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» Elterritorio
Fecha: 15/01/2025 10:32
María Magdalena V. (57) sufrió fracturas en las costillas y omóplato tras las golpizas que le propinó un vendedor ambulante. Vecinos reclaman mayor presencia policial miércoles 15 de enero de 2025 | 6:00hs. El ataque ocurrió en una vivienda sobre la calle 35 Foto: Natalia Guerrero. La comunidad del barrio Kennedy y alrededores se mantiene alerta tras conocer de un ataque a plena luz del día en manos de un presunto vendedor ambulante contra una vecina mayor de edad. La severidad de las lesiones fue tal que la víctima fue hospitalizada e intervenida de urgencia. Sin embargo, este hecho sólo reveló la realidad de varias familias que deben presenciar reiterados y preocupantes episodios de inseguridad, a los que, confesaron, nadie atiende. Como informó oportunamente El Territorio, el aterrador episodio de violencia que tuvo lugar en el populoso barrio posadeño sucedió cerca de las 11 del lunes cuando un vendedor atacó a golpes a una mujer de 57 años para robarle un celular y después darse a la fuga. La víctima, María Magdalena V., y que reside junto a su madre sobre la calle 35 de la mencionada zona logró pedir ayuda y relatar lo ocurrido ante agentes policiales. En su exposición ante la policía, relató que el hombre era un conocido vendedor del barrio, quien le ofreció sus productos como muchas otras veces. Sin embargo, en esta oportunidad y ante la respuesta negativa de la mujer, el señor ingresó de manera prepotente al domicilio para atacar de forma brutal a la mujer, ocasionándole graves heridas en el rostro y cuerpo. Incluso intentó ahorcarla, reveló la víctima. De acuerdo a las descripciones que pudo brindar, el acusado -que hasta el cierre de esta edición sigue prófugo- tendría cerca de 50 años. Desde que se tomó conocimiento de la grave agresión, la mujer fue derivada al hospital para someterse a los análisis médicos de rigor y ser asistida por las lesiones sufridas. Por otro lado, mencionaron que deberá someterse a exámenes para determinar o descartar la posibilidad de abuso sexual, debido a que -por el estado de shock tras el ataque-, no recuerda parte de lo ocurrido. En ese marco, el último parte médico que se reveló en horas del mediodía de ayer detalló que actualmente la mujer de 57 años presenta fractura en tres costillas, lesiones en el rostro y fractura de omóplato. El informe añade que la paciente recibió “requerimiento de tubo de avenamiento pleural” -para el drenaje de líquidos-. Por todo esto, se la describió como una paciente “hemodinámicamente estable”, con apoyo de oxígeno por cánula. Ataque brutal Mauro Aguirre, encargado de un reconocido supermercado que funciona sobre la avenida Tierra del Fuego, fue uno de los pocos que presenció el violento episodio que shockeó a toda la comunidad del barrio Kennedy. El hombre y al menos otros tres trabajadores se encontraban en el depósito del comercio, que opera frente a la vivienda de María Magdalena. “Cuando estábamos descargando mercadería lo vimos llegar al vendedor, pero no sospechábamos”, comenzó relatando sobre la ajetreada mañana del lunes a este matutino. Según su descripción, el hombre estaba bien vestido y sería un conocido vendedor del barrio, que visitaba y ofrecía mercadería frecuentemente a la agredida. “Los vecinos lo conocen porque se ve que él le vendía verduras a la señora, que siempre iba a la casa a ofrecerle cosas”, agregó. “Uno de los empleados me alertó que el hombre aplaudía afuera de la casa, que insistió como 10 minutos hasta que la señora lo atendió”. Hasta ese entonces, todo transcurría con normalidad. Mientras los empleados de comercio continuaban sus tareas, llegaron camiones con mercadería para descargar que cubrieron gran parte del rango de visión desde el depósito, lo que les impidió seguir la situación de María y el agresor. Sin embargo, ninguno de ellos sospechaba que lo peor estaba por ocurrir. Pasaron varios minutos hasta que cerca de las 11 la agredida logró pedir socorro a los trabajadores, quienes intentaron asistirla y alertaron a la policía inmediatamente. De acuerdo a lo último que la mujer pudo contar tras ese momento de shock, herida en el rostro y aterrada, fue que, luego de negarse a comprar, se retiró del frente lindante al portón e ingresó a su hogar. “Su casa tiene como un pequeño pasillo que lleva a la parte de atrás con otra puerta, y cuando la mujer entró en un descuido el hombre ya estaba ahí”, contó Mauro, que siguió el relato que le aportó la víctima quien, como pudo, confesó lo ocurrido. “Fue brutal cómo la atacó. Estaba muy mal. Uno de nuestros trabajadores se descompensó, no podía verla de lo mal que estaba. La mujer contó que en un momento perdió la conciencia”, describió con la repulsión aún latente en el rostro al recordar aquella escena. “Por la forma en la que la golpeó y lo que hizo, puedo asegurar que ese hombre no tenía intenciones de robar. Era otra cosa”, sospechó Aguirre. El agresor fue captado por las cámaras de un supermercado. En esa línea, reiteró que “ninguno de nosotros sospechaba o desconfiaba del hombre”. No obstante, y luego del ataque, el equipo constató las cámaras de seguridad del local para poder identificar al agresor y los films daban cuenta de actitudes sospechosas. Aguirre reconoció: “Cuando revisamos las cámaras notamos que el hombre tanteaba que nadie lo viera, que estaba inquieto y miraba a todos lados”. Sin detenido e inseguridad En tanto, las investigaciones a cargo del Juzgado de Instrucción Dos continúan con fervor para intentar dar con el agresor, que sería un conocido vendedor en la zona y estaría en situación de calle. No obstante, aún no hay rastros del mismo, que al momento del hecho llevaba una mochila y una bolsa de papel con elementos. En línea con lo sucedido, Karina Carabén, presidenta de la comisión vecinal, manifestó que en el último tiempo el barrio se tornó un lugar inseguro y que la falta de policías en la zona hace que los malvivientes puedan actuar sin dificultades. “Vivimos rodeados del Jardín Botánico, mucho espacio verde y mucha gente en situación de calle que vive en la zona. El lugar se volvió bastante peligroso, no tenemos más el destacamento policial con el que contábamos antes pegado al Jardín”, manifestó Karina en diálogo con Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7. El barrio aún no sale de su asombro por lo que padeció María Magdalena y los vecinos dieron a conocer que en reiteradas ocasiones pidieron mayor seguridad en la zona, pero no obtuvieron respuestas. “No contamos con policías, siendo que es una zona turística porque hay gente de otros lados que por ahí vienen a recorrer el lugar y no tenemos seguridad”, reclamó. Además, agregó que la policía más cercana con la que cuentan es la Comisaría Octava, que queda en el barrio San Jorge, alejado de la zona. Motivo por el cual “se demoran bastante hasta llegar”. Vecinos reclaman que diariamente ocurren delitos en la zona. Foto: Natalia Guerrero Por otro lado, recalcó que los hechos delictivos aumentaron en el último tiempo. “Tuvo que pasar algo grave como le pasó a la señora para que seamos escuchados. Necesitamos que esto no quede en la nada, que atrapen a la persona. Sabemos que ya lo tienen identificado, pero todavía sigue dando vueltas, está libre y es muy peligroso”. “Esta misma persona ya había llegado a varios domicilios de forma agresiva. Llegaba a pedir algo y si no le dabas te insultaba y pateaba el portón. Se dio aviso a la Policía, pero nunca se intervino”, contó, añadiendo que en el último episodio fue muy grave. “Fue un ingreso y una agresión que le desfiguró la cara, le rompió las costillas. Fue tremendo”. Sobre el posible paradero del agresor, la entrevistada mencionó que le advirtieron que el hombre “suele esconderse en la parte de los túneles de la rotonda donde puede esconderse. Los tejidos están rotos, por lo que es muy fácil escaparse”. “Estamos en alerta, es triste tener que estar encerrados y con miedo, no es justo para los vecinos, viviendo en un espacio tan lindo no poder disfrutar de los paseos y del parque”, reprochó la vecina. El ataque sacó a relucir el flagelo que viven los vecinos del Kennedy y alrededores, quienes expresaron preocupación por el descuido y la falta de presencia policial en la zona. Incluso teniendo al Jardín Botánico a pocos metros, un sitio admirado por turistas, pero en el que suceden diferentes hechos delictivos. El episodio en el que María Magdalena se llevó la peor parte alarmó, una vez más, a las cerca de 140 familias que allí residen. Y que, ante la falta de respuestas por parte de autoridades del Foro de Seguridad o del municipio, deciden organizarse y hacerle frente a la situación. Sea dando avisos de presencias sospechosas en el barrio mediante un grupo de WhatsApp, o compartiendo registros fílmicos por el que puedan identificar a asaltantes, los vecinos se dan una mano con lo que pueden. “Estamos solos en esto, desde que nos cerraron el destacamento policial en el barrio esto es tierra de nadie”, describió a El Territorio la referente vecinal con preocupación. “Al ser un sector turístico y de muy amplio parquizado es muy complicado para los que vivimos acá. El grave problema que vivimos los de esta zona es que hay visitantes las 24 horas del día y ya no sabemos cómo actuar ante lo que está sucediendo”, manifestó Caraben. En ese sentido, reconoció que a pesar de los frecuentes pedidos de más agentes y patrullas, “no hay solución. La única respuesta que nos dan es que los vecinos hagan la denuncia y llamen al 911”, relató. La vecina señaló ser testigo de hechos de inseguridad diariamente y que “a veces nos exponemos nosotros ante los delincuentes, y eso nos perjudica”, indicó. En esa línea, lo que aportaría un atisbo de alivio a las familias sería la presencia de policías en el predio municipal: “Necesitamos que el predio del Botánico esté seguro para que nosotros estemos seguros”. Ya que, según consignó Karina, “no hay seguridad ahí. Y nosotros vivimos dentro del Jardín. Son 140 familias, más las aledañas que son de la chacra 223. La seguridad que hay es un personal que está abocado al centro de visitantes, que es el salón principal”, describió. “El resto del predio lo cuidamos nosotros los vecinos que vivimos peleando con delincuentes. En varias oportunidades se le solicitó al foro para que pongan seguridad pero hasta ahora todo quedó en un simple pedido y reclamo al intendente”. Cada pedido se sustenta en las múltiples denuncias de vecinos que fueron víctimas de asaltos y otro tipo de delitos. La mayoría están vinculados a robos de celulares, zapatillas y bicicletas. Aunque la mujer reconoció que en el último tiempo se redujo la cantidad de exposiciones en sede policial. “En muchos casos no hacen la denuncia por miedo, o porque dicen que es pérdida de tiempo. Pero la policía trabaja con estadísticas: sin denuncia es como que todo es un paraíso, y es otra la realidad. Sino parece que estamos en el paraíso”.z Una realidad difícil El descuido en el Jardín Botánico y cercanías también revela la falta de asistencia para personas que están en situación de calle y que encuentran allí un espacio, transitorio y precario, para vivir. Aunque, en palabras de los vecinos, esta población generalmente también atraviesa consumos problemáticos. Algunos circulan armados, lo que preocupa extremadamente a las familias. “Vivir encerrados no es vivir. Pero no tenemos otra alternativa”, declaró Karaben. En la comunidad anhelan tener un espacio seguro no sólo para quienes viven allí, sino para los turistas, ya que, resaltaron, hay visitantes diariamente. “Necesitamos que el predio del botánico esté seguro para que nosotros estemos seguros”. “También se armaron grupos donde van a salir a recorrer las calles y defendernos entre nosotros, porque demora muchísimo”, explicó Karaben, añadiendo que la asistencia policial es insuficiente.
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