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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 16/01/2025 04:03
En el barrio Tanque de Basavilbaso la vecina ha sorprendido a todos con una cosecha verdaderamente inusual. Con una gran sonrisa de orgullo, Gloria comparte que su quinta, ubicada en el fondo de su casa, entre las calles Falucho y Ayacucho, ha sido el lugar donde ha experimentado una "temporada muy buena". Sin embargo, más allá de los números o las dimensiones de los productos cosechados, Gloria destaca lo que realmente la motiva: la satisfacción de llevar a su mesa alimentos que cuidó desde la siembra. “Lo que quiero dejar claro es que la satisfacción de llevar a la mesa algo que cuidaste desde que colocaste la semilla no tiene precio”, asegura en diálogo con FM RIEL. Gloria recuerda que, en los comienzos, comenzó a cultivar por "terapia", usando la azada para recordar lo que en tiempos pasados era una práctica común, pero que con la "modernidad y la comodidad" fue desplazada. No obstante, su conexión con la tierra creció, y hoy en día disfruta ver cómo sus esfuerzos se traducen en productos de calidad, “espectaculares” como ella misma los describe. La cosecha de este impresionante repollo, junto con otras hortalizas, ha sido compartida por Gloria en redes sociales. Aunque no tiene la intención de convertirse en un ejemplo para nadie, Gloria no puede evitar contar con entusiasmo la excelente experiencia que ha vivido cultivando su propia comida. “No quiero ser ejemplo de nada, pero me siento muy satisfecha de poder disfrutar de los frutos de mi trabajo”, dice, destacando que más allá de las cifras, lo que realmente vale es la conexión con la naturaleza y el proceso de ver crecer lo que sembró con sus propias manos. El repollo gigante de Gloria es solo uno de los muchos ejemplos de lo que una huerta familiar puede lograr con dedicación y paciencia. Su historia es un testimonio de que, incluso en tiempos difíciles, el trabajo en la tierra puede brindar no solo frutos saludables, sino también una satisfacción inmensa que no tiene precio.
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