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Parana » Entreriosya
Fecha: 10/01/2025 04:51
Una de las soluciones más creativas y notables para palear la reducción de la biodiversidad es el Banco Mundial de Semillas de Svalbard. Esta es una bóveda construida en el Ártico para resguardar millones de semillas como un seguro contra el futuro. La desaparición de variedades agrícolas es un problema global que afecta la alimentación de todos. Según la FAO, en el último siglo se perdió el 75 % de las variedades de cultivos alimentarios debido a factores como la deforestación y la expansión urbana. El Banco Mundial de Semillas de Svalbard se estableció en 2008. Desde entonces, el CIMMYT ha duplicado y depositado 50 millones de semillas y 170.000 muestras de maíz y trigo. Las variedades tradicionales, que alguna vez fueron adaptadas a climas y condiciones específicas, están siendo reemplazadas por monocultivos más rentables. Sin embargo atentan contra la genética y son más débiles. Este empobrecimiento genético hace que los cultivos sean más vulnerables a plagas, enfermedades y fenómenos climáticos extremos. Svalbard: la “bóveda del fin del mundo” El Banco Mundial de Semillas está ubicado en la isla de Spitsbergen, en Noruega, a 1.300 kilómetros del Polo Norte. Construida en 2008, esta bóveda fue diseñada para proteger semillas de todo el mundo frente a desastres naturales, conflictos armados y el cambio climático. Con capacidad para almacenar hasta 4,5 millones de muestras, actualmente alberga más de 1,2 millones de semillas. Su ubicación en el Ártico aprovecha el permafrost para mantener las semillas a temperaturas bajo cero, lo que asegura su conservación durante siglos. El diseño de la bóveda también la protege de terremotos, inundaciones y otros eventos catastróficos. Sin embargo en 2017 el calentamiento global demostró que incluso este lugar no es inmune a las amenazas. Ese año, el derretimiento del permafrost causó filtraciones de agua en la entrada de la bóveda. Esto obligó a realizar inversiones millonarias para reforzar su infraestructura. El papel de las semillas en crisis globales La importancia de esta bóveda se hizo evidente en 2015, cuando Siria retiró semillas debido a la destrucción de su banco genético durante la guerra civil. Este evento marcó la primera vez que se utilizaron las reservas de Svalbard, demostrando su valor como respaldo global. Las semillas retiradas fueron reintroducidas en la región para restablecer cultivos esenciales. Este caso es un recordatorio de que la biodiversidad agrícola no solo es importante para prevenir desastres futuros, sino también para responder a las crisis actuales. Argentina y su legado genético en Svalbard Argentina es uno de los países que contribuyó activamente al Banco Mundial de Semillas. Nuestro país envió más de 600 muestras de cultivos, incluyendo trigo, maíz y soja. Este aporte es crucial no solo por la importancia de estos cultivos en la economía global, sino también por su valor genético. Las variedades locales tienen características únicas, desarrolladas a lo largo de generaciones, que las hacen más resistentes a condiciones climáticas adversas. Fuente: Meteored
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