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» Diario Cordoba
Fecha: 06/01/2025 21:25
La Asociación Madres Solteras por Elección, cuya delegada en Andalucía es Soledad Rasero, valora el desarrollo por parte de la Junta de Andalucía de un decreto para mejorar el reconocimiento de las familias monoparentales, al cual han presentado ya alegaciones, porque apunta que «necesita ser mejorado». Soledad Rasero expone que «pedimos la equiparación del marco protector de las familias numerosas desde el primer hijo. Este proyecto de decreto, en caso de aprobarse, avanzará en el logro de una definición y, en ese sentido, sí que estamos contentas con el paso dado, porque es necesario que se nos defina y se nos reconozca para poder avanzar en el reconocimiento de derechos». «Los obstáculos a los que las familias monoparentales hacemos frente son consecuencia de la falta de definición de nuestra existencia, ya que, al no ser ni siquiera un número a la hora de ir a las consejerías o al reunirnos con los distintos grupos políticos para pedir medidas que nos ayuden a salir de esta situación de riesgo de pobreza y exclusión y que nos ayuden a avanzar en conciliación, nos encontramos que no se desarrollan políticas suficientes para atender nuestras peticiones», señala. Según esta portavoz, «nuestras demandas en Andalucía son las mismas que a nivel estatal, que a las familias monoparentales se nos reconozca y defina; que se nos dé un título, para que se nos pueda computar a través de un registro; un portal de transparencia, en el que conste el número de familias monoparentales en Andalucía, y que el reconocimiento vaya acompañado de un marco protector desde el primer hijo, a ser posible equiparado al que ya disfrutan las familias numerosas, porque es la forma más efectiva de lograr derechos de manera eficaz y rápida». Beneficios fiscales «Demandamos a su vez medidas de apoyo a la conciliación, porque en nuestro caso no hay corresponsabilidad con otra persona progenitora», subraya. Por otro lado, indica que «necesitamos que se eliminen todas las discriminaciones, por ejemplo, en el ámbito fiscal. Las familias monoparentales se deducen menos cantidad que las familias biparentales. Las subvenciones, bonificaciones y ayudas que se calculan en base a un sistema de renta per cápita atacan frontalmente nuestro modelo, al endurecer los requisitos que debemos cumplir para acceder a esas ayudas, frente al resto de modelos familiares. Se nos exigen unos ingresos totales muy inferiores a los de la familia biparental para situarnos en el mismo tramo de subvención o bonificación, sin tener en cuenta que toda familia tiene gastos fijos, de forma independiente al número de adultos que la forme, como son pago de una vivienda, suministros o impuestos», argumenta. «Estos gastos mínimos están muy relacionados con el número de hijos, en especial en nuestras familias, donde los costes para poder conciliar son mayores, al no existir la posibilidad de corresponsabilidad de tareas en el hogar. El adulto que forma una familia monoparental debe encargarse del sustento de sus miembros y del cuidado de los menores. Por ejemplo, recurrir a medidas de conciliación, como la reducción de jornada, tiene un coste relativo superior en el modelo monoparental, ya que esta reducción se practica sobre el 100% de los ingresos de la unidad familiar», precisa. «Para hacer frente a nuestras necesidades, sugerimos que se amplíen los baremos económicos de acceso a ayudas o prestaciones con impacto en las familias, en un 50% en caso de las monoparentales o, al menos, que se nos aplique el mismo límite económico que a las familias biparentales con mismo número de hijos», detalla. «El objetivo final tiene que ser acabar con situaciones injustas que se están dando a día de hoy, como ocurre con los baremos de acceso a las bonificaciones parciales del servicio de comedor escolar, donde los límites de ingresos son los mismos para una familia de 2 adultos y un menor, y para la de 1 adulto y dos menores, cuando es evidente que las realidades son radicalmente distintas», concluye. Por otro lado, esta asociación aboga por aumentar el permiso de maternidad no solo a 20 semanas, sino a 24, para garantizar los derechos de los bebés y los seis meses de lactancia exclusiva. Suscríbete para seguir leyendo
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