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» Elterritorio
Fecha: 12/01/2025 13:41
Gianni y Marisel notaron que las faltas en el barrio Oasis eran varias. Montaron un merendero al que van más de 80 niños domingo 12 de enero de 2025 | 6:05hs. Además de la merienda les dan clases de apoyo a los chicos. Foto: Luciano Ferreyra Hicieron baños, paredes y casas. La merienda la empezaron a servir en una mesa chica y con el tiempo tuvieron que levantar un quincho. Hoy son más de 80 los chicos que reciben la merienda en el barrio Oasis de Oberá, todo eso gracias al trabajo incansable del grupo solidario Esperancitos. Oasis es uno de los asentamientos más carenciados que tiene la comunidad obereña, ubicado a pocas cuadras del Palacio de Justicia y a 500 metros de la ruta nacional 14, al norte de la ciudad. En ese lugar llegaron Gianni Pica (54) y Marisel Martínez (47), parte del grupo solidario, para ayudar a una abuela que necesitaba un sanitario. Fue luego que montaron el merendero. Van camino a los cinco años de trabajo en el barrio, que empezó en los tiempos de la pandemia del Covid-19. Son parte de Acción Católica y en ese entonces estaban ayudando a un joven con problemas de adicciones de otro barrio. “Este joven nos contó que acá en barrio estaba la abuela Ramona y que hacía sus necesidades en el monte, entonces vinimos y le construimos el sanitario, fue la primera vez que esa señora veía un inodoro”, relató Gianni en diálogo con El Territorio. Con Acción Católica recorrían barrios, verificando las necesidades, arreglando las casas, los ranchos, las letrinas y el grupo surgió porque en una de las acciones solidarias, ayudando a unos hermanos que eran acumuladores compulsivos, recibieron el nombre. “Estábamos limpiando la casa de dos hermanitos, uno ya falleció, personas adultas que vivían cerca de la cantera municipal. Llegamos a sacar un camión de cosas para afuera, nos dimos vuelta y vimos que ellos seguían guardando las cosas. El padre Fabián nos dice ‘hicieron mucho, esperancitos, pero todavía les falta’, y allí nos quedó el nombre”, expresó Pica. Con el equipo se encargan de censar a los chicos del barrio, seguir la situación escolar y sus necesidades, todo un trabajo social. Son aproximadamente 85 personas, pero las activas son unas 30 que se van turnando para llegar a más barrios y brindar ayuda. Al continuar con los trabajos en barrio Oasis, decidieron empezar con el merendero sin lugar fijo, una vez por semana y cuando se agrandó la cantidad de asistentes, gestionaron en el municipio el espacio para construir un techo y el piso, además de sanitarios y un horno de barro para hacer pan. Actualmente asisten entre 80 y 90 niños, pero gracias a la colaboración de la sociedad y de entidades que saben del trabajo solidario, ayudan a otros merenderos distribuidos en diferentes barrios. “En Oasis se dan clases de apoyo, catequesis, la merienda es una excusa para acercarnos a cada familia, para ver la situación de cada uno, que venga una nena en la clase de apoyo y que te diga ‘no voy a repetir porque aprendí a leer en la clase de apoyo’ son cosas que te llenan el alma y te dan fuerzas para seguir”, mencionó Marisel. Compartí esta nota:
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