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Parana » El Once Digital
Fecha: 16/01/2025 07:30
Los ataques de palometas se multiplican y durante el pasado fin de semana, con altas temperaturas y una altura del río Paraná a la baja, al menos cuatro personas fueron mordidas en una misma zona de islas frente al Gran Rosario, en lo que se conoce como Paraná Viejo. Al caso de una médica, se le sumaron otros tres bañistas que se encontraban en embarcaciones ancladas en el llamado Paso de Destilería, en línea recta a Granadero Baigorria. El caso más reciente fue el de una mujer de 54 años, que fue trasladada desde las costas entrerrianas a la unidad asistencial de Ecco en el balneario La Florida. Los ataques María del Rosario es una médica del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), estaba junto a un amigo y a bordo de una embarcación cuando una palometa le arrancó un pedazo del dedo gordo del pie, que lo tenía sumergido en el agua. "Nos tiramos un par de veces al agua sin ningún problema. Después me quedé sentada en el bote, con los pies en el agua, mientras tomaba mate. Sentí una mordida en el dedo gordo del pie derecho. Me encontré con que me faltaba un pedazo", relató. "Sentí molestia, pero no me dolió. Sí me sorprendió el sangrado", comentó. Además, señaló la importancia de llevar botiquín: "Para realizar una curación hay que tener agua potable, jabón y agua oxigenada para que arrastre la suciedad. Después Pervinox y gasas para cubrir, comprimir y detener el sangrado". Otro caso similar se produjo en la misma zona de islas. En este caso, la víctima fue Pablo, un empresario de mediana edad estaba en su embarcación cuando también al refrescarse en aguas del Paraná Viejo sintió el brutal ataque. La palometa lo mordió en el medio del empeine del pie izquierdo y le arrancó de cuajo la piel y parte de los tejidos. El hombre se colocó gasa y pudo desinfectarse en el sector del Paso Destilería, una zona aguas arriba del puente Rosario-Victoria donde se había producido el ataque anterior. Luego, hacia la noche, acudió al Hospital Privado de Rosario (HPR). "Probablemente por las cicatrices más viejas de otras operaciones estaba la zona más insensible y eso influyó para que el dolor no haya sido tan grande, si bien fue importante. Tengo una cura húmeda con vaselina sólida y gasa, para que vaya cicatrizando. Quedará la marca y el hueco", contó. Le recetaron antibióticos y se volvió a colocar la vacuna antitetánica. "Por ahora no tengo mucho dolor, estoy calzado con una gasa, pero no molesta tanto", dijo este miércoles por la tarde. El tercer caso se produjo el lunes, también en la misma zona de los hechos anteriores. Carlos, un socio de una guardería de zona norte, llegó con su velero a un sector que tenía una profundidad de unos 4,5 metros y a unos 6 metros de la costa. El hombre estaba también en su embarcación cuando hacia las 18 de ese día recibió el ataque. Y el cuarto hecho fue este miércoles a la tarde, cuando una mujer de 54 años fue atacada en un dedo de la mano y trasladada de inmediato de la zona de islas entrerrianas a una unidad que ECCO dispone en La Florida. Advertencia del servicio de emergencia Ante estas situaciones, el director del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies), Cristian Bottari, reiteró algunos consejos que previamente el dispositivo de Salud Pública municipal había brindado. "Los bañistas se deben sumergir en playas habilitadas, ya que las palometas se mueven en cardúmenes y en general están en sitios donde hay pescadores que hayan descartado carnada. Tampoco sumergirnos con lastimaduras o heridas cortantes. Pero no existen medidas de prevención adicionales”, expresó. Tras ello mencionó que “se trata de peces carnívoros y si nos agreden debemos primero retirarnos del agua en forma inmediata, dar aviso al guardavidas y lavarnos con abundante agua y jabón estas heridas que mayoritariamente son circunferenciales en forma de sacabocado. Luego el personal de asistencia evaluará si se requiere una sutura, algún tipo de curación, según cada caso". Los tres ataques fueron en el Paso de Destilería. Se trata de un brazo del Paraná viejo ubicado detrás de la Isla de los Mástiles, aguas arriba del puente Rosario-Victoria. Con el calor, el metabolismo de estos peces se acelera. En este sentido, se encuentran más activos, requieren más energía y tienden a buscar alimento con más frecuencia y agresividad. Además, este contexto los lleva a pasar de una dieta omnívora a otra carnívora. De todos modos, la razón por la que atacan a los humanos es porque confunden el movimiento de los pies con el de sus presas. En verano, el escenario se torna propenso a este tipo de ataques a humanos aunque no revisten letalidad, pero si pueden lesionar tejidos. (La Capital)
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