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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/01/2025 14:38
Así fue parte de la pelea en Navidad La mañana del 25 de diciembre pasado, las inmediaciones de un salón de la bodega Tierras Altas, ubicado en Acceso Sur al 6500, de la localidad mendocina de Luján de Cuyo, fueron escenario de una violenta pelea entre dos grupos de jóvenes a la salida de una fiesta. Lo primero que se supo es que el origen de la riña había sido dentro del mismo evento. Sin embargo, al parecer, el enfrentamiento tuvo su origen en otra pelea ocurrida un mes antes y ahora la Justicia investiga una serie de denuncias cruzadas. Lo primero que se dio a conocer fue que Mateo Di Bari, un joven ingeniero de 24 años, había sido víctima de una violenta golpiza a manos -siempre según la denuncia que hizo ante el Ministerio Público Fiscal y a la que accedió Infobae- por al menos cinco personas, algunas de los cuales serían jugadores del Marista Rugby Club. Parte de la agresión fue filmada por testigos y sus imágenes se viralizaron. De acuerdo con el relato del ingeniero, un grupo de por lo menos cinco jóvenes lo encerraron y comenzaron a agredirlo. Di Bari dio algunos nombres de sus presuntos atacantes: Telmo Fernández, Fausto Fernández y Facundo Ruiz Gei. Mientras el 26 de diciembre Di Bari ampliaba su relato ante la justicia, los hermanos Fernández también fueron al Polo Judicial para denunciar a Di Bari y sus amigos en la Fiscalía de Delitos Contra el Medio Ambiente, Contra los Animales y No Especializados por dos delitos: lesiones y amenazas. La versión que dieron Telmo y Fausto es diametralmente diferente a la del ingeniero. De acuerdo con la denuncia de ambos a la que también accedió este medio, un grupo de tres jóvenes, entre los que estaba Di Bari, un primo y otro chico, empezaron a insultarlo y después les pegaron. “¿Qué pasó cagón, qué haces acá?, le dijeron a Fausto. Después vino lo peor. Cortes con cuchillo: la denuncia que originó la pelea navideña Ambos grupos ya se conocían de antes y no había sido en los mejores términos. Fue el 17 de noviembre pasado, en las cercanías del cerro del Barrio Dalvian. El incidente comenzó cuando Telmo Fernández, junto a su hermano Bautista y dos amigos, V.M y S.P., se encontraban practicando skate en una calle del barrio. Según dijeron, un joven en un auto les pasó muy cerca a manera de provocación y sin ningún tipo de explicación. La maniobra -adujeron- fue peligrosa. “Un vehículo rojo, chiquitito, conducido por un masculino, pasó a alta velocidad en dirección oeste”, explicó Telmo en la denuncia que hicieron en noviembre. Minutos más tarde el auto volvió a pasar en sentido contrario, a mayor velocidad y ejecutando “maniobras peligrosas”. Casi atropelló a Fausto. Según su relato, “le corrió muy agresivamente; no lo atropelló de casualidad porque se movió a tiempo”. No terminó allí. Los jóvenes decidieron seguir el vehículo en busca de una respuesta. “Nosotros habíamos dejado nuestro vehículo estacionado cerca, así que fuimos tras de él. Realmente no sé bien por qué lo hicimos”, admitió Fausto, al tiempo que describió cómo el conductor estacionó a unos 600 metros, cerca del cerro, donde se dio un ataque que por poco termina en tragedia. Tras descender de su camioneta, Fausto y Bautista confrontaron al conductor con insultos y recriminaciones. Hasta ese momento no sabían quién era. “Nos acercamos al auto, y él sacó un cuchillo grande, como los de cortar pan, con mango celeste, desde la ventana”, relató Fausto. El hombre asestó una “puñalada superficial en el antebrazo derecho” de Bautista, quien estaba más cerca de la ventanilla del vehículo. Según agregó, fue entonces cuando exigieron una explicación: “Le grité ‘¿Qué haces con un cuchillo?’, pero él seguía amenazándonos”. El atacante también amenazó directamente a Fausto. “Si te acercás, te corto el cuello” y “Miren que yo estoy re loco”, lo que lo llevó a temer por su vida. Estas palabras fueron acompañadas por intimidaciones, mientras el agresor amagaba con abrir la puerta del auto. “Le pateé la puerta por miedo a que bajara y nos lesionara con el cuchillo”, explicó. Así terminó el ingeniero luego de la pelea La situación llamó la atención de varios vecinos del lugar, quienes alertaron a la guardia del barrio. En pocos minutos, tanto el personal de seguridad como la Policía se presentaron en la escena. Fausto declaró que los oficiales “les tomaron los datos, les consultaron los que pasó y luego llevaron al agresor en el móvil”. Posteriormente, se les solicitó acudir al Ministerio Público Fiscal para formalizar la denuncia. El joven describió al agresor como alguien de “unos 18 años, morocho, de tez trigueña y que llevaba una vincha”, agregando que “parecía vivir en el barrio”. No obstante, aclaró no conocer previamente al atacante, aunque es posible que haya tenido un conflicto anterior con su hermano Bautista, del cual desconoce los detalles. Fausto negó haber resultado herido, aunque reconoció que los actos del sospechoso lo dejaron con un fuerte impacto emocional: “Sentí miedo y me alejé”. A pesar de los sucesos, el testigo agregó que no produjo ningún daño al vehículo del sindicado. La investigación quedó en manos del fiscal Gabriel Blanco, titular de la Fiscalía de Instrucción N°28, especializada en Delitos Contra el Medio Ambiente, Contra los Animales y No Especializados. La calificación del caso: lesiones leves dolosas en concurso real con amenazas coactivas agravadas por el uso de arma. La pelea de Navidad, según los Fernández El acusado de la agresión con el cuchillo de pan es Francisco Esteban Dávila Di Bari, primo de Matías Di Bari, el ingeniero golpeado en Navidad. El argumento de los hermanos Fernández es que el ataque en la fiesta del 25 de diciembre fue una represalia por aquella denuncia de noviembre. Así por lo menos lo relataron el 26 de diciembre ante la Justicia mendocina. “Yo tengo una denuncia contra un primo de Mateo”, reveló declaró Fausto. En ese momento, uno de los presuntos agresores lo amenazó. “Te vamos a hacer cagar si no le sacas la denuncia”, le dijeron. “Se empezó a poner tensa la situación y la seguridad los retiro a ellos para otro lado y nosotros al ratito salimos y nos estaban esperando afuero como seis personas. Era un grupo bastante grande y empezaron a decirnos ‘a ver si te la bancás con nosotros, ahora no hay cuchillos’ y ahí arrancó una pelea”, continuó uno de los Fernández. Siempre según la versión de los rugbiers, Fausto - que estaba con su hermano- cayó al piso, se dobló el dedo pulgar de la mano derecha y terminó con un golpe en el ojo. “Ahí nos separan de vuelta, nos vamos para el estacionamiento y me empiezan a mandar mensajes amigos diciendo que no vayamos a salir que eran como 20, que nos iban a cagar a piedrazos, ahí entra un grupo de 15 o 20 personas a buscarnos y la seguridad hizo un cordón humano y ahí ellos seguían amenazándonos, ‘te vamos a buscar, te vamos a hacer cagar’”, agregó. “Nos tuvimos que ir caminando del lugar por atrás de la bodega porque no podíamos salir, dejamos la camioneta ahí”, dijo. Su hermano Telmo, por su parte, dio una versión prácticamente similar. Sostuvo que todo comenzó adentro de la fiesta, cuando Mateo, un primo (que no es Dávila) y otro chico habrían comenzado a increpar a los Fernández diciéndoles que los iban golpear y también que si no sacaban la denuncia. “Nosotros estábamos al lado de las barras, al lado de un dispenser de agua. Pasado un minuto, como nos dijeron que nos estaban esperando, se acerca otra persona que es Mateo Di Bari, se nos vienen en patota y el flaco reacciona y me tira una piña y me pega en la cabeza”, denunció Telmo. “Ellos eran cinco, nosotros dos. Esto duró como 30 segundos, me caigo al piso, me pegan un par de patadas en la pierna izquierda y con Fausto nos retiramos hacia el estacionamiento”, agregó. Las lesiones también fueron constatadas por el Cuerpo Médico Forense, según aclaró su abogado Juan Rocuzzo. Será ahora la Justicia la que determine qué pasó realmente.
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