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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/01/2025 16:31
La exposición a rayos UV en días nublados es igual de peligrosa que en días soleados, advierten los expertos (Freepik) Los ojos, al igual que la piel, tienen memoria frente a la radiación ultravioleta (UV). Y cada exposición sin protección incrementa el daño acumulativo, que puede derivar en cataratas, degeneración macular o incluso en el crecimiento de tejidos anómalos como el pterigion. Sin embargo, mientras cada vez más las personas toman conciencia de la importancia del uso de protector solar, el cuidado de la vista sigue siendo ignorado por muchos. La radiación UV afecta directamente la salud ocular, con riesgos mayores durante el verano, cuando los niveles de exposición se triplican respecto al invierno, según explicó a Infobae la médica oftalmóloga Eliana Segretin Gutiérrez (MN 111.134), del Servicio de Oftalmología Hospital Italiano de Buenos Aires. Además, el daño no se limita a los días soleados: “Los rayos UV atraviesan nubes y neblina. Por eso, es fundamental utilizar gafas de sol con protección UV incluso en días nublados”, agregó la experta. Cuidado y prevención: qué aconsejan los expertos Un cristal oscuro no garantiza protección UV: incluso lentes claros pueden filtrar los rayos si están certificados (Freepik) Los especialistas coinciden en que la clave está en la prevención. Segretin Gutiérrez resaltó que las gafas de sol deben bloquear el 100% de los rayos UVA y UVB. Además, recomendó optar por modelos envolventes que eviten el ingreso de luz solar por los costados. A su turno, la médica oftalmóloga Betty G. Arteaga (MN 112149 - MP 332301) también del Servicio de Oftalmología Hospital Italiano de Buenos Aires, enfatizó que no existe una relación directa entre el color de la lente y el grado de protección: “Un vidrio oscuro no necesariamente protege más. Incluso hay lentes transparentes con filtros UV efectivos”. La protección ocular debe comenzar desde la niñez, señaló Segretin: “La mayor parte de la exposición solar ocurre antes de los 16 años. Es esencial proteger a los niños con sombreros y gafas con filtro UV a partir de los 5 o 6 años”. Arteaga también recomendó evitar riesgos adicionales, como el uso de lentes de contacto en playas o piscinas: “El viento, la arena y los microorganismos en el agua pueden causar infecciones graves. Es mejor usar gafas de sol graduadas para proteger la vista”. El problema de los anteojos sin certificación Más del 50% de los anteojos vendidos en Argentina no cumplen con las normas de seguridad, según la Cámara Argentina de Industrias Ópticas En Argentina, otro peligro se suma a la exposición solar: la venta masiva de anteojos de sol no certificados. “Más de la mitad de los anteojos que se venden en el país no cumplen con las normativas de calidad mínimas”, alertó ante la consulta de este medio Norberto Fermani, óptico contactólogo y presidente de la Cámara Argentina de Industrias Ópticas. Y según sostuvo, el problema no se limita solo a los puestos callejeros o la venta ambulante: “Incluso en casas de deportes o comercios con apariencia legal, se venden lentes sin los controles adecuados. La única forma de verificar su calidad es revisar si tienen un código alfanumérico y un número de CUIT que garantiza su fabricación según normas ISO específicas”, explicó. En la mirada del experto, “la situación es especialmente grave en el corredor turístico del sur —esto es, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca—, donde se comercializan más de dos millones de anteojos no certificados cada verano”. Según Fermani, estos productos no solo no protegen la vista, sino que pueden resultar dañinos: “Cuando alguien usa una lente pintada sin filtro UV, engaña al ojo, por lo que la pupila se dilata debido a la sombra aparente, y los rayos UV ingresan con mayor intensidad, causando más daño”. Cómo identificar gafas seguras Comprar gafas en ópticas habilitadas asegura protección y evita el riesgo de lentes no certificados (Imagen Ilustrativa Infobae) Para Fermani, el consumidor debe ser más consciente y exigente. “El etiquetado es fundamental. Los anteojos deben indicar la categoría del filtro, el nivel de protección UV y quién garantiza su calidad. Además, es posible solicitar en las ópticas las declaraciones juradas de calidad emitidas por el fabricante”, subrayó. Los lentes certificados no solo protegen contra la radiación UV, sino que también cumplen con requisitos como materiales hipoalergénicos y ausencia de componentes tóxicos, evitando además irritaciones o daños en la piel. Consejos extra para un cuidado integral de la salud ocular Las revisiones oftalmológicas anuales son clave para detectar y tratar a tiempo problemas visuales (Imagen Ilustrativa Infobae) Más allá de protegerse del sol, Arteaga destacó la importancia de adoptar hábitos diarios que preserven la salud visual. Uno de los riesgos más frecuentes en verano es el síndrome del ojo seco, provocado por el uso prolongado del aire acondicionado. “Las temperaturas extremas deshidratan la superficie ocular, generando molestias como picazón, visión borrosa o sensación de ardor. Para evitarlo, se recomienda mantener el ambiente entre los 21 y 25 grados”, explicó la oftalmóloga. Asimismo, reducir el tiempo frente a pantallas digitales también es esencial: “Pasar largas horas frente a la computadora o el móvil puede causar fatiga visual. Es fundamental dar descansos a los ojos y realizar otras actividades recreativas que no implican exposición constante a las pantallas”. La alimentación también juega un papel crucial en el cuidado de la vista. Arteaga sugirió incluir en la dieta alimentos ricos en vitaminas A, C y E, además de antioxidantes como zanahorias, verduras de hoja verde, cerezas y fresas. También destacó la importancia de los ácidos grasos Omega-3, presentes en pescados grasos, para combatir problemas como el ojo seco. Por último, la experta recordó la necesidad de realizar revisiones oftalmológicas periódicas: “Una visita anual al especialista puede detectar a tiempo cualquier problema visual y prevenir complicaciones mayores”. Con estas recomendaciones, se refuerza la idea de que el cuidado ocular no debe limitarse al verano ni solo a la exposición solar, sino convertirse en una práctica integral durante todo el año.
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