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  • ¿Otro Grito de Alcorta?

    » La Capital

    Fecha: 12/01/2025 15:35

    Pese a que los titulares más ruidosos de esta semana lo hayan copado (una vez más), el conflicto entre Milei y Macri por las eventualidades electorales para este año ha empezado a crujir la relación del gobierno con el motor económico de la Argentina . Por más que el oficialismo piense que ahora tiene otras dos “pampas húmedas” con el rendimiento de Vaca Muerta y la minería (que también existen gracias al cielo) la conformación de la Argentina histórica es otra y abre toda una discusión estratégica y de modelo de país. Las otras dos “pampas” son enclaves extractivos y, como tales, tienen implicancias socioeconómicas distintas para la conformación sociológica. Por empezar son recursos que hoy están, pero en algún momento se agotan. Argentina viene siendo un país asociado a la producción agropecuaria desde el inicio de la organización nacional y seguramente lo seguirá siendo por mucho tiempo, siempre y cuando se cuide el recurso renovable, cambio climático mediante. En segundo lugar, más allá de que las sucesivas crisis económicas argentinas y un Estado abusivo han ido limando la cantidad de productores y se generó una mayor concentración de las explotaciones en las últimas décadas, por su propia característica productiva en sus distintas fases, tiene una derivación de impacto social enorme. Los enclaves son capital-intensivos, con una limitada generación de mano de obra. Tercero, el derrame social de la pampa tradicional y las nuevas pampas también es muy distinto, por lo que se explicaba en el segundo punto. Cientos de pueblos y pequeñas ciudades que viven de lo que mejor genere la tierra año a año. El efecto multiplicador a nivel territorial es bien distinto. Ahí hay grandes, medianos y chicos que no son solo productores, sino también una enorme masa de “yeofarmers” que representan un estilo de vida, un sistema de valores, una cultura que demanda participación social y política, como lo hemos visto en los últimos 150 años. En EE.UU. se llega a subsidiar esa conformación sociológica. Si algún efecto no buscado / deseado tuvo el kirchnerismo, es que generó una conciencia de clase, tanto como generador de divisas como de recursos fiscales. Dicho en términos de Marx, pasó de ser una clase en sí y se convirtió en una clase para sí. Dejó de ser una realidad objetiva, para pasar a ser una realidad subjetiva. Eso sucedió hace solo 17 años. Gobernadores Todo este introito sirve para enmarcar el pedido de dos personajes con futuro, que son los gobernadores Llaryora y Pullaro, quienes no solo plantearon una demanda en representación de sus respectivas bases sociales de desarrollo económico, sino que también plantaron una “pica en Flandes” en un año electoral. Particularmente el segundo, que se juega su proyecto de reforma constitucional, el cual servirá de plebiscito temprano sobre la marcha de su gobierno. El sector agropecuario decidió subir el volumen en los últimos 10 días, forzados por un hecho objetivo: la fuerte caída de la rentabilidad. Entre precios más bajos, costos más altos en dólares, sobreoferta internacional, el mal clima y el atraso cambiario, el segmento fue sobre lo más fácil de modificar en el corto plazo: la carga impositiva. El gobierno festejó esta segunda parte del año los efectos de lo que iba a terminar siendo un problema: la inusual liquidación de granos de agosto a diciembre, que generó una atípica oferta de dólares, hablaba de la necesidad de liquidar para poder financiar la futura cosecha. O sea, no hay mal que por bien no venga. Acá viene una gran pregunta: ¿a quién votará el sector y sus poblaciones? ¿a LLA por sus logros económicos, o a referentes moderados que se hacen eco de su malestar? No debe olvidase que, más allá de que uno es peronista y el otro es radical, están embarcados en proyectos y alianzas de identidad provincial más que nacional. Cuando se armen las listas para la elección nacional (si persisten las PASO) en el caso de Santa Fe ya se habrán conocido los resultados de sus propias primarias a mediados de abril, y eso per se se convertirá en un dato de la política nacional. En sintonía Un dato que a los observadores agudos no se les pasó por alto, es que esta semana Schiaretti indicó a sus apoyos en Santa Fe sumarse al frente de Pullaro, lo cual indica que las sintonías van más allá de representar las demandas sociales de sus respectivos electorados. El mar de fondo con el campo viene de hace varios meses, solo que las organizaciones sectoriales no quisieron / pudieron / supieron plantear sus exigencias de manera más firme. Como siempre termina sucediendo, cuando las bases levantan temperatura, los dirigentes se ponen a la cabeza (siguiendo una de las máximas de Perón). Solo que ahora va con sordina porque enfrentarse al kirchnerismo era genial, pero contra Milei, que hace algunas cosas que siempre pidieron, es otra. Quizá el campo deba armar su propia representación parlamentaria más allá de los partidos políticos como lo tiene Brasil. Hay gente que viene trabajando en eso. El que tenga una idea creativa para bajar ya las retenciones (no necesariamente eliminarlas) se puede llevar unos cuantos votos este año. El gobierno está preso de su fanatismo por el superávit fiscal que le permita comprar los dólares baratos para hacer frente a los fuertes compromisos de deuda de este año (y por varios más). ¿Otro “grito de Alcorta” viene asomando?

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