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» El Ciudadano
Fecha: 10/01/2025 10:07
Miguel Passarini Siempre se dijo que cuando las telenovelas rendían, es decir cuando los números del rating acompañaban, el gran desafío de las y los guionistas era sumar personajes y conflictos para seguir generando capítulos porque, ya se sabe, a los éxitos hay que cuidarlos. En el contexto de una televisión argentina sin ficción, ajena y corrida de sus lugares históricos y sin nada nuevo para ofrecer, las especulaciones que se tejen alrededor del conflicto romántico-judicial-mediático que involucra a Wanda Nara, célebre desde sus comienzos en los tiempos del supuesto calzoncillo de Maradona, con su ex Mauro Icardi, futbolista de elite ahora oficialmente en pareja con Eugenia La China Suárez, acaparó la atención de todo y de todos: redes, programas de chimentos, magazines y hasta noticieros hablan del tema como si en la Argentina del presente, donde está de moda “fingir demencia”, estuviese todo resuelto y no hubiese otra cosa de qué hablar. Tras una andanada de publicaciones filtradas por los propios interesados, de un lado y de otro del conflicto donde hay en juego millones y millones de euros, sin siquiera poner en consideración ni resguardar la intimidad de las y los menores involucrados a los que dicen estar «cuidando», no se privaron de nada: historias de cuernos, amenazas, sexo, mentiras y videos y hasta maltrato animal son los temas de los que hablan las redes por estas horas, cuando Mauro Icardi, este jueves por la tarde, con un posteo empalagoso que incluye música y fotos, blanqueó su romance con Eugenia La China Suárez, el “terror de los matrimonios bien constituidos y bien pensantes” de la Argentina que de este modo se prueba a nivel internacional. A la media hora, ese posteo con una serie de fotos y un texto que entre más asegura que “las mejores historias comienzan cuando menos las esperas.. quién sabe.. son cosas del destino.. ese destino que siempre encuentra la forma de juntar a dos personas sin importar cuánto tiempo pasa o cuántos caminos hay que recorrer”. Y sigue: “Porque hay encuentros que parecen escritos en las estrellas, esas que desde chicos mirábamos acompañados cada noche y soñábamos tantas cosas.. hoy, no necesito más señales.. sé que con vos estoy donde debo estar”, superó ampliamente el millón de likes y sumó cientos de comentarios (y eso que escribe horrible). Confirmado: no hay peores ciegos que aquellos que no quieren ver. Con los medios hegemónicos completamente escindidos de la realidad y atentos a lo que indica la pauta oficial, viendo siempre en la mitad del vaso vacío (cada vez más vacío) un lleno total y desbordante, la ficción recreada, aquél reality-fiction televisivo que estuvo tan de moda en los años 90, está de regreso con la variante de que ahora las redes sociales ocupan un lugar preponderante en la difusión de esas cuestiones de alcoba y entonces el alcance es infinito e ilimitado. Cómo será que la Justicia se ocupa a diario de las presentaciones que hacen los representantes legales de Nara e Icardi pero poco hacen por los otros casos de violencia de género y doméstica que se suman por cientos en la Argentina, lo que se constituye en un verdadero y lamentable papelón sin presendentes. Así, en medio del armado del blanqueo de La China e Icardi con unas fotos de poster de los 80, bellos, exitosos, rubios y de ojos claros (más hegemónicos ni con la IA), cuando se especula “sotto voce” que hay más videos, pero está vez de corte íntimo, entre Wanda Nara y el futbolista Keita Baldé Diao en Milán, cuando en el mismo tono muchos dicen que la actriz y cantante ex Casi Ángeles, que volvió a apostar al amor, podría estar embarazada porque la vieron de incógnito en una clínica, la historia no tiene competencia mediática, nadie habla de otra cosa y ya no importa qué es verdad ni qué es mentira, lo único que importa es seguir sumando nuevos capítulos a la telenovela. Es que no hubo ni habrá escándalo del verano ni de la temporada que genere más debate, conflicto de intereses, ni especulaciones que la historia en cuestión donde la ficción es, en gran medida, real. No hubo en la historia de la televisión argentina algo que genere semejante interés con una legión de seguidores que prefieren el cuento de hadas, con brujas, cenicientas, pobres criaturas y todo lo que pueda sumar, a ver la realidad. De hecho, ni María de nadie, ni Estrellita, esa pobre campesina y muchos menos La extraña dama se animaron a tanto.
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