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  • Una mirada desde la alcantarilla. Pequeños detenimientos

    Parana » Ahora

    Fecha: 13/01/2025 12:32

    Pequeños detenimientos Caminamos apretadas por la playa con Francisca, vamos a llenar un balde plástico de agua de la orillla. De pronto refractan caracoles partidos y frenamos juntas a ver el brillo. Hay algo que nos llama sin voz, sin alarido, sin estruendo y hay un lenguaje físico que instala la pausa: nos agachamos sin palabras a sostener eso que atrae la luz. En el auto, mi hija mayor me conduce con el mapa en la mano, el roaming no se activó pese a aparecer activado, una vez más las empresas fallan y las promesas de la calma se desvanecen. Zapateo insultos por cada mensaje que rebota en los bots dispuestos a enviar siempre las mismas opciones. No tengo línea para hablar con nadie y tampoco tenía pensado hacerlo pero no por imposición externa. Pienso en esas cosas que me alteran hasta que por atrás de las rejas de ingreso de las casitas que vemos aparecen flores: jazmines del cielo, rosas chinas amarillas y rojas, árboles que parecen llenos de guirnaldas como duraznos. Me encantan los jardines, la alegría que viene con una planta linda que crece comiéndose parte del cielo y del cemento. La urgencia por llenar de brotes verdes las cosas opacas, los muros cubiertos de hojas tiernas. Quizás esto es lo que busco que me pase. Y quizás por eso me muevo con mis hijas. * Muchas veces siento que me endurezco, que soy cal y arena, que podría sostenerme estoica así de tiesa como una casa abandonada pero que seguramente me faltaría una hiedra y ahí se enredan y me distraen las manos del bebé entre las rodillas, quiere treparme, cubrirme con su carne blanca. * Con mis hijas nos movemos más tiempo juntas, claro que no somos una junta de Sarah Key, ni estamos cerca de serlo. Nosotras discutimos y nos hablamos fuerte, nos dejamos en suspenso la conversación y nos tentamos de la risa, nos retamos por cosas sin sentido y nos preguntamos cosas para mandarnos a averiguar solas. Después leemos juntas poemas y entradas a enciclopedias, nos compartimos publicaciones por Instagram y hablamos de estilos y de libros, despotricamos contra personas que no conocemos y nos acordamos de anécdotas que nos hirieron pero esta vez soportamos con humor el dolor. Volvemos al inicio de la pelea verbal y nos callamos, miramos un barco y lo señalamos, miramos una hoja con forma de garra de oso, vemos las patas de una gaviota impresas en la arena y tratamos de dibujar lo mismo. * Los ciclos en las flores, la interminable fe en el amanecer nuevo, el agua que vuelve pese a atropellarse entre las rocas, la faz seca de la piedra y la lamida del mar. Miramos las cosas que existen antes que nuestra existencia en la tierra como novedades que nos detienen. Pienso que sólo puedo verlas como nuevas porque el asombro es descubrirlas mientras mi hijas crecen, mientras yo no advierto que de alguna forma envejezco, mientras los pies blandos del bebé pisan por primera vez la espuma de sal, mientras la mano del hombre que amo conduce a mi costado, mientras la vida es como un grano más de arena que a nadie más le llama la atención. *

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