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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/01/2025 04:45
Dave Bautista posa con un traje Gucci y collares de perlas previo a la proyección de "The Last Showgirl" en el Toronto International Film Festival (TIFF) en septiembre de 2024 (REUTERS/Carlos Osorio) Aunque dejó la lucha libre en 2010 para enfocarse en proyectos cinematográficos —es el famoso Drax El Destructor del universo de Marvel—, Dave Bautista regresó esporádicamente al ring para eventos especiales hasta su retiro definitivo en 2019. La decisión no fue simple. Si bien considera que su tiempo como luchador terminó, admite que extraña la energía del público y los momentos especiales que vivió como estrella indiscutida del World Wrestling Entertainment (WWE). El público estallaba al ver librar batallas a este gladiador de 1,92 m. Al escuchar la música que lo acompañaba en su festejado ingreso al cuadrilátero, lo hace soñar con volver. Describe la experiencia como algo casi adictivo. “Es como una droga”, comparó. El actor, hoy millonario, quien nació exactamente hace 56 años, construyó una carrera impresionante desde la absoluta pobreza en un barrio complicado de Washington DC. En su preadolescencia era difícil imaginar un radical giro en su vida, ya que pasaba el tiempo en las calles robando. Estamos hablando del mismo hombre que inició su carrera como luchador profesional en 1999 y firmó un contrato con la entonces World Wrestling Federation (WWF, ahora WWE) en el 2000. Con el nombre de “Batista” logró llegar a lo más alto. Entre 2002 y 2010, se consagró como campeón mundial en seis ocasiones: ganó el Campeonato Mundial Peso Pesado cuatro veces y el Campeonato de la WWE en dos oportunidades. Su carisma, físico imponente y habilidad para conectar con el público lo posicionaron como uno de los luchadores favoritos de su generación. Dave Bautista en la premier de Dune, en Nueva York, con otro modelo de la firma de alta costura italiana sobre su piel y una joya de oro y diamantes (REUTERS/Andrew Kelly) Una infancia marcada por la adversidad La infancia y la juventud de Dave Bautista estuvieron marcadas por un entorno hostil en uno de los suburbios más humildes de Washington D.C., donde la vida valía poco y nada. En su libro Batista Unleashed, el actor y luchador describió cómo la epidemia de crack de los años 70 y 80 devastó su vecindario. Contó que, antes de cumplir nueve años, presenció tres asesinatos justo frente a su casa. Uno de estos episodios quedó grabado en su memoria: mientras un hombre se desangraba lentamente en la puerta de su hogar, él y sus amigos continuaron jugando afuera. La violencia estaba naturalizada. Bautista, también, mencionó que la esperanza de vida en su barrio era menor que en países del tercer mundo afectados por guerras y hambrunas. Creció desconfiando de la policía debido a la corrupción y la falta de apoyo en su comunidad. Dave Bautista en su rol de Drax El Destructor, del universo de Marvel El luchador heredó una rica herencia cultural de sus padres: su madre, de ascendencia griega, y su padre, filipino-estadounidense. En un posteo de Instagram recordó a su abuelo filipino: “Él lo era todo para mí cuando era niño. Obtuvo su ciudadanía luchando por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y está enterrado con orgullo en el cementerio de Arlington. Mi abuelo era un filipino orgulloso, pero era un estadounidense aún más orgulloso. No descubrí cuántos trabajos tenía hasta que falleció y la gente me contaba historias de él cuando era más joven. Solo recuerdo haber crecido sentado en su sillón de barbero. Y la gente cercana a mí sabe que siempre tengo sillas de barbero en mi casa por esos increíbles recuerdos. De todos modos, podría seguir y seguir, pero realmente sólo quería que todos supieran de dónde venía mi esfuerzo”. Su familia se desintegró cuando era muy pequeño. Su madre, Donna Raye, asumió sola la crianza de Bautista y sus hermanos después de separarse de su esposo. En su autobiografía reveló que su padre nunca estuvo presente en su vida y que no cumplió el rol de figura paterna. Bautista siempre habla de su madre con admiración, como su gran ejemplo en la vida. Donna Raye enfrentó el rechazo de su comunidad greco-estadounidense conservadora al declararse lesbiana e iniciar una relación con otra mujer. En 2019, durante el Mes del Orgullo, Dave afirmó: “Ella es la razón por la que soy quien soy. Cada parte decente de mí como ser humano se debe directamente a mi madre”. Dave junto a su madre el día que la llevó en un jet privado a uno de su rodajes Cuando su madre decidió mudarse con la familia a San Francisco, buscando una vida mejor, las dificultades persistieron. En su adolescencia, para sobrevivir, se involucró en pequeños delitos, incluyendo robos y asaltos. Este estilo de vida lo llevó a situaciones peligrosas que más tarde lamentaría. Fue en el gimnasio, con la práctica de fisicoculturismo donde logró canalizar sus frustraciones y escapar de la delincuencia. Durante sus años de juventud sacó provecho de su altura y tamaño de sus espaldas trabajando como seguridad en discotecas, donde enfrentó constantemente situaciones violentas con clientes problemáticos. En una ocasión, fue acusado de agresión por usar fuerza excesiva. Dave Bautista a los 16 años - (Captura: Instagram/davebautista) En busca de un cuerpo perfecto, Dave entrenaba largas horas en el gimnasio. Aunque logró resultados impresionantes, llegando a pesar más de 135 kilos, nunca estaba satisfecho con su apariencia. En una entrevista con el Tampa Bay Times, describió este período como una forma de anorexia inversa donde, a pesar de ser inmenso, siempre se sentía pequeño e insuficiente. Esta obsesión lo llevó a dedicar gran parte de su tiempo al gimnasio, lo que lo alejó de su familia y le impidió desarrollar una vida equilibrada. La estrella relató que trabajaba como seguridad en una discoteca por las noches y entrenaba durante el día, cayendo en un ciclo interminable de trabajo y ejercicio. Dave Bautista a los 24 años El sacrificio constante para mantener su estado físico comenzó a pasar factura en su vida familiar. A los 30 años, se dio cuenta de que, a pesar de su dedicación al fisicoculturismo, seguía enfrentando dificultades económicas. Incluso llegó a pedir dinero prestado para comprar regalos de Navidad para sus hijos. Este momento de desesperación lo llevó a reevaluar sus prioridades y buscar un nuevo rumbo, que lo llevó a sumarse a las filas de la lucha libre profesional. A pesar de su edad, era joven pero no tanto, logró destacarse en esta disciplina deportiva y alcanzar el éxito en la WWE. Finalmente logró solucionar sus problemas económicos que lo perseguían de chico y ganar mucho dinero, pero se encontró con un estilo de vida para el que no estaba preparado. En una entrevista con News.com.au, el luchador confesó que en sus años de mayor éxito en la WWE, aunque no consumía drogas ni abusaba del alcohol, sufría de una adicción igual de problemática: las mujeres. “Las mujeres eran mi droga preferida. Había 10, 20 o 30 chicas que se me tiraban encima. No estaba preparado para ello”. Este comportamiento, según él, dañó a las personas que amaba y propició la ruptura de sus relaciones. Los inicios como luchador del actor de películas de acción y ciencia ficción quien pronto logró convertirse en uno de los favoritos del cuadrilátero El luchador, padre de dos mujeres, Keilani y Athena pasó por tres divorcios, mientras se dedicaba a una carrera que lo mantenía lejos de su casa durante largos períodos. En retrospectiva, Bautista expresó arrepentimiento por el daño que causó a sus seres queridos debido a su comportamiento. “Si pudiera cambiar algo en mi vida, sería el capítulo con todas las mujeres”, aseguró. El actor estadounidense Dave Bautista y su ex esposa Sarah (EFE) Su ascenso en Hollywood Tras su paso por la lucha libre, ya famoso, inició una transición hacia la actuación en 2010. Su físico, que inicialmente lo encasilló en roles de personajes corpulentos y sin mucho libreto, fue la puerta de entrada a la industria. Protagonizó películas como El hombre de los puños de hierro (2012) y Riddick (2013), pero su gran oportunidad llegó con el papel de Drax el Destructor en Guardianes de la Galaxia (2014), una producción del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM). Drax se convirtió en un personaje central dentro del UCM, y le permitió a Dave demostrar que estaba para más, y que además de un cuerpo esculpido tenía aptitudes para la comedia y el drama. Repitió este papel en Guardianes de la Galaxia vol. 2 (2017), Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019). En paralelo, el actor fue convocado por directores de renombre como Denis Villeneuve, quien lo incluyó en película Blade Runner 2049 (2017) y en Duna 2. Además, recientemente protagonizó Llaman a la puerta (2023), de M. Night Shyamalan, donde encarnó a Leonard, un personaje complejo que requería una transformación física significativa, que requirió que pesara 136 kilos. Por lo que después de ese rodaje, inició un camino de descenso de forma saludable, en el que a lo largo y de un año y medio perdió 33 kilos. El actor reconoció la necesidad de transformar su cuerpo para futuros proyectos. Dave Bautista en "Llaman a la puerta" El jiu-jitsu, un arte marcial que había dejado temporalmente, fue clave para nuevo aspecto y estilo de vida. Junto a su entrenador y amigo Jason Manly, se sumergió en intensas sesiones de jiu-jitsu mientras filmaba Duna 2 en Budapest. Pasaron horas entrenando, lo que lo ayudó a deshacerse de kilos, y también obtener el cinturón marrón en esta disciplina. Con este cambio el actor norteamericano admitió haber sacrificado algo de masa muscular en el proceso. Sin embargo, expresó sentirse satisfecho con su nueva forma física. La gran transformación del luchador sorprendió a sus seguidores en las redes sociales (REUTERS/Carlos Osorio) Bautista, quien cuenta con patrimonio de 16 millones de dólares, incorporó la moda de alta costura en su vida diaria, como una nueva faceta y también adoptó una estricta rutina de cuidado de la piel. Cansado de gastar grandes sumas de dinero en tatuajes, una de sus pasiones, decidió abrir su propio estudio, contó en una entrevista. Uno de los más llamativos y recientes es uno de Winnie the Pooh, el querido personaje infantil. Se lo hizo como un gesto de agradecimiento a su coprotagonista Chloe Coleman de la película My Spy. Fue después de una entrevista que les hicieron a ambos para saber cuánto se conocían. Ella dio como verdadera la posibilidad de que Bautista tuviera ese tatuaje del oso. Creyó que era cierto, destacando su personalidad tierna y afectuosa, en contraste con su apariencia de recio. Aunque inicialmente no era cierto, Bautista decidió honrar la suposición y se tatuó al osito. “Por vos me lo hago”. Su inmenso amor por los perros En la vida del luchador, los perros ocupan un lugar protagónico. En numerosas ocasiones dijo que sus mascotas son mucho más que animales de compañía; las considera su refugio emocional y su familia. En 2019, adoptó a dos pitbulls, Maggie y Ollie, quienes habían pasado los primeros seis años de sus vidas en condiciones de abandono y maltrato. El actor se sintió profundamente conmovido por su historia y trabajó arduamente para brindarles un hogar donde pudieran vivir rodeados de amor y cuidados. Dave se desvive por sus perros rescatados El actor agradeció públicamente a los amantes de los animales en Tampa que hicieron posible el rescate y la adopción de los perros, asegurándose de que permanecieran juntos como un dúo inseparable. “Estos hermosos bebés pasaron los primeros seis años de sus vidas abandonados y abusados. Ahora pasarán el resto de sus vidas siendo mimados y amados,” expresó en sus redes sociales, dando muestras de devoción por ellos. Bautista describe a los perros como su “lugar feliz,” una fuente inagotable de amor y simplicidad en su vida. En una entrevista, afirmó: “Los perros son mi felicidad, son la alegría de mi vida, son mi terapia. Lo son todo.” Estar lejos de ellos durante las giras y rodajes es particularmente difícil para él, quien describe esas ausencias como algo desgarrador, teniendo en cuenta de que los meses de ellos equivalen a años humanos.
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