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  • Un objeto espacial cayó en una aldea remota de Kenia

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/01/2025 14:34

    Un anillo metálico de 2,5 metros descendió en Mukuku, causando alarma entre los residentes (Reuters) El cielo de la aldea de Mukuku, en el condado de Makueni, Kenia, fue escenario de un evento extraordinario que dejó a sus habitantes perplejos y alarmados. Ayer, dmingo 5 de enero, un fuerte ruido rompió la calma. “Estaba cuidando a mi vaca cuando escuché un fuerte golpe. Miré a mi alrededor, pero no había humo en el cielo ni señales de un accidente de tránsito”, relató Joseph Mutua, un residente según consigna CNN. Sin embargo, al levantar la vista, él y otros vecinos observaron un objeto metálico y circular cayendo lentamente desde las alturas. El objeto, descrito como un anillo de metal de 2,5 metros de diámetro y con un peso estimado de 500 kilogramos, emitía un resplandor rojo mientras descendía. Al entrar en contacto con el suelo, se enfrió rápidamente y adquirió un color gris. Tras impactar, el artefacto aplastó árboles y arbustos, pero milagrosamente no causó heridos ni daños mayores en viviendas cercanas. El evento generó una mezcla de asombro y temor entre los habitantes de Mukuku, quienes inicialmente creyeron que podría tratarse de una bomba. ¿Qué es el objeto caído? El Kenya Space Agency (KSA) intervino rápidamente para investigar lo sucedido y asegurar el área. Según un comunicado oficial, el objeto es un fragmento de basura espacial, identificado como un anillo de separación de un cohete. Este tipo de piezas suele desintegrarse al reingresar a la atmósfera terrestre o caer en zonas deshabitadas, como océanos. No obstante, en este caso, el impacto sobre tierra firme provocó preocupación tanto en la comunidad local como en expertos internacionales. La Kenya Space Agency identificó el objeto como un resto de un cohete espacial tras investigar (Reuters) La KSA confirmó que el fragmento es un resto de un cohete espacial utilizado en misiones pasadas, posiblemente una pieza denominada “anillo de separación”. Estos componentes son parte del mecanismo que ayuda a desprender etapas de un cohete durante el lanzamiento. Aunque todavía se investiga su procedencia exacta, un análisis preliminar apunta a un posible vínculo con un lanzamiento de un cohete Atlas Centaur realizado en 2004 desde la base de Cabo Cañaveral, Estados Unidos. Sin embargo, existen discrepancias. Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica, expresó a Inside Outer Space que no está completamente convencido de que se trate de basura espacial. “No veo evidencias claras de que haya pasado por un proceso de calentamiento por reingreso. Podría incluso ser parte de un avión”, señaló. Por otro lado, Darren McKnight, experto en desechos espaciales de LeoLabs, explicó que algunos restos pueden estar protegidos por capas de material que se queman durante el reingreso, dejando intactos componentes metálicos. Este detalle plantea interrogantes sobre la necesidad de un análisis más profundo para determinar el origen del objeto. Un peligro creciente: la basura espacial La basura espacial incluye más de 40.000 objetos grandes que orbitan la Tierra, informó la Agencia Espacial Europea (Reuters) El incidente en Kenia no es un caso aislado. La acumulación de desechos espaciales en órbita baja terrestre, que incluye fragmentos de satélites, cohetes y otros restos de misiones espaciales, es un problema creciente. Según la Agencia Espacial Europea, hay más de 14.000 toneladas de material en órbita, un tercio de las cuales es basura espacial. De estos, al menos 40.500 objetos tienen un tamaño superior a 10 centímetros y millones de fragmentos más pequeños representan un riesgo tanto para satélites como para la seguridad en la Tierra. El año pasado, por ejemplo, fragmentos de un cohete SpaceX aterrizaron en una granja canadiense, mientras que una pieza de 1,6 kilogramos perforó el techo de una vivienda en Florida. El astrofísico Sara Webb, de la Universidad Tecnológica de Swinburne, advirtió: “Este tipo de eventos ya no son raros. Ahora ocurren casi cada mes o dos”. La preocupación es que estos impactos podrían aumentar a medida que se lanzan más cohetes y satélites sin implementar medidas efectivas de mitigación. El impacto en Mukuku despertó la ira de los habitantes locales, quienes exigen compensaciones. Paul Musili, uno de los residentes, declaró a medios locales: “Desde que este objeto cayó, no hemos podido dormir. Queremos que el dueño de este terreno sea compensado”. Además, la KSA continúa evaluando los daños materiales y posibles afectaciones a la comunidad y su ganado. Una comunidad afectada en Kenia exige compensaciones tras la caída de restos de un cohete (Reuters) Para los expertos, este incidente pone de manifiesto la necesidad de reforzar las regulaciones internacionales sobre basura espacial. A pesar de que existen directrices desde principios de los años 2000, la implementación de contramedidas ha sido lenta. Stijn Lemmens, analista de la Agencia Espacial Europea, enfatizó: “La adopción de medidas no está avanzando al ritmo necesario. Esto hace que el problema crezca más rápido de lo que podemos controlarlo”. ¿Qué se puede hacer al respecto? Reducir el impacto de la basura espacial requiere una combinación de enfoques técnicos y un cambio cultural. Según los especialistas, es crucial diseñar cohetes y satélites con vidas más cortas y mecanismos que permitan su reingreso controlado. Además, se está trabajando en tecnologías que podrían capturar y eliminar objetos existentes en órbita. Prevenir desechos en el espacio requiere un compromiso global de responsabilidad compartida (Reuters) En última instancia, abordar el problema de la basura espacial requiere una mentalidad de responsabilidad global. Como afirmó Lemmens: “Debemos dejar de ver el espacio como un recurso ilimitado donde podemos simplemente desechar cosas”. El caso de Kenia ilustra la urgencia de esta tarea. Mientras tanto, los habitantes de Mukuku seguirán enfrentando las consecuencias de un fenómeno que trae a la Tierra los desafíos de una órbita cada vez más saturada.

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