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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/01/2025 04:49
María Corina Machado y Edmundo González Urrutia conducen a la oposición al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela El 11 de agosto de 2024 escribí una nota acerca de la situación venezolana, donde entre otras cosas afirmaba: “No hay esperanza de que la situación interna de Venezuela cambie. No hay posibilidad de fractura de las Fuerzas Armadas, pues el fenómeno bolivariano no puede ser asimilado a una dictadura cívico-militar o militar a secas. Se trata de algo distinto, en Venezuela las Fuerzas Armadas participan activamente de los negocios legales y clandestinos. Operan como clase social, como nomenclatura o exageradamente como omertá. De manera que no representan los intereses de algún sector social o de la Nación toda, son la representación de ellos mismos, como clase. A los venezolanos, el derrotero que les queda para no ser muertos en las calles es un camino similar al que el peronismo llevó adelante frente a la Revolución Libertadora: el sabotaje, silencioso pero efectivo”. Tengo claro que a más de un lector estas palabras lo indispondrá severamente: los peronistas precámbricos, por ser asimilados al movimiento que encabeza Corina Machado; y los simpatizantes de Corina Machado, por ser emparentados con la lucha que el peronismo debió realizar para retornar al poder. Qué hacer frente a un golpe de Estado En abril de 1954, siendo Perón Presidente de la Argentina, convocó a elecciones para senadores, diputados y vicepresidente tras el fallecimiento de su vice, Hortensio Quijano. Independientemente de la triquiñuela de Subiza, al modificar el número de circunscripciones en la Capital para restarle votos al radicalismo, lo cierto fue que esas elecciones se transformaron en un plebiscito. Perón ganó por el 62% de los votos. En elecciones absolutamente limpias, sin el menor atisbo de fraude. Un año después, ante la imposibilidad de vencerlo por caminos legales e institucionales, ocurrió el golpe militar de 1955. Este golpe puede ser asimilable al golpe militar de Maduro contra el triunfo de Machado que, según las actas presentadas por los partidarios de Corina (al momento, el 85% de ellas), su caudal llega a casi el 70%. La única verdad es la realidad, y lo cierto es que ambos golpes son asimilables, pues procuraron y procuran evitar que gobiernen las mayorías. Después, se puede desarrollar más el asunto: democracia de origen, democracia de ejercicio, sobre las políticas económicas y sociales, las alianzas internacionales y muchas monsergas más, pero lo cierto es que ambos cerraron el camino a la voluntad popular. Los tiempos son muy diferentes, el mundo es otro, pero los pueblos son permanentes y su voluntad no debiera ser substituida por iluminados o camarillas narco. De dónde salen las fuerzas para vencer a las dictaduras En el 2019, aunque no sea público, se barajó la posibilidad de derrocar desde el exterior a Maduro. Se realizaron conversaciones entre funcionarios de los gobiernos de Trump, Santos (más Uribe y Duque), Bolsonaro y Macri para llevar adelante un operativo militar y derrocar a una dictadura que generaba una emigración tan grave como la Siria y al mismo tiempo evitar una avanzada rusa/china/iraní sobre América del Sur. No pudo ser. El politicólogo José Natanson, director de Le Monde Diplomatique para el Cono Sur, asevera en un reportaje que las Fuerzas Armadas norteamericanas desaconsejaron el operativo, pero hay otras opiniones que sin descartar esa aseguran que fue Macri uno de los más renuentes a esta acción. Algún día se sabrá. Cómo queda Venezuela Lo ocurrido en Venezuela con Corina Machado y Edmundo González Urrutia es una pena y entiendo que va a costar mucho remontar la derrota. Sin embargo, pueden diferenciarse dos momentos. El primero, positivo: haber participado en las elecciones unificando a toda la oposición y venciendo en las mismas. El segundo, un grave error, creer que alcanzarían el poder por medio de las elecciones. Eran, sí, un paso para constituirse como fuerza en el momento de apertura del régimen y prepararse para lo que inevitablemente ocurriría: la trampa y la represión. Debían estar organizados cuando sobrevinieran la persecución y la clandestinidad. Lo que enseñan las revoluciones Deberían ya, los adeptos a Machado, ponerse a estudiar todos aquellos procesos políticos revolucionarios que dieron por tierra con tiranías o dictaduras sangrientas. Al parecer, Corina cayó en la trampa de Biden y Kamala Harris: hacer creer que algo pasa cuando no pasa nada. Biden fue garante de los acuerdos de Barbados. ¿Los demócratas creyeron en Maduro o pensaron en el petróleo, el gas y el oro venezolano? ¿O algo más saludable? ¿Evitar el giro de Maduro hacia Rusia, China e Irán que imprudentemente han acelerado?. Sin duda, los demócratas hicieron su juego. Corina se equivocó al no hacer el suyo. Pero para hacerlo debía entender que no serían las elecciones el camino al poder. Creyeron y le hicieron creer a sus votantes y al mundo que las Fuerzas Armadas se quebrarían abriéndoles el acceso al poder. ¡Error! A como están las cosas, si las Fuerzas Armadas llegaran a quebrarse, cosa que dudo, no será para darle el poder a Edmundo González Urrutia, sino para ordenar una transición y convocar a nuevas elecciones. Corina Machado y su gente deben pensar otras formas para alcanzar el poder. Frente a ellos se alza una brutal tiranía. Deberían, entonces, estudiar e implementar acciones que bajo otras circunstancias contribuyeron a la caída de dictaduras. El ejemplo de Siria, en menor escala, es estudiadle. Solo cuando hubo una fuerza constituida al interior de Siria, Turquía dio una mano. No es tiempo de maestras jardineras o politicólogos. Se trata de guerreros, de organizar la resistencia y esta deberá tener una parte clandestina. El tiempo de la invasión ha pasado. Por las dudas, Maduro ha advertido: “Junto a Cuba y Nicaragua y nuestros hermanos mayores del mundo, si un día tenemos que tomar las armas, dar la batalla en la lucha armada y volver a ganarla. No somos líderes tibios”. De manera que Corina deberá asumir este mensaje y obrar en consecuencia. ¿Está esta señora a la altura de las circunstancias? El tiempo lo dirá.
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