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» Diario Cordoba
Fecha: 16/01/2025 01:09
Se repite mucho en el mundo del fútbol, casi como un mantra, eso de que las individualidades te pueden llevar a ganar partidos sueltos, pero que son las plantillas las que ganan campeonatos. Topicazos, sí, pero que el fondo tienen su razón de ser. Lo sabe Diego Pablo Simeone, firme defensor públicamente de esa idea, y que este miércoles, en la práctica, demostró que no lo hace de cara a la galería. Ante el Elche y en octavos de la Copa del Rey, el técnico argentino dio entrada los teóricos suplentes del Atlético, que saltaron al Martínez Valero dispuestos a convencer a su entrenador que están preparados para aportar y ser útiles en el tramo decisivo de la temporada. Y lo hicieron, firmando una convincente victoria, y ya van 15 seguidas, que permitió al equipo rojiblanco sellar su presencia en cuartos de final. También es cierto, todo hay que decirlo, que cuando cuentas con una plantilla como la colchonera, cuesta menos confiar en tu banquillo y apostar por las rotaciones masivas. Se olvidó el Cholo del mantra del "partido a partido" pensando en lo que viene, la cuesta de enero con 6 partidos en apenas 16 días. Y hubo, por tanto, oportunidades para los menos habituales, repitiendo solo en el once Le Normand y Gallagher con respecto a lo ocurrido el pasado domingo ante Osasuna. Turno para una 'unidad b' que, por otro lado, cuenta con nombres de peso como el capitán Koke, Samu Lino, Correa o Sorloth. La frialdad de Sorloth Fue precisamente este último, que este año está brillando entrando como revulsivo en las segundas partes, el que apenas tardó ocho minutos en demostrar que también está preparado para jugar de inicio. El noruego aprovechó la falta de de contundencia de la defensa ilicitana para, como buen nueve de área, remachar un centro de Llorente reventando las redes de la portería que defendía San Román, sobrino de un ilustre atlético como fue el 'Pechuga'. El tanto tempranero validó al cien por cien el planteamiento de un Atlético que, reforzado de inicio en lo anímico, asumió el papel de equipo superior con gusto y comenzó a dominar el choque, volcando el juego por una banda derecha por la que Llorente no paraba de percutir. Avisó Correa, con un trallazo que se sacó de encima como pudo San Román. Y sentenció a la media hora, tras un regalo de Diaby en forma de penalti. Gallagher y Bigas, en un momento del Elche-Atlético. / EFE Recortó Lino en el pico del área y el central, imprudente, fue al suelo Volvía el VAR a la Copa en esta ronda, pero no hizo falta para un penalti clamoroso ante el que Cuadra Fernández no dudo. Como tampoco lo hizo Sorloth, reventando el balón desde los 11 metros al fondo de las mallas para lograr su décimo gol de la temporada. "Es frío. Hace un golazo y dice ‘gol", bromeó Simeone hace unos días sobre el noruego, del que valoró "lo que nos puede aportar, ya sea en cinco, en 20 o en 90 minutos". Y en los últimos choques está quedando claro que así es. Riquelme se redime El tanto acabó con cualquier incertidumbre, y permitió al Atlético hasta disfrutar. Se asociaban Riquelme y Lino en el costado izquierdo, encontrando con facilidad las vías de agua por las que generar peligro en el área rival. Mientras, Musso ejercía de espectador de lujo de un partido absolutamente volcado hacia el campo del Elche, y en el que Koke imponía sin problemas su criterio en la creación. Y cuando eso ocurre, cuando el capitán no tiene que correr detrás del balón sino que es él el que lo hace correr, el Atlético vive cómodo. Muy cómodo. Combinando con todos, ayudando a sus compañeros con y sin balón, el único jugador de la plantilla rojiblanca que sabe lo que es ganar una Copa (en 2013) demostró que, aunque haya perdido el sitio en el once, todavía está para seguir aportando. Y junto a él, también lo hacían otros como Riquelme, muy activo, o Azpilicueta. De nada servía el gran momento de forma del Elche, que llegó a la cita sin saber lo que era perder (7 victorias y 3 empates) en los últimos 10 partidos, ante lo enchufado que saltó al campo el equipo rojiblanco. A la hora de la verdad, la primera mitad del partido demostró la diferencia de calidad entre un equipo de primerísimo nivel y otro de Segunda, aunque sea uno que ocupa puestos de ascenso. Así se llegó al descanso, durante el cual el protagonista del partido, Sorloth, fue sustituido "por precaución" ante unas pequeñas molestias. Aun así, nada cambió a la vuelta, tras la reanudación. No había partido, y si había alguna duda, otro error del Elche, en este caso de Nico, acabó con cualquier esperanza de remontada. Tenía amarilla el argentino, que apenas cinco minutos después de iniciarse la segunda mitad derribó a Riquelme y vio la segunda cartulina, marchándose a la calle y convirtiendo lo que quedaba de choque en un plácido monólogo rojiblanco. Un dominio que se tradujo en el tercer y definitivo tanto de un Riquelme que se desquitó de haber enlazado varios partidos sin jugar con un trallazo desde fuera del área que se coló por la escuadra de un San Román que, también hay que mencionarlo, no estuvo del todo acertado. Fue ese el golpe final para un Atlético que, dominando en el juego, en el marcador y con un hombre más, contemporizó y pensó a futuro. Sin Desgastarse, hubo tiempo hasta de dar minutos a un Lemar que, lastrado por las lesiones, apenas ha contado el lo que va de año. También entraron los argentinos De Paul, Julián y Nahuel, juntándose en el terreno de juego hasta cinco jugadores de la selección albiceleste. No se desgastaron mucho, eso sí, e incluso la Araña mojó anotando el 4-0 que redondeó una goleada que construyeron, con una actuación más que sólida, los teóricos suplentes del Atlético. Esos que, en Elche, aceptaron el envite de Simeone y demostraron que están para sumar a un equipo que vuela al son de las victorias.
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