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  • Artemio Chávez, parte importante de la historia del futsal de Eldorado

    » Elterritorio

    Fecha: 11/01/2025 09:19

    Fue dirigente de la Asociación local y la Federación Misionera. Afirma que el mejor momento de la disciplina fue desde fines de los 70 hasta la primera mitad de los 80 sábado 11 de enero de 2025 | 5:30hs. Artemio conserva todos los recuerdos de la etapa en la que estuvo en el futsal misionero. Foto: Matías Bordón El futsal (fútbol de salón) tuvo y tiene una presencia importante en el deporte de Eldorado. Artemio Chávez fue dirigente de la Asociación de Futsal de Eldorado y de la Federación Misionera de Futsal y no duda en afirmar que el mejor momento de la disciplina fue desde fines de los 70 hasta la primera mitad de la década del 80. Artemio nos espera en su casa para dar lugar a la entrevista rodeado de cientos de fotos, planillas de asistencia a los partidos, estadísticas, cronogramas de los partidos del Mundial de Brasil de 1982, del Campeonato Sudamericano realizado en Iguazú y souvenirs de esos campeonatos. El futsal fue inventado en 1930 por el uruguayo Juan Carlos Ceriani, un profesor de educación física en Uruguay que inicialmente lo denominó indoor soccer. Por ello su principal expansión, en aquellos primeros años, se dio en Sudamérica. A punto tal que en 1965 se creó la Confederación Sudamericana de Fútbol de Salón, primera organización internacional de este deporte. En ese año también se disputó el primer Campeonato Sudamericano de Selecciones. Recién en el primer Mundial realizado en Brasil en 1982 se comenzó a utilizar futsal para denominar el deporte. “Yo me vinculé medio de casualidad al futsal. Trabajaba en una empresa muy importante de Eldorado y el Norte de Misiones (Ferretería Brandts) y en un momento se tenía que desarrollar el campeonato provincial en Eldorado, pero no se avanzaba en la organización. Ante esa situación pregunté que es lo que se podía hacer para organizarlo, me dijeron si yo pensaba hacerme cargo de la organización, dije que sí, y junto a mucha otra gente nos pusimos manos a la obra”, contó Artemio. Me imagino que no deben haber sido fáciles esos inicios. ¿Cómo fueron? Fue complicado pero no tanto, comenzamos a trabajar con Jorge Garay, el doctor Alberto Ramos y el secreto que tuvimos en ese momento para que todo anduviera bien fue involucrar a vecinos y profesionales en la asociación. ¿En qué momento se comienza a organizar el futsal en Misiones? Si bien ya había campeonatos provinciales de las categorías menores, el primer provincial de mayores es del año 1976 y se organizó en Montecarlo. Hasta que estuve en 1986 en la federación, Eldorado salió cuatro veces campeón provincial y tuvo cuatro subcampeonatos. En ese momento había participando alrededor de 12 equipos en la ciudad. Todos ellos representaban a algún comercio o empresa de Eldorado. Después con el tiempo empezaron los provinciales de mujeres y veteranos. En esos años, Montecarlo organizó 18 provinciales de todas las categorías, Eldorado once, Dos de Mayo seis y Posadas tres. La mayoría era del interior, ¿por qué se produjo ese fenómeno? Eso siempre fue una puja entre Posadas y el interior. Había alrededor de doce asociaciones en toda la provincia. Por supuesto Posadas quería hacer valer su peso por ser la ciudad más grande, pero las asociaciones del interior lograban de alguna manera, por el número de afiliados a la asociación, imponerse. Posadas casi nunca participaba de los campeonatos provinciales de otras categorías, pero casi siempre se postulaba para el campeonato de mayores. Desde la Federación implementamos un mecanismo para poder organizar el provincial de mayores en el que para tener posibilidades de organizarlo había que tener un campeonato oficial. Cuando fui secretario de la Federación también se pidió que todas las asociaciones debían informar la planilla de jugadores con su lista de buena fe, los traspasos que se hubieran hecho y otras documentaciones. Posadas no cumplía con esos requisitos y además faltaba a las reuniones de la Federación. Eso llevó a que un año no pudiera participar, lo que llevó a su vez a un conflicto grande, y ese año salió campeón Eldorado. Me imagino el enojo que motivó eso... Y... fue complicado, porque encima la Federación tenía un reglamento en el que se establecía que para la selección misionera, que eran 15 jugadores, el campeón llevaba seis jugadores y el técnico de la selección; el segundo tres jugadores, el tercero dos y el cuarto uno. Los tres restantes los elegía de cualquier otro equipo el técnico. ¿Posadas se quejó? Por supuesto que se quejó. Faltaban 15 días para el Nacional de Mendoza y Posadas se quejó ante la Federación Argentina. Llegó una notificación de que Misiones no tendría representación en el argentino por el conflicto. Nosotros presentamos toda la documentación en orden y ofrecimos como solución salomónica que los tres que podían ser elegidos por el técnico fueran de Posadas, siempre y cuando cumplieran lo establecido en cuanto a solventar los costos proporcionales a la cantidad de jugadores de cada asociación. Imágenes de otros tiempos son testigos de la época dorada de la disciplina. Foto: Matías Bordón De los tres jugadores de Posadas, dos vinieron a los entrenamientos y el otro no pudo porque estaba viviendo en Chaco y por eso se terminó eligiendo a otro. En el Mundial realizado en Brasil en 1982 participó Argentina y había dos jugadores de Eldorado... Ese Mundial creo que fue el despegue definitivo del futsal en Eldorado y en Misiones. Fue un antes y un después en el futsal. Los dos jugadores que fueron convocados a la selección fueron Abel Osorio y Aníbal López. López, por un problema en el documento, no pudo pasar por Migraciones, entonces de urgencia había que convocar a otro jugador que cumpliera los requisitos de jugar bien y ahí convocamos a Darío Giménez, que hubo que tramitar su permiso en la ex Apos para que le permitieran viajar. No nos fue muy bien en ese campeonato, pero nos dio la posibilidad de jugar varios amistosos en distintas ciudades de Brasil, ya que la organización preveía eso. En el Sudamericano de Iguazú de 1986 también tuviste una participación importante. ¿Fue difícil la organización? Más que en la organización estuve comprometido en todo lo que hace a la logística necesaria para el desarrollo. Iguazú tenía una capacidad hotelera y gastronómica muy importante, pero no tenía canchas con las condiciones requeridas para organizar el campeonato. Por eso se le dio a la Federación Misionera el control del avance de las obras necesarias. ¿Fue todo de acuerdo a lo previsto? Más o menos. Nosotros hacíamos viajes cada tanto para ver las obras, pero veíamos que no avanzaban y estábamos preocupados. Pachuco Martínez nos decía que no nos preocupáramos, que llegarían bien. Y un día nos invitan a una reunión en Iguazú. Con sorpresa vimos que en la reunión estaban presentes el secretario de Deportes de la Nación, Rodolfo O’Reilly, el Coti Nosiglia, diputados nacionales y provinciales. Yo, como no andaba en política, preguntaba quiénes eran, porque no los conocía. Hablaron un rato y se comprometieron a realizar las obras. A partir de ese día todo avanzó a una velocidad impresionante. Vos ibas y había cientos de personas trabajando, seis camiones mixer, soldadores, construyeron las gradas en tiempo récord. Impresionante era para nosotros todo eso, ya que estábamos acostumbrados a realizar todo con muy poca plata. Las obras se llevaron a cabo y Argentina en ese Sudamericano terminó tercero. Así, Argentina clasificó para el Mundial organizado por la Federación Internacional de Fútbol de Salón a realizarse en 1988 en Australia, y ahí también hubo presencia eldoradense. ¿Cómo llega Hernando “Pity” Úbeda a ser el preparador físico de la selección nacional en ese mundial? Ese es otro tema interesante y muestra como participar tanto a nivel provincial como nacional a veces te permite incidir en las decisiones. Pity era chapista, no tenía título, pero había estudiado mucho sobre preparación física, kinesiolgía y otros aspectos, y además se había asesorado con profesionales. Él trabajaba con la selección misionera y por determinados motivos quien había sido designado para viajar no pudo hacerlo. Como él ya había estado trabajando con la selección en los entrenamientos que se habían realizado en Misiones, se dio la posibilidad, aunque hubo que pelearla. ¿Algunos se oponían? Y sí… En esa época había una disputa sobre el amateurismo del futsal. No era reconocido como deporte olímpico y la Fifa quería absorber el futsal. Entonces la defensa que hicimos para que fuera Pity era que era un deporte amateur, que en ningún lado estaba establecido que el preparador físico tuviera que ser profesional, que ya había estado trabajando con la selección y no había ni lesionados ni quejas sobre su trabajo. Y al final se aceptó que siguiera y fue a Australia. Teniendo en cuenta todo lo que contaste, ¿pensás que esa fue la mejor época del futsal? Sin dudas. Pero no porque estaba yo, que soy un tipo común que trabajaba en un comercio, sino por todo lo que se logró en esos años con un gran grupo de trabajo donde todo lo hacíamos a pulmón. El gran secreto que tuvimos es que con Jorge y otros más nos concentramos en buscar recursos para que la Asociación funcionara bien. Es cierto que los tiempos cambiaron, había clubes que estaban vinculados a empresas y comercios importantes, pero no se lograba que esos clubes participaran activamente de la Asociación. Pero tuvimos muchísimo apoyo de esas empresas y comercios, de los medios de comunicación, de Juan Plocher, de Montecarlo, que era el presidente de la Federación Misionera de Futsal y con quien siempre trabajamos muy bien y en conjunto. Fue una conjunción de factores lo que me lleva a decir que esa fue la mejor época.

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