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» Diario Cordoba
Fecha: 14/01/2025 19:13
«Todo cambió en cuestión de horas. Tuve que desalojar mi casa rápidamente mientras las llamas estaban prácticamente a mis pies», así describe la cordobesa Ana Menéndez el drama que vive Los Ángeles, la ciudad en la que reside, a consecuencia de los incendios que comenzaron hace una semana y que ya se han cobrado la vida de al menos 24 personas. Menéndez, quien dirige una productora de cine en Los Ángeles, donde vive desde hace 17 años, cuenta cómo la ciudad que le brindó la oportunidad de trabajar para Hollywood se ha sumido en el caos y está siendo devorada por las llamas. Tras el primer gran incendio, comenzaron a aparecer nuevos focos en distintos puntos, uno de ellos en un parque situado a 30 minutos a pie de su casa. Nuevos focos que lo cambian todo «En mi zona no corríamos peligro, pero todo cambió radicalmente del miércoles al jueves. En cuestión de horas, se desató un incendio en un parque al que voy diariamente a hacer ejercicio. Me asomé al patio del edificio y desde ahí se podía ver buena parte del monte envuelto en llamas. Fue una imagen desoladora», cuenta con crudeza. Lucía Feijoo Viera Los momentos posteriores estuvieron marcados por la adrenalina y la urgencia. Menéndez tuvo que desalojar su casa rápidamente. «No pensaba en nada, era todo muy extraño. Ese día pasé verdadero miedo», recuerda. Mientras algunos de sus vecinos se refugiaron en albergues, ella optó por trasladarse a la casa de una amiga fuera de Los Ángeles. Fue allí donde reflexionó sobre lo ocurrido. «Sentí una extraña sensación de calma. Pensé: ‘Si se quema la casa, no pasa nada. La volvemos a construir’», explica. Afortunadamente, los bomberos lograron detener el avance de las llamas en su zona, y menos de 24 horas después los residentes pudieron regresar a sus hogares. Sin embargo, Menéndez ya había tomado una decisión: volver a España. «Aterricé en Madrid el pasado domingo», comenta. La cordobesa describe los primeros días de la catástrofe como «muy duros». «La ciudad estaba en shock. La gente estaba nerviosa y asustada. Había muy pocas personas en la calle, los comercios permanecían cerrados y el ambiente recordaba mucho al inicio de la pandemia. Desde el primer momento, el aire era irrespirable, y todos teníamos que usar mascarillas y pequeñas botellas de oxígeno», señala. Una casa de LA arrasada por las llamas. / AP Solidaridad en la catástrofe Con el paso de los días, mientras los servicios de emergencia trabajaban sin descanso para contener el desastre, Menéndez destaca cómo la solidaridad empezó a surgir en todos los rincones de la ciudad. «Han aparecido muchísimas iniciativas para apoyar a quienes lo han perdido todo. La gente tiene claro que hay que salir adelante», asegura. Aunque admite haber «llorado viendo las noticias», Menéndez se mantiene en contacto con sus allegados que permanecen en la zona y ya está planeando regresar la próxima semana. «Me genera angustia volver porque sé que voy a encontrar los parques, las casas y los negocios arrasados. Se me va a romper el corazón», confiesa. A pesar de todo, está decidida a regresar para colaborar en la reconstrucción de la ciudad. «Soy cordobesa, pero esta ciudad me dio la oportunidad de cumplir mis sueños. Es mi forma de devolverle lo que me ha dado», concluye. Suscríbete para seguir leyendo
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