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  • Los “Ensobrados”

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 05/01/2025 17:44

    “La libertad que está en juego es de quienes piensan distinto a la autoridad” Jorge Lanata, en su denuncia contra Javier Milei El fallecimiento de Jorge Lanata llegó finalmente cuando el año 2024 se apagaba, como se apagó con él la vida del periodista que más incomodó al poder, desde su espíritu libre y su valentía. En verdad, a quiénes apreciamos la vida republicana, ésa que no nos permite aceptar calladamente la concentración del mando en única mano, nos invadió un sentimiento de impotencia y desamparo. Es que, Lanata, fue siempre una especie de faro de verdadera libertad en el sagrado ejercicio profesional, ése que nos levantaba el ánimo cuando advertíamos, en muchos gobiernos, que el poder intentaba quedarse con todo. “Mientras haya un Lanata -pensábamos- siempre habrá un madero de verdadera libertad en dónde aferrarse”. Lanata, un abanderado del periodismo independiente El periodista de PPT y Lanata sin Filtro, querelló al presidente Milei, por haberlo llamado mentiroso y “ensobrado”. A pesar de ser un tuitero contumaz, ningún posteo del presidente dando los pésames a la familia. No podía esperarse un acto de grandeza para quién no es grande. Menos aún un reconocimiento de que si se encuentra sentado en el sillón de Rivadavia, le debe en gran parte a la lucha contra la corrupción que emprendió Lanata y otros contra el kirchnerismo en el poder. “El poder quiere siempre periodistas genuflexos” Hay muchos periodistas valientes y comprometidos con la verdad, pero también los hay quiénes pactan con el poder de turno, como los hubo siempre. Y éstos, siguen creyendo que no se les nota la condescendencia con los poderosos. “La historia prueba que ese tipo de relaciones impropias terminan quedando al descubierto. Son los Gómez Fuentes de la dictadura, los Neustadt del menemismo, los “6,7,8” del kirchnerismo. Ellos también estaban convencidos que el truco no se les notaba”, sostiene acertadamente Gustavo González, periodista de Perfil. Y el gobierno argentino, mal que nos pese y no obstante el apoyo ciudadano, está presidido por un individuo que no sólo no tolera críticas, sino que tampoco disidencias, por más mínimas que fueran. Sin periodistas profesionales no hay república El periodismo independiente hoy es calificado por la más alta autoridad como “ensobrado”, como antes eran “subversivos” para el gobierno militar, “idiotas útiles” para el menemismo, o la “corpo” para el kirchnerismo. No son precisamente los periodistas militantes del kirchnerismo los aborrecidos por el presidente, los Gato Silvestre, los Duggan, Los Navarro, los C5N, los Radio 10, ésos no entran en la lista negra del oficialismo gobernante. Obviamente tampoco están sus aplaudidores, los que le hacen reportajes condescendientes y le cantan loas, los Luis Majul, los Pelado Trebuck, los Johnny Viale. Ésos trabajan duro para edulcorar la imagen del poder. Los que son repudiados con el verbo insultante y amenazante del presidente, son los verdaderos periodistas, los independientes, los que no venden su opinión al poder de turno, los que creen que la profesión tiene valores que defender y no personas ni gobiernos. “Milei, como Cristina, nunca se prestará a una entrevista con agenda abierta” De éstos últimos hay muchos, pero voy a simbolizarlos en un profesional impecable, de primera línea, que sufre los ataques permanentes de Milei, quién lo hizo echar días pasados de Radio Rivadavia: Marcelo Longobardi. Ni Cristina se atrevió a tanto. Dos medidas oficiales nos muestran el peligro del silencio periodístico y la oscuridad informativa. La reglamentación de la ley de acceso a la información pública realizada por esta administración, que, con el pretexto de proteger la privacidad de los funcionarios públicos, limita, y hasta impide, conocer datos “calientes” de la gestión gubernativa o del funcionario. El otro, una mentira: la suspensión de la pauta publicitaria oficial. En realidad, ésta nunca se cortó, y está ¿escondida? en las millonarias propagandas de YPF, Aerolíneas y algunas otras empresas del estado, para los medios amigos. Tal vez, un juego de palabras nos explique con mayor claridad la relación entre la “libertad de expresión” y la política en el gobierno de Javier Milei. El libertario no es “antiperonista” pero sí “antiperiodista”. Cómo todo populismo, desea eliminar o disminuir la importancia de las instituciones que intermedien entre el líder y la gente. Por ello, denigra al periodismo precisamente porque sigue siendo el medio más eficaz para combatir el pensamiento único, la mentira, la autocracia, el abuso de poder. Pretende que la sociedad se informe a través de las redes sociales del oficialismo, que tiene un verdadero ejército cibernético para difundir sus visiones, sus medias verdades, sus mentiras totales. Para eso, se hizo amigo de Elon Musk, propietario de X, cuya intervención en la política mundial con su todopoderosa red, y con sus millones que reparte por el mundo para fomentar los movimientos de ultraderecha, pretende desbancar al periodismo profesional. “En éstos tiempos, la independencia periodística es más difícil que nunca, más rara que nunca y más importante que nunca”, señala en una carta el decano más calificado de la prensa mundial, el The New York Times”, en el que se congratula en recibir el premio “Libertad de Expresión Internacional” otorgado por Perfil. La democracia callada Es cierto que en países tradicionalmente respetuosos de la prensa, hoy la están sometiendo desde el poder a ataques permanentes. Intentan acallarla. Estados Unidos, la primer democracia mundial, estará bajo el ataque de Trump, lo estuvo en su primer gobierno. Pero se agregará también el poder económico, como las visiones ultra de Elon Musk o la compra de medios, como el The Whashington Post adquirido por otro mega millonario, Jeff Bezos, dueño de Amazon. Aunque parezca obvio, digo que la pregunta que hay que formularse es si en la labor periodística el valor más grande es la imparcialidad o es la ideología y la simpatía política del periodista con el poder. La respuesta es igualmente obvia, porque sólo la imparcialidad puede generar la independencia de criterio. “La ultraderecha y los millonarios tecnológicos, pretenden adueñarse del discurso público” La cuestión principal pasa hoy por la sostenibilidad económica del periodismo independiente. Ya no sólo los gobiernos están en condiciones de descalzar a un medio, sino además, con el advenimiento del paleolibertarismo en el mundo, los mega millonarios tecnológicos utilizan su poder económico para fomentar la muerte por inanición del verdadero periodismo. En las Provincias, debe reconocerse, el periodismo independiente apenas tiene cabida en los márgenes de la actividad. El peso del aparato del estado provincial en la actividad privada, es tal que, sin la pauta publicitaria oficial, casi nadie puede subsistir. De allí, las loas permanentes al poder. Diríamos “ensobrados” para subsistir. Fiscalizar el poder es la tarea más importante del periodismo político. Para loas y vítores están los importantes aparatos comunicacionales del estado, la pauta que compra conciencias, plumas y micrófonos. Cómo lo fue Cristina, también Milei es un “temeroso” cuando su interlocutor se halla al mismo nivel, cuando el periodista pregunta sin cortapisas, cuando le pisa los callos al poder. Por eso, les da entrevistas sólo a “sus” ensobrados. De ellos sólo puede esperar los centros que gentilmente le envían para que cabecee sólo frente al arco vacío.

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