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» Diario Cordoba
Fecha: 08/01/2025 03:38
España acelera el uso de sus reservas de gas natural con la bajada de las temperaturas, pero antes de que lleguen las grandes olas de frío. Las energéticas están tirando de las reservas de manera acelerada y han quemado más de una quinta parte de todo el gas guardado en los almacenes nacionales en los dos últimos meses. España consiguió llenar por completo sus almacenes de gas natural a mediados del pasado agosto y mantuvo ese nivel máximo durante tres meses, hasta el pasado 6 de noviembre. Desde entonces y hasta ahora las reservas han caído por debajo del 80%, según los registros combinados de Enagás, el gestor del sistema gasista nacional, y de la asociación europea de infraestructuras gasistas GIE. Los almacenamientos subterráneos cuentan actualmente con algo menos de 28.600 gigavatios hora (GWh) equivalentes, lo que supone estar utilizando un 79,8% de su capacidad máxima total. En apenas dos meses el sistema gasista ha consumido más de un 20% de todo el gas guardado en los almacenes debido al aumento del consumo por las bajas temperaturas y por el fuerte incremento de la utilización de las centrales de gas para producir electricidad, dada la menor aportación de las plantas de energías renovables en las últimas semanas. El menor nivel desde 2022 Desde el sector gasista se apunta que es normal que durante la temporada de invierno caiga las reservas de gas, dado que es el momento del año en que el consumo es más elevado y se utilizan parte de lo guardado durante el verano, que el cuando las empresas energéticas aprovechan para inyectar más gas en los almacenes. Sin embargo, la industria gasista advierte de que el actual nivel del 80% de llenado de los almacenamientos, aun siendo alto, es el nivel más bajo de los tres últimos ejercicios: a principios de enero de 2024 la ocupación de las reservas era del 89% y en 2023 fue del 93% (en 2022, antes de la crisis energética y de la invasión rusa sobre Ucrania, a estas alturas del año el llenado era del 65%). Las compañías apuntan que lo previsible es que el nivel de llenado siga cayendo en las próximas semanas cuando se produzcan olas de frío en gran parte del país. Pero también subrayan que ahora los almacenes españoles están muy por encima de la media de ocupación de las infraestructuras de toda la UE, actualmente por debajo del 70% de la capacidad máxima total. España consiguió otra vez llenar por completo sus almacenes de gas natural en pleno agosto, justo un año despúes de haber alcanzado por primera vez en su historia esa ocupación plena de toda la capacidad de las instalaciones en lo que supuso un verdadero hito para el sector. Los almacenamientos subterráneos españoles alcanzaron el 100% de ocupación el pasado 19 de agosto, manteniéndose desde entonces y hasta el 6 de noviembre en el entorno de los 35.900 GWh equivalentes. Además de sus tres almacenes subterráneos, España también cuenta con los tanques de su amplia red de plantas de regasificación (que concentran un tercio de toda la capacidad regasificadora de la UE) y que actualmente alcanzan apenas un 40% de llenado de su capacidad, con 10.800 GWh, según la documentación oficial de Enagás. La capacidad del parque de siete regasificadoras del mercado español, que es el que recibe el gas por barco y da una flexibilidad excepcional al mercado español para captar suministros, se amplió hace un par de años con la entrada en funcionamiento de la planta de El Musel, en Asturias, como centro de almacenamiento logístico. El llenado ya no es obligatorio España se erigió durante lo peor de la crisis energética como uno de los países que con mayor celeridad y por anticipado fue cumpliendo las exigencias de llenado de sus reservas de gas como parte de la estrategia de la UE para reducir la dependencia del gas ruso en respuesta a la invasión militar de Ucrania. La Comisión Europea y los Veintisiete se movilizaron desde el inicio de la invasión rusa sobre Ucrania para levantar un escudo para blindarse frente al pulso energético de Vladímir Putin. Y entre las medidas implantadas por la UE se incluía la obligación para los estados miembros de ir llenando sus almacenes de gas para garantizar el suministro. España ha ido cumpliendo durante la crisis muy por adelantado las exigencias de llenado y ha mantenido sus reservas en niveles históricamente altos desde entonces. El plan diseñado por Bruselas exigió a los estados miembros durante la crisis cumplir volúmenes mínimos de reservas en diferentes momentos del año, con el objetivo final de llegar al 1 de noviembre con sus almacenes llenos al 90% de su capacidad. En 2023, España logró ese hito con seis meses de antelación y posteriormente fue el primer país europeo en ocupar al 100% la capacidad de sus almacenes. Desde el año pasado Bruselas sólo hace recomendaciones en torno del consumo de gas y el almacenado y los Veintisiete han aceptado que los estados adopten medidas voluntarias, sin llenados obligatorios ni plazos forzosos, para seguir conteniendo la demanda de gas. Un día de consumo récord La caída de las temperaturas en toda España provocó el pasado diciembre un fuerte incremento de los consumos energéticos. La demanda de gas se desbocó el 11 de diciembre hasta su máximo nivel desde lo peor de la crisis energética. La demanda de gas natural se disparó hasta los 1.671 GWh, un récord en más de dos años, según los registros de Enagás. El consumo nacional igualó el nivel alcanzado en varias puntas de demanda producidas en 2022, en plena crisis energética, y se acercó al récord histórico de consumo de gas en España que se registró hace casi tres años, el 18 de enero de 2022, con 1.803 GWh. La bajada de las temperaturas impulsó un aumento gasta los 990 GWh del consumo convencional de gas natural, un parámetro que incluye la demanda de los hogares, de los servicios/empresas y también de la industria. Desde Enagás se apunta que el incremento de la demanda convencional fue especialmente significativa en el caso de los clientes domésticos por el mayor uso de la calefacción. Al mismo tiempo, la demanda de gas para producir electricidad también marcó su máximo de los dos últimos años. Las centrales térmicas de ciclo combinado (las que queman gas para generar electricidad) elevaron aquel día su consumo hasta los 680 GWh, también récord desde lo peor de la crisis energética.
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