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  • Baliceaux, el paraíso en el Caribe que fue testigo de uno de los episodios más oscuros del colonialismo británico

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/01/2025 12:54

    Baliceaux fue escenario de la deportación de cerca de 5.000 garífunas en 1796 tras su resistencia al dominio británico en San Vicente (Crédito: Wikipedia) En medio de las aguas cristalinas del Caribe, entre las islas de San Vicente y las Granadinas, se encuentra Baliceaux, un pequeño territorio que a simple vista podría parecer un paraíso tropical. Sin embargo, su historia guarda uno de los episodios más oscuros y dolorosos del colonialismo británico: el genocidio del pueblo Garífuna, descendientes de africanos e indígenas Kalinago, ocurrido a finales del siglo XVIII. Baliceaux, de apenas 1.600 metros de extensión, fue el lugar donde alrededor de 5.000 Garífunas fueron desterrados en 1796 tras años de resistencia contra la ocupación británica. Forzados a abandonar sus hogares en San Vicente, estas personas enfrentaron condiciones extremas: sin refugio, alimentos ni agua suficientes, y expuestos a enfermedades mortales, miles perecieron en un corto periodo. Hoy, sus descendientes recuerdan este lugar como un espacio sagrado que representa tanto la pérdida como la supervivencia de su cultura. En 2023, Baliceaux fue puesta en venta por sus propietarios privados, lo que ha generado una campaña internacional liderada por la comunidad Garífuna para designarla como un sitio de memoria y con el fin de preservar su legado histórico. “Baliceaux es nuestro”, declaró Ubafu Topsey, activista de Belice, reafirmando la conexión espiritual e histórica que el pueblo Garífuna mantiene con esta isla. Un genocidio olvidado Solo 2.026 garífunas sobrevivieron en Baliceaux y fueron trasladados posteriormente a Roatán, iniciando su diáspora (Crédito: one caribbean estates) El conflicto entre los británicos y el pueblo Garífuna comenzó a mediados del siglo XVIII, cuando los colonos intentaron apropiarse de las tierras de los indígenas Kalinago y de los africanos que habían escapado de la esclavitud, formando comunidades libres en la región. Estas poblaciones se fusionaron cultural y espiritualmente, creando la identidad Garífuna, que se resistió firmemente a la expansión colonial. Tras décadas de resistencia, la situación alcanzó un punto crítico en 1795, cuando los Garífunas liderados por José Chávez tomaron las armas contra los británicos. A pesar de su valentía y estrategia, las fuerzas británicas, con superioridad armamentística, lograron sofocar la insurrección. Como castigo, cerca de 5.000 Garífunas fueron deportados a Baliceaux. “Podemos imaginar lo aterrador que debió ser para estas personas llegar a una isla inhóspita, sin recursos ni refugio”, dijo René Baptiste, abogada y exministra de cultura de San Vicente y las Granadinas, en una entrevista a The Guardian. La isla, con su costa rocosa y terreno escarpado, estaba cubierta de plantas tóxicas como el árbol manzanillo, conocido como el “árbol de la muerte”. Una tragedia que marcó a generaciones Anunciada a la venta en 2023, Baliceaux ha desatado controversias y esfuerzos para proteger su valor histórico (Crédito: Flickr) En Baliceaux, la muerte se propagó rápidamente debido a las enfermedades y la inanición. Para 1797, solo 2.026 personas sobrevivieron de un grupo que había sido estimado entre 8.000 y 9.000 dos años antes. Los supervivientes fueron posteriormente enviados a Roatán, una isla frente a la costa de Honduras, a casi tres kilómetros de distancia, dando inicio a la diáspora Garífuna. En la actualidad, la comunidad Garífuna está formada por alrededor de 600.000 personas distribuidas por Centroamérica, el Caribe y otros lugares del mundo. A pesar de la distancia, mantienen un fuerte vínculo con San Vicente, al que llaman “Yurumein”, considerado su patria espiritual. Cada 14 de marzo, miembros de la comunidad realizan peregrinaciones a Baliceaux para honrar a sus ancestros y celebrar su herencia cultural. “El pueblo Garífuna ve a San Vicente como su tierra ancestral”, explicó David Williams, presidente de la Fundación del Patrimonio Garífuna de San Vicente y las Granadinas, a The Guardian. “Es un lugar donde esperan que sus espíritus pasen camino a la eternidad.” El futuro de Baliceaux: un sitio sagrado Cada 14 de marzo, los garífunas peregrinan a Baliceaux para rendir homenaje a sus antepasados deportados y fallecidos (Crédito: one caribbean estates) El anuncio de la venta de Baliceaux en 2023 ha renovado los esfuerzos por preservar la isla como un sitio sagrado. Activistas y líderes comunitarios han intensificado su llamado al gobierno de San Vicente y las Granadinas para que adquiera la isla y la convierta en un monumento en memoria de las víctimas. El primer ministro Ralph Gonsalves ha prometido tomar medidas legales si es necesario e inició un proceso de evaluación para determinar si el precio solicitado de 30 millones de dólares era razonable. “Los miles de huesos enterrados en Baliceaux transforman la isla en tierra sagrada, un hogar eterno para los hombres, mujeres y niños que dieron sus vidas para resistir la destrucción de un pueblo indígena”, señaló Garrey Dennie, historiador de St Mary’s College of Maryland. Baliceaux no es solo un recordatorio del horror en tiempos del colonialismo, sino también un símbolo de resistencia y esperanza. La campaña para proteger este lugar refleja el compromiso de los Garífunas por mantener viva su historia y su cultura frente a siglos de adversidad.

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