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  • «LA MEGALOMANIA DE MICHEL: EL MESÍAS SIN TERRITORIO QUE DESAFÍA A MADURO Y AL MUNDO”

    Parana » ER 24

    Fecha: 14/01/2025 19:10

    ¿Michel nos toma por tontos? «LA MEGALOMANIA DE MICHEL: EL MESÍAS SIN TERRITORIO QUE DESAFÍA A MADURO Y AL MUNDO” Si pensaban que el universo de la política argentina era un terreno fértil para historias inverosímiles, prepárense para la última revelación: Michel, ex jefe de Aduanas con más denuncias que fanáticos, ha decidido proclamarse el gran redentor internacional. Desde su plataforma de dudosa solidez —la misma que lo tiene salpicado por investigaciones de importaciones fraudulentas—, este prócer del micromundo hiperpolitizado de Entre Ríos se dedica a impartir lecciones de moral y geopolítica a diestra y siniestra. EL EMPERADOR DE LA ADUANA Cuentan quienes lo trataron que, cuando Michel tuvo el control de la Aduana, su principal habilidad no era precisamente el manejo prolijo de los papeles, sino más bien el arte de coquetear con el escándalo. Las denuncias en su contra por maniobras sospechosas de importación no han impedido que se muestre como un adalid de la honestidad. Ya saben: en la Argentina, cualquier libreto es posible si uno lo grita lo bastante fuerte. AMISTADES PELIGROSAS (O CONVENIENTES) Rumores señalan vínculos con Sergio Massa. Pero ojo, que nadie se confunda: una cosa es sacarse la fotito de ocasión y otra muy distinta compartir espacio político real. Porque, más allá de las aspiraciones de Michel a codearse con la crema de la dirigencia nacional, lo cierto es que su “territorio” se reduce a un puñado de militantes que viven en una burbuja de fervor partidario en Entre Ríos. Afuera de ese estrecho círculo, ni siquiera el loro lo identifica. Y, para colmo, la estrategia de autopromoción se basa en mandarle mensajes desaforados a figuras internacionales —como Maduro, Donald Trump o hasta los involucrados en la guerra de Rusia y Ucrania— para que alguien note su existencia. EL ULTIMATUN A MADURO La última gran hazaña de Michel fue exigirle a Nicolás Maduro que se “lave la boca antes de hablar de Perón”. Sí, en serio. Como si el líder venezolano necesitara un amonestador personal que le indique cuándo, cómo y sobre quién puede abrir la boca. Mientras tanto, en Caracas, dicen que Maduro (entre risas, se supone) estaría considerando adquirir un cargamento de enjuague bucal, no vaya a ser que las represalias del “Mesías de la Aduana” sean más demoledoras que las sanciones internacionales. OBJETIVOS MAS GRANDES QUE LA PATAGONIA. Pero Michel no se queda en la simple pretensión de limpiar lenguas chavistas. No, el hombre apunta alto. Su nueva proclama promete “exigir” el fin inmediato de la guerra entre Rusia y Ucrania. Al parecer, si los líderes mundiales aún no han encontrado un acuerdo, es porque desconocían la sapiencia ilimitada de este prócer entrerriano. Menos mal que, en medio de los conflictos globales, aparece Michel con su varita mágica y su credibilidad a prueba de sumarios para traer la tan ansiada paz. Y CUIDADO, TRUMP. Por si fuera poco, se comenta que el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también estaría en la mira de Michel. “Lo pondría en vereda en las próximas horas”, reza el ultimátum. Una amenaza que, sin duda, quita el sueño al magnate neoyorquino… o tal vez no tanto. Probablemente, Trump esté más preocupado por sus propios procesos judiciales que por las bravatas de un político de Entre Ríos que sigue siendo un enigma incluso dentro de la geografía local. EL SHOW DE LA MEGALOMANÍA. En síntesis, Michel se presenta como un personaje que, con poco o nulo respaldo territorial, se cree con la autoridad de reordenar la política planetaria. Sus ansias de protagonismo —amparadas por una retórica ampulosa y uno que otro expediente judicial— lo han convertido en una especie de showman de la política vernácula, cuya audiencia se limita básicamente a los grupos más fanáticos de su espacio. Mientras tanto, en Entre Ríos, pocos saben quién es, y en el resto del país y el mundo, mucho menos. Pero eso no detiene su cruzada egocéntrica: la próxima vez que enciendan la televisión, no se sorprendan si lo ven exigiendo la resolución de conflictos intergalácticos o autoproclamándose árbitro moral de la Vía Láctea. En definitiva, Michel puede que no tenga territorio ni credibilidad en exceso, pero nadie le quita el rótulo de “el gran megalómano contemporáneo”, que con un par de tweets y declaraciones efectistas pretende doblegar a mandatarios de medio planeta. Pasen, vean y disfruten del último capítulo del espectáculo político más estrafalario del año. ¡Aplausos para el Mesías sin corona! La Caldera

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