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  • Para evitar robos y ganar más plata, los cadetes van de a dos en las motos

    » La Capital

    Fecha: 05/01/2025 18:11

    Muchos delivery llevan a una pareja que maneja el celular, busca y deja paquetes. Así entregan más pedidos, se sienten más seguros y tienen compañía mientras conducen Por el centro. Este sábado, dos jóvenes se disponían a entregar hamburguesas que poco antes retiraron en San Martín y Córdoba. Como una forma de limitar el riesgo de robos y trabajar de forma más eficiente para sacar más pedidos, muchos cadetes en Rosario van de a dos en las motos. Los delivery de plataformas llevan a veces a su pareja que carga la mochila, maneja el celular, busca y deja los paquetes mientras el otro conduce. La Capital recogió testimonios entre varios trabajadores de aplicaciones de Rosario. Si bien no son la mayoría (algunos dicen que uno de cada 10 o 20 ), sí es cierto que cada vez se ve más seguido en las calles . ¿Cuáles son las razones? Una de las respuestas más repetidas fue la inseguridad : dos personas a bordo a veces desalientan a un ladrón solitario. Además, ahorra el riesgo de dejar el vehículo solo al bajarse en el punto de retiro y entrega, ya que siempre hay otro que se queda cuidándolo. "Es por seguridad, para no dejar la moto sola . Es más difícil que te roben si van dos", señaló Paula. Es que a veces, por ejemplo, cuando tienen que entrar al patio de comidas de un shopping a buscar un paquete, los repartidores tienen que dejar el ciclomotor bastante lejos y encontrar un lugar para estacionarlo. "Desde que trabajo de esto me robaron una vez el celular, y me quisieron robar otras tres veces la moto por tener que bajar, apagarla e ir a tocar timbre. Las veces que trabajé con mi novia atrás, se agilizó mucho", comentó Lautaro, otro cadete de Rosario. Agostina, otra repartidora, testifica: "De día es más tranquilo, pero de noche si tenés una moto muy llamativa y llevás la plata para los pedidos encima, ni loca salís sola". >>Leer más: Cadetes de Rosario lanzaron una campaña para paliar la inseguridad que padecen a diario Eficiencia La segunda ventaja que mencionan es que el acompañante puede ayudar con ciertas tareas que agilizan el trabajo y permiten entregar más, subiendo el beneficio percibido. "Con mi esposo laburamos juntos. Yo le indico más rápido por dónde ir y de paso hablo con el cliente o con servicio técnico si hay algo raro. Es más práctico y de paso cuido la moto cuando entrega los pedidos", apuntó Jésica. 67ea567b-0cb7-4396-be79-fb5250c6e45a.jpg No es el único punto positivo: también permite acortar los tiempos de espera coordinando la entrega. "Así es más fácil porque hay alguien que se fija cómo está el tránsito y por dónde conviene agarrar. Además, puede hablar con el dueño del pedido para que espere afuera o baje del edificio, y no estar esperando 15 minutos tocando timbre, escribiendo y llamando hasta que se dignen a recibirlo", señaló Alexis. Sin embargo, otros trabajadores consideran que no es una estrategia eficiente. "La moto carga más peso con dos personas, lo que reduce la velocidad y aumenta el consumo de nafta. Si es por las indicaciones, esto no es para vos. Se requiere mucha calle y además tenés que hacer el doble de plata para cubrir el salario de dos personas", apuntó Rafa, de "PeYa", como lo identifican algunos trabajadores. >>Leer más: Apps de delivery: las promociones ponen en alerta a los comerciantes Dos celulares Algunos respondieron que cada uno lleva su celular con su cuenta, y así sacan más pedidos. Pero esta teoría tiene sus detractores: señalan que tomando dos solicitudes desde un solo vehículo, siempre significa privilegiar una y demorar la otra, porque las chances de que el retiro y la entrega de ambas sean cercanas es muy baja. Es decir: siempre una va a llegar fría. Tampoco se pueden rechazar muchos pedidos buscando el "indicado" sin sufrir penalizaciones, como quedar "congelado" en espera y bajar en el ranking o aceptación, entre otras formas de multa. "Si demorás en ir hacia el punto de entrega o retiro, te pueden suspender o dar de baja la cuenta. Está en el contrato", señaló Nazareno de 25 años, que trabaja para Pedidos Ya. Es que las plataformas tienen un sistema de GPS que si el cadete se aleja mucho del lugar de entrega, le empieza a mandar notificaciones de que van a cancelar el pedido. Si lo hace muchas veces, le envían una "compliance", que es básicamente incumplimiento de contrato. Con 2 o 3 compliances en pocos meses, se le rescinde. Pero entonces. ¿por qué no sale uno solo con dos celulares? "No te podés loguear donde querés, tenés zonas que podés elegir, pero casi todas son en el centro y alrededores y se limitan a un par de cuadras. Tenés un horario para hacerlo: vas a esa zona, te logueás y trabajás", reveló Lautaro. Hay una última razón, bastante menor en cuanto a su presencia en las calles. Hay repartidores que además hacen Uber moto. Cuando llevan un pasajero, les piden que lleven la mochila. No son muchas, pero hay personas que lo cuentan. >>Leer más: Uber y Pedidos Ya, ¿una cultura disruptiva o flexibilización laboral? Cuenta suspendida Otra posibilidad es que al rider (como le dicen a los repartidores) le hayan suspendido la cuenta, o le falte documentación (permiso de trabajo, antecedentes penales o monotributo) para darse de alta. En ese caso lo ponen a nombre de la pareja, o alquilan la identidad de otro a cambio de una comisión. 73f35979-5043-4aa6-9c0c-ff20f3bee1ff.jpg Así lo contó Gianna, repartidora de la empresa de las mochilas rojas. "A veces, puede pasar que a alguien le inhabiliten o bloqueen la cuenta de forma permanente. Y para hacer otra, necesitás los datos de otra persona. PeYa es muy estricta en ese tipo de cosas", señaló. Esto da lugar a situaciones algo bizarras. "Muchas veces me sale que el pedido lo entrega Candela. Siempre viene un tipo distinto y a todos les hago el mismo chiste: 'no tenés mucha cara de Candela'. Todos me repiten lo mismo: 'Candela es mi esposa'", comentó Maru, una vecina de Arroyito. Pero esto también tiene un riesgo. Algunas aplicaciones tienen la opción de reportar a las empresas la incongruencia entre la persona que entrega y la foto de perfil. Algunos locales de comida también revisan que sea el mismo cadete antes de darle la mercadería. >>Leer más: Cómo operan y cuál es el negocio de las apps Uber y Pedidos Ya Compañía Pero lo cierto es que las únicas razones no son utilitarias o productivas: en un mundo signado por las plataformas y los nuevos modos del trabajo, en algunos casos es el momento en el que una pareja de jóvenes puede verse, y lo toman como un paseo. "Ella trabaja de día y yo de noche, así que a veces la llevo conmigo. El laburo se hace menos pesado y nos hacemos compañía", cuenta Martín (22), cadete de Rappi. "La verdad que mi novio no necesita ayuda. No tengo que decirle para dónde ir, ni recibir pedidos por él o entregarlos. Simplemente en este caso, lo hago por la compañía", apuntó Mariel, de 20 años. "Yo lo acompañaba a mi novio porque él trabajaba toda la semana y los findes hacía Pedidos Ya de la tarde hasta la noche. No teníamos mucho tiempo juntos, entonces iba con él. La pasábamos bien", recordó Lucía, de 21 años. Esto no es nuevo. Es una postal común ver a una persona atendiendo un quiosco y a un amigo o novio que le hace "la segunda". También subirse a un taxi o Uber y que adelante vaya la esposa del chofer. Lo mismo sucede en los colectivos y con los que entregan productos para Mercado Libre. Las nuevas generaciones también ven sus costumbres moldeadas por su propia forma de relacionarse con el empleo. "Mi novio antes trabajaba en Pedidos Ya y me pedía que lo acompañara para no aburrirse", subrayó Celina. Escape Según los testimonios, quizás haya algo de aventura, de conocer lugares nuevos, de ganas de escapar de un hogar asfixiante y, por qué no, de ganar experiencia para aprender un trabajo acompañados. "Mi pareja me llevaba a laburar cuando no soportaba estar en mi casa", manifestó Daniela. Valentina dio otro testimonio: "Durante un tiempo, mi ex trabajaba en delivery. Yo iba con él porque tenía depresión y no podía estar sola", confió. No faltan los que comentaron con malicia casos de "novias tóxicas" que quieren controlar a su pareja y los que señalaron que dos personas en una moto con una mochila de delivery pueden ser delincuentes disfrazados. Ha sucedido alguna que otra vez. Pero lo cierto es que la gran mayoría lo hace como una forma de trabajar juntos. Ya sea para obtener más dinero, pasar más tiempo con el otro, o tan solo compartir una forma de ganarse el pan de manera colaborativa, hacer los repartos en pareja borronea la línea entre el trabajo y el ocio, y le imprime algo de diversión a una ocupación tediosa y hasta peligrosa, como todas las que tienen la calle como escenario.

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