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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/01/2025 08:36
La eficiencia del panel está asociada al tiempo de exposición al sol, con lo cual en verano es aún más alta porque amanece más temprano y anochece más tarde. Entre los múltiples factores que hacen a la calidad de un edificio de oficinas, el impacto ambiental se convirtió en las últimas décadas en un aspecto fundamental. Dentro de esa área, la eficiencia energética es uno de los puntos que mayor consideración merecen a la hora de planificar una nueva obra. Esta tendencia, que en el mundo ha venido ganando cada vez más terreno, se veía un tanto postergada en Argentina a partir de una particularidad que distorsionaba significativamente el mercado local: los fuertes subsidios al consumo de energía. Esa realidad, que a partir del último año comenzó a modificarse por decisión del actual Gobierno, desalentaba las inversiones en energías limpias y renovables, ya que económicamente no se justificaban pese al beneficio ambiental que representaban. Tanto es así que hoy en nuestro país la matriz energética renovable en el 2024 alcanzó un 15% del total de la demanda, un número claramente inferior al que ostenta la nación vecina Brasil, donde han alcanzado más de 80 por ciento. Desde nuestro lugar, hace muchos años que otorgamos máxima prioridad al tema energético en los edificios que construimos, lo cual se ve reflejado en los últimos desarrollos de oficinas de la zona de Martínez y Nordelta. Ambos cuentan con plantas solares que les permiten generar un 25% de la energía que consumen, contribuyendo de este modo a aliviar la presión sobre la red de distribución eléctrica. Esta decisión, consecuente con el objetivo de generar un impacto ambiental positivo, pero que no reportaba un beneficio económico, adquiere un valor diferente ante el cambio de escenario: la quita de los subsidios y el sinceramiento del valor de la generación y distribución de la energía, que ahora sí se ve reflejada en el costo que afrontan los usuarios. Eso hace que el interés en lograr esa eficiencia energética se incremente y comience a ser similar al que existe en otras latitudes, ya que ahora el ahorro sí es notorio. Un punto central es la enorme eficiencia que se gana al generar la energía en el punto donde se demanda. ¿Por qué? Porque además del perjuicio que implica para el planeta consumir recursos no renovables, la generación en grandes escalas y la distribución conlleva también un alto impacto económico y ambiental. Generar la energía en el norte o en el sur de la Argentina y trasladarla a través de miles de kilómetros es ineficiente por definición. El punto de partida para instaurar los sistemas de generación propia en los edificios fue saber que existe una superficie expuesta al sol mucho tiempo. Es decir, las azoteas de cualquier edificio hoy tienen una heliofanía (tiempo de exposición al sol) altísima, y eso se aprovechó con la instalación de paneles solares. La eficiencia del panel está asociada al tiempo de exposición al sol, con lo cual en verano es aún más alta porque amanece más temprano y anochece más tarde. Por esa razón, y dado que el uso de la energía en los edificios de oficinas se da entre las 9 y las 18 hs, el excedente generado se inyecta a la red de la distribuidora para que también sea utilizada. No hay dudas de que el interés por la eficiencia energética se profundizará de aquí en más en la construcción de edificios de oficinas. La tendencia global es irreversible y los cambios en el panorama local dan un nuevo impulso a estas prácticas sustentables. Es una enorme satisfacción ver cómo lo que en algún momento fue una inquietud promovida prácticamente en soledad, hoy genera interés en todo el sector. El autor es ingeniero ambiental, magister en conservación biológica y director de Pedro Podestá
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