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» Diario Cordoba
Fecha: 07/01/2025 08:33
Los virus respiratorios se han convertido en los grandes protagonistas esta Navidad. Con la gripe totalmente disparada en muchas comunidades autónomas, la COVID-19 contenida (por el momento) y el VRS al alza entre los más pequeños de la casa. Sin embargo, tampoco se ha quedado atrás el norovirus, conocido como el virus del estómago, que ha amargado a más de uno las reuniones familiares. Pero China ha encendido todas las alarmas en las últimas semanas con la 'aparición del metapneumovirus humano. Los casos no paran de aumentar, especialmente entre los menos de 14 años, en las provincias del norte del país asiático, como avisa el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades. El metapneumovirus produce los mismos síntomas que otros virus respiratorios / EUROPA PRESS - Archivo ¿Es el metapneumovirus humano un virus nuevo? El HMPV no es un patógeno nuevo ni desconocido. Se sabe de su existencia desde hace más de 50 años. El primer caso se detectó en Países Bajos en 2001. Según explica a este diario la doctora María del Mar Tomás, microbióloga del Hospital de A Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), "el metapneumovirus pertenece a la familia del Virus Respiratorio Sincitial (principal causa de bronquiolitis en recién nacidos y lactantes)". Se estima que, a nivel global, "el 90% de los niños menores de 14 años han estado contagiados con este virus respiratorio". Es responsable del 3/10% de las hospitalizaciones. Los más vulnerables, como ocurre con la mayoría de enfermedades infecciosas, son los niños pequeños, los mayores e inmunodeprimidos. Los síntomas asociados al metapneumovirus "incluyen tos, fiebre, congestión nasal y dificultad para respirar. En el peor de los casos, "puede progresar a bronquiolitis, neumonía o agravamiento de asma". No existe vacuna para el metapneumovirus / Alberto Ortega - Europa Press - Archivo Sin vacunas ni medicamentos antivirales La transmisión del metapneumovirus es a través de las secreciones respiratorias, como ocurre en el SARS-CoV-2. Son las gotitas que todos expulsamos al toser o estornudar y que contienen el virus. También se puede contagiar por el contacto directo con una persona infectada y por tocar superficies u objetos contaminados y después tocarnos la boca, nariz u ojos. Pese a la alarma de China, la doctora Tomás recalca que "la OMS no ha emitido ningún mensaje de intranquilidad" y que esta situación se repite invierno tras invierno. Como ocurre con otras enfermedades infecciosas propias de esta época como la gripe o la COVID-19 (justo cuando se cumplen cinco años de los primeros casos). La "peor" noticia es que no existen vacunas ni medicamentos antivirales, pero podemos evitar su contagio con los consejos que todos conocemos y que debemos poner en práctica: Cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar. Usar pañuelos desechables para contener las gotitas respiratorias o las secreciones. Después de usar los pañuelos, echarlos a la bolsa de basura más cercana. Realizar higiene de manos (lavárselas con agua y jabón o limpiarlas con un gel hidroalcohólico), regularmente y después de tener contacto con secreciones respiratorias. La doctora María del Mar Tomás nos recuerda que existe la "coinfección" por metapneumovirus y otros virus respiratorios, que puede aumentar la gravedad de la enfermedad en la población de riesgo.
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