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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 17/01/2025 14:40
(Imagen Ilustrativa Infobae) Crujiente, con sabor inmersivo...dulce...salado....en los últimos cinco años, la superficie dedicada al cultivo de pistachos en Argentina creció más de un 500 %. Este fruto, protagonista absoluto en helados, salsas y cookies, se convierte en una promesa para los productores nacionales. Desde los áridos paisajes del Cuyo, el pistacho no solo revoluciona la agricultura, sino que también seduce a los mercados más exigentes del mundo. ¿Cómo logró este “boom verde” ganar protagonismo en el país? ¿Qué revela el nuevo mapa agroclimático del INTA sobre su potencial? Un recorrido por su historia, su expansión y su impacto global. De Persia al Cuyo argentino: una travesía milenaria El pistacho nació hace más de 7.000 años en Medio Oriente, donde las civilizaciones antiguas lo veneraban como un manjar. Su expansión lo llevó primero al Mediterráneo, luego a América, y finalmente a los campos de San Juan en la década del 80. Allí, dos productores visionarios trajeron semillas desde Irán y California, convencidos de que este cultivo podía prosperar en tierras áridas. No se equivocaron. Hoy, San Juan concentra el 87 % de las hectáreas cultivadas con pistachero en Argentina, con 6.500 hectáreas dedicadas a este fruto. Este crecimiento, que superó el 500 % en cinco años, confirma el interés nacional en un cultivo que combina rentabilidad y sostenibilidad. Eduardo Trentacoste, del INTA La Consulta, explicó que la adaptabilidad del pistacho a zonas áridas y su tolerancia a déficit hídrico lo convierten en una opción ideal para estas regiones. Sin embargo, aclara que “la disponibilidad de agua sigue siendo clave para obtener altos rendimientos”. San Juan concentra el 87 % de las hectáreas cultivadas con pistachero en Argentina, con 6.500 hectáreas dedicadas a este fruto. (Imagen Ilustrativa Infobae) Un mapa que marca el camino Frente al auge del pistacho, el INTA decidió sistematizar más de diez años de datos meteorológicos y fenológicos de la variedad Kerman, la más popular en el país. El resultado: la primera zonificación agroclimática de este cultivo en Argentina. El mapa identifica las zonas con alta aptitud para la producción: el sur de San Juan, el norte y este de Mendoza, el sur de San Luis y el centro-sur de La Pampa. También señala áreas de aptitud media, donde factores como las heladas pueden condicionar los rendimientos. Según Gonzalo Sánchez, investigador del INTA San Juan, este documento no solo es una herramienta para productores, sino también un motor para la expansión controlada del cultivo. “Con esta información, los productores pueden reducir riesgos y aumentar la probabilidad de éxito en sus inversiones”, aseguró. El boom global del pistacho Argentina no está sola en esta fiebre por el pistacho. Estados Unidos lidera la producción mundial con 515.000 toneladas anuales, seguido de Irán con 400.000 y Turquía con 240.000. En cuanto al consumo, China, Europa y Medio Oriente son los principales destinos, con una demanda que no deja de crecer. ¿Por qué este fruto es tan popular? Es delicioso. Había que decirlo y se dijo. Sus aplicaciones son infinitas: desde aperitivos hasta postres, pasando por platos salados y bebidas. Además, su perfil nutricional, rico en proteínas, fibra y antioxidantes, lo convierte en un alimento saludable y atractivo para consumidores de todo el mundo. El pistacho, un aliado de la innovación y la sostenibilidad El pistacho no solo está transformando los campos de Argentina, sino también sus mesas. Su incorporación en la gastronomía nacional ha dado lugar a platos innovadores que mezclan tradición y vanguardia. Al mismo tiempo, este cultivo representa una oportunidad para diversificar la producción agrícola en regiones áridas, impulsando prácticas sostenibles. Con un consumo global en alza y un mercado que valora cada vez más la calidad y la trazabilidad, el pistacho argentino tiene el potencial de convertirse en un actor clave en la escena internacional. Desde las áridas tierras del Cuyo hasta las cocinas más sofisticadas, este pequeño gigante demuestra que no hay límites para quienes se animan a innovar.
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