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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/01/2025 22:31
El uso del índice de masa corporal (IMC) presenta limitaciones para evaluar la salud individual.(Freepik) El índice de masa corporal (IMC) fue desarrollado en el siglo XIX por el estadístico belga Adolphe Quetelet, para medir las proporciones del cuerpo humano a nivel poblacional. A mediados del siglo pasado, se convirtió en una herramienta masiva para clasificar a las personas en peso normal, sobrepeso u obesidad. Sin embargo, ese método no refleja (ni nunca lo hizo) de manera precisa la salud ni da información sobre la distribución de grasa corporal en cada individuo. Puede subestimar o sobreestimar tanto la adiposidad como la enfermedad. Al tener en cuenta esas limitaciones, la Comisión de Obesidad Clínica de The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó hoy la largamente esperada nueva definición de la obesidad. Sugiere hablar también de pre-obesidad y solo utilizar el índice de masa corporal para detección y estudios epidemiológicos. La Comisión de Obesidad Clínica de The Lancet Diabetes & Endocrinology propuso una nueva definición de obesidad, sugiriendo el uso del IMC solo para estudios epidemiológicos y cribado, pero no como una medida individual de salud. (Imagen Ilustrativa Infobae). “Recomendamos que el IMC se utilice únicamente como una medida sustitutiva del riesgo para la salud a nivel poblacional, en estudios epidemiológicos o con fines de cribado, en lugar de una medida individual de salud”, escribieron los expertos. Con la propuesta integral que hicieron y si se implementara, el trabajo podría revolucionar el diagnóstico y los tratamientos, y ayudar a derribar estigmas. La discriminación por el peso se reporta en el 19–42% de los adultos con IMC alto, particularmente en las mujeres, informaron los 56 expertos que integran la Comisión. El informe destaca que el estigma asociado al peso afecta gravemente la salud mental y física (Imagen Ilustrativa Infobae) ”El estigma internalizado relacionado con el peso afecta negativamente la salud mental y física más allá de la obesidad misma, a través del estrés, el aislamiento social, la baja autoestima, la ansiedad, la depresión y el abuso de sustancias”, escribieron los autores. Paradójicamente, el estigma por el peso, detallaron, “puede exacerbar los trastornos de la alimentación, el consumo excesivo emocional y la evitación de la actividad física”. Cuál es el problema de la obesidad hoy En 2016, la prevalencia de obesidad entre personas de 5 a 19 años alcanzó el 18%, cifra que en 1975 era de solo el 4% (Imagen Ilustrativa Infobae) Más de mil millones de personas en el mundo viven con obesidad, incluidos 124 millones de niñas, niños y adolescentes. En personas de entre 5 y 19 años, la prevalencia pasó del 4% en 1975, al 18% en 2016. Además, en 2019, 38,2 millones de niños menores de cinco años presentaban sobrepeso u obesidad. Los autores señalan que este aumento está impulsado por factores sociales y ambientales, como la urbanización y el acceso al consumo de alimentos ultraprocesados. El informe fue elaborado por expertos internacionales de distintas disciplinas médicas y está respaldado por más de 75 organizaciones científicas de todo el mundo. No recibió financiamiento de empresas y fue apoyado logísticamente por King’s Health Partners, un centro académico de ciencias de la salud ubicado en Londres, Reino Unido. En qué consiste la propuesta para diagnosticar obesidad La Comisión propone un diagnóstico más preciso de la obesidad mediante herramientas complementarias, como la medición de la circunferencia de la cintura (Imagen Ilustrativa Infobae) Para superar las deficiencias del diagnóstico basado únicamente en el IMC, la Comisión propone un modelo que incluye: Usar el IMC junto con al menos una medida adicional, como la circunferencia de la cintura o la relación cintura-altura. Combinación de dos medidas antropométricas, sin considerar el IMC, como por ejemplo la “relación cintura-cadera”, que sirve para evaluar la proporción entre la grasa almacenada en la parte superior e inferior del cuerpo. Medición directa de la grasa corporal mediante herramientas como la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). En casos de IMC altos, se debería asumir exceso de grasa corporal sin confirmación adicional. ¿A qué llaman pre-obesidad? La propuesta promueve un abordaje multifactorial de la obesidad, reconociéndola como una condición crónica que deriva de factores biológicos, sociales y ambientales/ Reuters. Los expertos del consenso proponen que a la hora de atender a las personas se tenga en cuenta también a la pre-obesidad, un estado de exceso de grasa corporal que no afecta la función de órganos, pero incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Según los autores, “la pre-obesidad es una condición de obesidad con función normal de los órganos. Las personas con pre-obesidad no tienen una enfermedad activa, aunque tienen un riesgo variable, pero generalmente aumentado, de desarrollar obesidad clínica y varias otras enfermedades no transmisibles”. Hay pruebas que demuestran que el sobrepeso puede aumentar el riesgo de tener diabetes tipo 2 y prediabetes, hipertensión arterial, niveles elevados de triglicéridos o colesterol LDL y niveles bajos de colesterol (HDL) y riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, entre otras. El profesor Francesco Rubino, presidente de la Comisión, explicó: “Nuestro replanteo reconoce la realidad matizada de la obesidad y permite una atención personalizada”. Qué buscan con el diagnóstico de la pre-obesidad y la obesidad Los expertos enfatizan en que la obesidad no debe ser considerada como un problema de “fuerza de voluntad” individual (Imagen ilustrativa Infobae) La Comisión aclaró que busca transformar el enfoque del diagnóstico y tratamiento de la obesidad en general. Los objetivos principales incluyen: Garantizar un diagnóstico que distinga entre salud y enfermedad en cada caso individual. Ofrecer tratamientos personalizados y basados en evidencia, ajustados a las necesidades de cada persona. Reducir el estigma asociado a la obesidad. Implementar estrategias preventivas para personas con pre-obesidad, dirigidas a reducir el riesgo de enfermedades futuras. Optimizar los recursos sanitarios al reducir diagnósticos y tratamientos innecesarios. Los autores enfatizaron en que “las estrategias de salud pública para reducir la incidencia y prevalencia de la obesidad a nivel poblacional deben basarse en evidencia científica actual, en lugar de suposiciones no comprobadas que responsabilicen únicamente al individuo por el desarrollo de la obesidad”. Qué opinan los expertos consultados Se recomienda proporcionar asesoramiento nutricional basado en el perfil de riesgo individual de cada paciente (Imagen Ilustrativa Infobae) En diálogo con Infobae, el doctor Silvio Schraier, expresidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y vicedirector de la carrera de especialización en Nutrición de la Fundación Barceló, valoró positivamente el trabajo publicado por la Comisión y el consenso. “Estoy de acuerdo con el consenso al señalar que la obesidad implica el aumento de la grasa corporal y que puede estar alterada su distribución o su función. También es clave que se resalte que la obesidad aumenta el riesgo de, al menos, 50 enfermedades y que reduce entre 7 y 10 años de vida”, expresó. Para el experto, el concepto de “pre-obesidad” es también necesario. No se considera una enfermedad en sí misma, sino una etapa que alerta sobre un riesgo elevado de complicaciones futuras. La nueva definición de obesidad incorpora medidas ajustadas por edad, sexo y etnia para facilitar diagnósticos tempranos, prevenir complicaciones y garantizar una evaluación más inclusiva/ Fundación Mundial de la Obesidad Coincidió en que se debe dejar el índice de masa corporal a nivel individual y considerar diferentes métodos para medir a cada persona en el consultorio, hacer un seguimiento y tener en cuenta la diversidad de etnias. En tanto, María Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición y actual presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, afirmó: “Estábamos esperando que se publique la nueva definición de la obesidad por parte de la Comisión. Se trata de una enfermedad crónica y sistémica caracterizada por alteraciones en la función de tejidos y órganos debido al exceso de adiposidad”. Esa nueva definición “proporciona un marco médico más preciso y empático. Tiene el potencial de beneficiar a las personas con sobrepeso y obesidad al facilitar el diagnóstico precoz y preciso”, destacó la especialista. Se debería promover más el acceso al tratamiento para la obesidad en base a la evidencia científica (Imagen Ilustrativa Infobae) Al incluir criterios más específicos, como medidas adicionales de adiposidad y umbrales ajustados por edad, sexo y etnia, la nueva definición permitirá identificar casos en etapas iniciales y prevenir las complicaciones, sostuvo la doctora Busnelli. Subrayó también que la propuesta publicada “reconoce a la obesidad como una condición multifactorial y no como un simple problema de voluntad individual. De esta manera, contribuye a eliminar prejuicios y estigmas, y promueve una atención más respetuosa y efectiva”. Además, la propuesta de la Comisión podría ayudar a promover el acceso a los tratamientos. “La definición clara de la obesidad como enfermedad crónica insta a los sistemas de salud y responsables de políticas a garantizar el acceso equitativo a tratamientos basados en evidencia. Aborda no solo los síntomas, sino también las complicaciones asociadas”, indicó.
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