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  • Geografía y tecnología: un estudio desmenuzó los pilares de la productividad del campo argentino

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/01/2025 14:43

    Un ingeniero agrónomo camina en un campo sembrado con soja en la localidad bonaerense de 25 de Mayo (Reuters) Argentina se caracteriza por la amplitud territorial y la aptitud del suelo agrícola, especialmente por lo que se conoce como “Pampa Húmeda”. En este contexto, no sólo es el octavo país más extenso del mundo y el cuarto de América (por detrás de Canadá, Estados Unidos y Brasil), sino que de acuerdo con la FAO cuenta con la octava superficie cultivable más grande del mundo. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), al comparar con otros países que componen el ranking, Argentina se encuentra menos densamente poblado. De esta manera, al comparar en términos de hectáreas cultivables per cápita, Argentina escala al segundo lugar entre el ranking de los 10 países presentados, con casi 1 millón de hectáreas por habitante, sólo por detrás de Canadá. “La vasta superficie agrícola del país permite el desarrollo de la agricultura extensiva, que posibilita aprovechar las economías de escala en producciones de los principales cultivos extensivos”, explicaron. El peso de la Pampa Húmeda El territorio argentino se distingue no solo por su vasta extensión, sino también por la gran variabilidad ambiental, lo que hace que sea uno de los pocos países que cuenta con todos los órdenes de suelos. Por esta razón, los suelos en Argentina se caracterizan por una gran versatilidad en la fertilidad y aptitud para la actividad agrícola. “De esta combinación, surge una de las áreas agrícolas más fértiles del mundo, la Pampa Húmeda. Esta región del centro-este argentino, que se extiende parcialmente hasta Uruguay, cuenta con suelos tipo molisoles, considerados bastante fértiles y aptos para la agricultura”, precisaron desde la BCR. Argentina cuenta con una de las áreas más fértiles del mundo (Reuters) Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 2011), los molisoles se concentran en solo cuatro regiones del mundo. Además de la Pampa Húmeda; se encuentran en las Grandes Planicies de Estados Unidos y el sur de Canadá, y en un cinturón discontinuo que abarca el sureste de Europa —con énfasis en Ucrania y partes de Rusia— hasta el noreste de China, en el centro de Asia. A diferencia de otras regiones del mundo, el área más fértil de Argentina se sitúa en una extensa llanura que goza de un clima subtropical-templado, lo que potencia su capacidad agrícola. No obstante, la considerable extensión latitudinal del país genera una amplia variedad de climas, que van desde el frío antártico y la árida Patagonia hasta el cálido subtropical del noreste. Esta diversidad climática da lugar a múltiples ecosistemas que permiten una gran gama de producciones, entre las que se incluyen frutas, hortalizas, verduras, algodón, papa, cereales, oleaginosas, cultivos industriales, caña de azúcar, arroz, maní, ganado, vino y yerba mate, entre otros. El recurso hídrico En cuanto a los recursos hídricos, Argentina ocupa el puesto 16 entre los 197 países clasificados por la FAO en términos de reservas de agua, con 876 kilómetros cúbicos, lo que representa el 2% de las reservas mundiales. Aunque octavo en número de hectáreas cultivables, Argentina es el segundo del mundo si la cantidad se mide en relación a la población: casi una hectárea por habitante, muy levemente menos que Canadá De acuerdo al informe de la BCR, el ranking es liderado por Brasil (8.647 km³), Rusia (4.525 km³) y Estados Unidos (3.069 km³). Además, parte del territorio argentino, junto con áreas de Brasil, Paraguay y Uruguay, integra el Acuífero Guaraní, uno de los mayores reservorios de agua dulce del planeta. Este recurso abarca 1,2 millones de kilómetros cuadrados y contiene aproximadamente 37.000 km³ de agua, consolidándose como una fuente estratégica para la región. El potencial tecnológico argentino La innovación y adaptación tecnológica constituyen aspectos distintivos del sector agroindustrial argentino, desempeñando un papel clave en el sostenido crecimiento de la productividad agrícola a lo largo del tiempo. En el caso de los cultivos extensivos para la historia reciente, mientras la superficie sembrada en Argentina se duplicó desde 1990/91 hasta la actualidad, pasando de sembrarse 20 millones de hectáreas a poco más de 40 M ha, la producción total aumentó tres veces y media, pasando de 40 millones de toneladas a un récord histórico de 141,5 millones en la campaña 2018/19. En este sentido, el crecimiento de la producción no provino solo de una expansión del área cultivada, sino que se registró un gran incremento de la productividad. Argentina ha hecho grandes avances en agricultura de precisión en la última década (INTA) “Este crecimiento exponencial de la productividad se encuentra estrechamente relacionado con la adopción de tecnologías innovadoras que impactaron sobre los modos de producción”, señalaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario. ¿Qué avances tecnológicos contribuyen al crecimiento de la producción? Se pueden identificar al menos seis grandes campos sobre los cuales Argentina ha tenido importantes avances. - Agricultura de precisión. La AP es una estrategia de gestión que recoge, procesa y analiza datos temporales, espaciales e individuales de plantas y animales y los combina con otras informaciones para tomar las decisiones de manejo de acuerdo con la variabilidad estimada. Ello, para mejorar la eficiencia en el uso de recursos, la productividad, la calidad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la producción agrícola. Según el INTA Manfredi, Argentina es el segundo país en adopción de estas prácticas sólo por detrás de Estados Unidos. A partir de los datos de distintas plataformas de proveedores de servicios digitales para la producción, se estima que 47% de la superficie sembrada de cultivos extensivos está conectada a través de telemetría. La elaboración gráfica del estudio permite asociar la evolución de la producción a la introducción de sucesivas innovaciones técnicas - Siembra directa. Se define como la práctica de implantar un cultivo sin labrar la tierra previamente, concepto que en los últimos años ha evolucionado a lo que se conoce como agricultura regenerativa. “Este modelo combina la ausencia de laboreo con una cobertura permanente del suelo a través de cultivos y residuos de cosechas anteriores, mejorando así la eficiencia en el uso del agua. La siembra directa ayuda a preservar la estructura del suelo, disminuye el riesgo de erosión y mejora el ciclo del carbono. La contraparte es que demanda más fertilizantes y productos agroquímicos que en la siembra convencional”, señalaron los especialistas de la BCR. En la actualidad, aproximadamente 90% de la producción extensiva en Argentina se realiza con siembra directa, según la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa. La siembra directa ayuda a preservar la estructura del suelo, disminuye el riesgo de erosión y mejora el ciclo del carbono (Revista Chacra) - Organismos Genéticamente Modificados (OGM). La modificación genética de los cultivos ha generado beneficios significativos para productores y consumidores. Entre sus ventajas destacan el aumento del rendimiento bajo condiciones adversas o determinados factores limitantes, la extensión de la frontera agrícola, la reducción en el uso de fitosanitarios y las emisiones de gases de efecto invernadero. - Fitosanitarios y fertilizantes. A pesar de que Argentina aún enfrenta desafíos para lograr una reposición óptima de nutrientes, el consumo de fertilizantes ha mostrado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, aumentando cerca de un 3.000% entre 1990 y 2021. Sin embargo, en los últimos dos años, la adopción ha disminuido debido a los impactos de la sequía en la producción agrícola. - Silo bolsa. La tecnología de almacenamiento de granos en bolsas plásticas ha sido un desarrollo clave que ha ayudado a incrementar la eficiencia y la coordinación del sistema de comercialización de la Argentina. “De bajo costo, fácil implementación y alta eficiencia, desde su aparición en la década del noventa, se consolidó como una alternativa viable para almacenar y conservar las cosechas”, apuntaron. - Ecosistema AgTech. En el último tiempo, el foco puesto en las interrelaciones entre los desarrollos innovadores y los diversos actores que conforman o determinan la cadena agroindustrial llevó a definir el Ecosistema AgTech, dotándolo de una visión sistémica e institucional. Así, más allá de los drones y satélites, nuevos softwares de gestión, trazabilidad y comercialización, incluyendo la tecnología blockchain, y desarrollos biotecnológicos, entre otros; comienza a formarse una red de empresas tradicionales, productores, startups, incubadoras, institutos de investigación y desarrollo, inversionistas en “venture capital” y demás actores, que colaboran en el desarrollo e implementación de tecnologías innovadoras aplicadas a la agricultura. “En este punto, la Bolsa de Comercio de Rosario, a través del Departamento de Innovación, ha jugado un rol fundamental en contactar a los distintos actores del entramado para potenciar la transferencia tecnológica y la escala del cluster tecnológico regional”, indicaron desde la BCR.

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