interés. ¿Qué problema tenemos ahora? Que la gente joven, igual que antes, no dispone del ahorro suficiente como para poder comprar la vivienda. La diferencia está en que ahora los planes de vivienda no contemplan una ayuda, digamos directa o una subvención directa para la compra de la vivienda, que no dejaba de ser el pago de esa entrada o una parte relativamente importante del pago de la entrada. Claro, llevamos del orden de 12 años en los últimos planes de vivienda, ya sean autonómicos o estatales, donde esas ayudas dejaron de aparecer, se cortaron. ¿Tienen visos de que se vayan a plantear y por qué motivo los dos partidos no plantean esa medida? Seguramente porque no hay posibilidad de que se acometa como tal, porque estamos en un mercado, estamos en la Unión Europea, hay que cumplir unas normas desde el punto de vista presupuestario y de déficit público y ha habido otras necesidades que han ido consumiendo ese gasto. Entonces, acudimos al alquiler, hay que fomentar el alquiler. Pero también se nos decía que con esto del teletrabajo, que con la mejora de las infraestructuras eso iba a permitir que la gente se pudiera desplazar, con lo cual el alquiler era el futuro, porque eso iba a permitir una mayor migración de las personas de unas ciudades a otras. Nada. Esto son fabulaciones que se hacen, que pueden ser verdad, pero que luego no se cumplen. Francisco Carmona, en los jardines de la sede de Diario CÓRDOBA. / Manuel Murillo -Entonces, conseguir una ley de vivienda unánime o con acuerdo de todos va a ser difícil, ¿no? -Bueno, puede ser, no creo que sea difícil. Yo creo que la base fundamental se ve en las propuestas y más o menos están alineadas. -¿La gente, en la actualidad, quiere vivir en propiedad? -En España, todavía, sí. Yo cuando hablo con la gente joven, lo que quiere es un lugar estable. Con lo cual, si las administraciones públicas no pueden dar la entrada o no pueden facilitar el pago de esa entrada o los que tienen que hacer mientras se ejecutan las obras de construcción, si la solución que ofrecen es que el Estado sea el que avale para que las entidades financieras aporten el 100%, a lo mejor habría que plantearse varias cuestiones. Algunas, creo que es una legislación de la comunidad autónoma de Valencia, que va en buena dirección. ¿En qué sentido? Pues que a lo mejor hay que revisar la tributación y la fiscalidad de los contratos de arrendamiento con opción a compra. -¿Por qué? -Porque parte de las cantidades que se pagan en concepto de renta se transforman en pago como parte del precio de la vivienda. Pero para eso, primero, a lo mejor hay que repensar las rentas que se pagan y se incrementa el importe de la renta con el IVA, de tal manera que cuando se ejercita la opción de compra ya se entiende pagado el IVA. Pero, también hay que revisarle el régimen fiscal de la cantidad que se perciba durante ese periodo de tiempo, porque al final todo se traduce en financiación. Creo que hay margen de recorrido suficiente. Y, por otro lado, hubo una ley urbanística que creó las llamadas reservas de aprovechamiento urbanístico. Bien, ahora todas las legislaciones urbanísticas han ido por la vía de intentar simplificar y agilizar al máximo la gestión urbanística. A lo mejor habría que plantearse, dentro del planeamiento, en qué medidas se podrían constituir esas reservas de aprovechamiento urbanístico. Porque a lo mejor en un suelo que no está afectado a la edificación de VPO, puede interesarle a una empresa adquirir equis reservas de aprovechamiento para en ese bloque consumir mayor edificabilidad, siempre y cuando esa diferencia se destine a esa vivienda asequible o protegida. -La construcción tiene también la faceta de la obra civil y obra pública. ¿Cómo está la obra civil ahora mismo? -Hombre, ahora parece que hay algo más de movimiento, pero realmente Córdoba lleva ya unos años estancada en unas cifras de licitación pública que no se corresponden con su superficie en kilómetros cuadrados y en el caso de la ciudad tampoco se corresponde con la importancia de su población. Digamos que no hay un equilibrio. Está bien que las comunidades autónomas hablen de sus sistemas de financiación, de que debe ser equilibrado y proporcional, pero luego cuando llega el reparto a nivel provincial, todo eso se quiebra. -En materia de infraestructura, Córdoba tiene ahora puesta mucha ilusión en la Base Logística del Ejército, en todos los sentidos. ¿Usted también cree que es una gran oportunidad para la ciudad? -Hombre, es una oportunidad importante y no solo por la obra. Yo creo que hay dos momentos claves, por un lado, cómo se van a licitar y contratar. Entiendo que si de lo que se trata es de favorecer un mayor nivel de competencia en términos de participación y presentación de ofertas por parte de empresas, parece que un solo contrato no tendría justificación, sino que habría que ver cómo se divide en lotes, porque entiendo que no todo se va a hacer al mismo tiempo. Entre otras cosas porque las otras bases logísticas que están repartidas por el territorio nacional habrá que ir desmantelándolas de una manera progresiva. De esa manera, se deberán ir incorporando a la base logística de Córdoba. Con ello no sé si todas esas distintas edificaciones para diferentes usos se tienen que hacer todas al mismo tiempo. Con lo cual, creo que dentro de esa programación y planificación, cuando menos, no es que lo esté pidiendo, sino que se analice, se estudie si es necesario sacarlo todo en una sola licitación o, por el contrario, cabe la posibilidad de que se fasee en lo que nosotros llamamos lotes. Así se estarían dando mayores oportunidades. Y luego, cuando esto finalice, no cabe la duda de que siempre va a haber una serie de actuaciones donde también indirecta o directamente están vinculadas las empresas del sector en términos de residuos, de mantenimiento, de conservación, etcétera. -Y en cuanto a proyección exterior de Córdoba, también va a ser importante, ¿no? Porque está pendiente el corredor central, del que tanto se habla. -Ese corredor es, digamos, la clave. No solo para mi organización, Construcor, sino sobre todo para la Confederación de Empresarios Córdoba. Creo que la base logística tiene que serlo de todo el ejército español. Y, claro, tiene que ser el detonante para acelerar definitivamente el corredor central transmediterráneo, transeuropeo. Eso tiene que ser así. Así que es un asunto en el que yo creo que Córdoba debe ser exigente, rebelde, contestataria. No puede ser que se nos haya dado una oportunidad y nos conformemos. Tenemos que explotar al máximo esa oportunidad. Y si hay que ser rebelde y contestatario, hay que serlo, con todas sus consecuencias. Suscríbete para seguir leyendo

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