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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/01/2025 20:37
Expertos vinculan el estrés crónico con bajos niveles de energía en las personas (Imagen Ilustrativa Infobae) Aunque el cerebro solo representa un 2% del peso corporal total, este órgano es un devorador de la energía que ingresa al cuerpo a través de los alimentos. La usina central del organismo necesita combustible de manera continua para poder funcionar de manera óptima. Comer rápido o estresados, saltear comidas, excederse en el consumo de cafeína y abusar de las pantallas pueden influir en la energía. Además, la falta de sueño, el estrés continuo y el sedentarismo pueden ser otras causas de agotamiento, desgano y mal humor. Las principales causas de la falta de energía El estrés. “Tiene un gran impacto en el bienestar físico. Si sientes niveles elevados de estrés, eso puede contribuir sin duda a que tengas poca energía”, le dijo a HuffPost la doctora Nina Vasan. Y afirmó que es fundamental “encontrar formas de integrar la meditación o la atención plena en la vida diaria”, aunque sea solo durante cinco minutos cada día. Dormir mal impacta el estado de ánimo y la capacidad de alerta al despertar (Imagen Ilustrativa Infobae) Los expertos en Nutrición recomiendan la alimentación consciente, aprender a relajarse unos minutos antes de comenzar a comer. Antes de sentarse a la mesa, realizar unas 5 a 10 respiraciones largas y profundas. No es lo mismo comer, que digerir o asimilar, aseguran. También, se puede hacer frente al estrés a través de la psicoterapia cognitivo-conductual. Consumir exceso de cafeína. Cuando se siente cansancio, puede resultar tentador tomar una tercera o cuarta taza de café para recuperar energías. Sin embargo, consumir demasiada cafeína puede tener un efecto paradojal: sentirse más cansado. Cuando se siente cansancio, puede resultar tentador tomar una tercera o cuarta taza de café para recuperar energías. Sin embargo, consumir demasiada cafeína puede tener un efecto paradojal: Según un estudio publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, “el efecto psicológico del café/cafeína, aunque en gran medida genuino, sigue siendo un tema de debate y debe considerarse en el contexto de su uso. De hecho, algunos estudios muestran que la cafeína tiene efectos sobre el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo si los bebedores no habituales de café la toman, pero que estos efectos pueden disminuir debido al desarrollo de la tolerancia”, ampliaron en la publicación de sus conclusiones. Un exceso de cafeína puede producir el efecto paradójico de aumentar el cansancio Los expertos recomiendan reducir gradualmente la cantidad de cafeína en la dieta, de forma que no produzca este efecto paradojal, de producir justamente lo que se evita: cansancio. Dormir poco o mal. La cantidad y calidad del sueño influyen directamente en los niveles de energía diarios. Establecer una rutina de higiene del sueño adecuada puede marcar la diferencia. El doctor Russell Foster, experto en ritmos circadianos de la Universidad de Oxford, subrayó la importancia de la calidad del sueño y recomendó prácticas que favorezcan un descanso reparador, como mantener horarios regulares, limitar la cafeína por la tarde, y exponerse a la luz natural. Saltear comidas o hacer ayunos prolongados. Pasar varias horas sin comer, puede provocar descensos abruptos de la glucemia, la principal energía que necesita el cerebro para funcionar. Cuando el azúcar en la sangre disminuye rápidamente, el cerebro y el sistema nervioso son los primeros en resultar afectados. ¿Consecuencias? Decaimiento, malhumor o dificultades para la concentración. Saltearse comidas afecta directamente la glucosa en sangre, esencial para la actividad cerebral. Por eso, es importante hacer las cuatro comidas diarias (Imagen Ilustrativa Infobae) Lo ideal es organizar bien las cuatro comidas diarias para no saltear ninguna, realizar colaciones con cereales integrales o frutas o lácteos descremados. Permanecer en exceso en las redes sociales. El uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse es una de las prácticas más comunes en la actualidad y, al mismo tiempo, perjudiciales para el sueño, lo que incide en la energía al día siguiente. El doctor Foster explicó que aunque se suele culpar a la luz azul de las pantallas por interferir en el descanso, el verdadero problema está en el contenido que se consume. Se recomienda entonces evitar el uso de dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir, ya que su contenido puede causar ansiedad. Deshidratación. Es una causa común de falta de energía. Acostarse deshidratado podría generar un ciclo de retroalimentación en el que los niveles bajos de agua afectan el sueño y la falta de sueño intensifica la deshidratación, dijo la Fundación del Sueño de Estados Unidos. Por otro lado, beber mucha agua durante el día puede favorecer un sueño saludable. Por lo tanto, la entidad, además de tomar agua, recomendó consumir frutas hidratantes y reducir el consumo de cafeína y alcohol. El ejercicio incrementa la producción mitocondrial y mejora la eficiencia energética del cuerpo Sedentarismo. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio y el movimiento diarios son esenciales para aumentar los niveles de energía. Aunque suene extraño, moverse más puede ayudar a tener más energía, a través de varios mecanismos, dicen dos expertas de la Universidad de Harvard. Las doctoras Toni Golen y Hope Ricciotti, editoras en Harvard Women’s Health Watch explicaron: “Cuando haces ejercicio se producen cambios a nivel celular en el interior de tu cuerpo. El esfuerzo estimula al cuerpo a producir más mitocondrias dentro de las células musculares. Las mitocondrias son conocidas como las centrales energéticas de las células, porque crean combustible a partir de la glucosa de los alimentos que ingieres y del oxígeno del aire que respiras. Tener más mitocondrias aumenta el suministro de energía del cuerpo”. Y agregaron: “El ejercicio también mejora la circulación del oxígeno en el cuerpo. Este aumento de oxígeno no solo favorece la producción de energía de las mitocondrias, sino que también permite que el cuerpo funcione mejor y utilice su energía de manera más eficiente. Además, el ejercicio regular favorece un mejor sueño nocturno. El sueño profundo es fundamental para la salud general y para sentirse bien descansado y con energía al despertarse por la mañana”. 7 Hábitos que potencian la energía Mantener una dieta equilibrada, dormir adecuadamente y hacer ejercicio son algunas prácticas que impactan positivamente en el vigor y bienestar general (Imagen Ilustrativa Infobae) Adoptar unos pocos cambios sencillos en la rutina diaria es la clave para vencer el cansancio, descansar mejor y levantarse con las energías recuperadas: Comer variado y balanceado de todos los alimentos protectores que aportan los macro y micronutrientes que necesita el organismo para estar sano y vital. Realizar actividad física para liberar tensiones. Respirar profundamente y utilizar técnicas de relajación. Dormir al menos 8 horas. Planificar con tiempo las actividades, incluyendo también las comidas, el descanso y la recreación. Al momento de almorzar y cenar, comer despacio y con tranquilidad. Reducir o eliminar de la dieta las sustancias excitantes como las bebidas estimulantes y alcohólicas, sal, azúcar, cafeína en exceso, tabaco, grasas saturadas, harinas refinadas.
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