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Parana » Inventario22
Fecha: 10/01/2025 10:04
Un grupo de científicos del CONICET logró un hallazgo que podría cambiar el enfoque en la lucha contra el dengue. Un extracto obtenido del tegumento del maní (la piel roja que suele ser descartada en la industria) demostró capacidad para inhibir el virus en todas las fases de su ciclo de replicación. “Elegimos investigar el tegumento del maní porque, además de ser un subproducto industrial que queda tras su exportación, tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas probadas. Nuestro objetivo fue revalorizarlo y comprobar si también podía actuar contra el virus del dengue, algo que no se había explorado antes”, explicó Carola Sabini, investigadora del CONICET y líder del proyecto. El potencial del maní El estudio, realizado en conjunto por el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA) y el Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS), evaluó los extractos de la piel y la semilla de maní en células infectadas y modelos in vitro. El extracto de tegumento logró resultados extraordinarios: llegó a neutralizar el virus al 100%, incluso en bajas concentraciones. “Creemos que su efectividad se debe a los polifenoles y proantocianidinas que contiene, moléculas conocidas por su acción antioxidante y antiviral”, agregó Sabini. El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, afecta a millones de personas cada año y representa un riesgo mayor en las reinfecciones, que pueden derivar en cuadros graves. Este avance no solo propone un nuevo tratamiento natural y económico, sino que también se alinea con la necesidad de alternativas sostenibles frente a los antivirales tradicionales. Próximos pasos: de la ciencia al paciente El equipo busca avanzar en la aplicación práctica del descubrimiento. Según Elio Soria, coautor del trabajo, “estamos desarrollando nanopartículas para estabilizar y vehiculizar el extracto, de modo que llegue al lugar exacto donde debe actuar”. Además, analizan cómo este fitofármaco podría funcionar como un inmunomodulador, ayudando a reducir la inflamación que el dengue provoca en los pacientes. Con este enfoque, los investigadores esperan trabajar junto a empresas tecnológicas para ampliar su producción y llevar el producto a ensayos clínicos en humanos. “La naturaleza nos ofrece soluciones y nuestro trabajo es aprovecharlas para beneficio de todos”, concluyó Sabini.
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