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» Diario Cordoba
Fecha: 17/01/2025 02:36
Andan los políticos prometiendo, en masa, miles de viviendas, cientos de miles incluso, para que los chavales puedan independizarse sin que el banco, y no sus padres, los manden a la cama a las once de la noche. El Gobierno central ha lanzado una nueva empresa estatal, otra más; la Junta de Andalucía, otra línea de bonos de esos que luego no paga, y el Ayuntamiento de Córdoba, unos seiscientos domicilios nuevos más la consideración de la mitad del futuro PGOM en régimen protegido frente al 30% actual. Vamos por el final. Me apuesto una caña con montadito a que los 600 pisos de Vimcorsa son del tipo más caro posible, el llamado régimen autonómico, en urbanizaciones del lejano Poniente. Son las únicas que hipotecan los bancos y que se venden ya con piscina y zonas comunes a un pastizal. La idea del 50% de VPO es mala, muy mala, porque ya lo vimos en el Plan Renfe. El ahorro de la protegida se desplazó en forma de sobrecoste a la libre y se produjeron hechos inenarrables, como algunos sindicatos saben bien. El problema no es tanto de VPO sino de qué VPO estamos hablando. Nadie hace ya protección oficial porque ese concepto no existe desde hace muchos años. Antes, había ayudas directas que se han quedado circunscritas al precio tasado del suelo. Y la banca no concede hipotecas a las familias que precisan de vivienda social porque, quien tiene dinero para optar a ella, no cumple con los departamentos de riesgos. Para terminar de hablar, nadie quiere ya otro barrio de las Palmeras, otras Moreras. Enormes focos de pisos públicos que se convierten en un problema de seguridad ciudadana. El resultado es un caos, un descalzaperros, un sindiós. Esto que tenemos, o sea. El tema no es, pues, de cantidad de viviendas sino de tipología y precio. Tampoco es de más o menos intervención ya que el inmobiliario es un sector estatalizado hasta las mismísimas trancas. Es un problema de diversidad y de dinero. España tenía un sistema inmobiliario que todo el mundo criticaba (la VPO privada, las ayudas al crédito, las deducciones fiscales, las empresas del sector de tamaño diverso, el constructor de uña larga) pero que ahora todo el mundo echa de menos. Porque no se desmonta toda una actividad en el altar del capitalismo sin plantear una alternativa, que es lo que pasó aquí. Si ustedes quieren creerse a un político que diga que va a solucionar lo de la vivienda, quiá. Si me aceptan el consejo, al congelador con todos ellos, que no están diciendo la verdad. Y lo saben. Suscríbete para seguir leyendo
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