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  • Martín Belda y los servicios prestados a la Corona

    » Diario Cordoba

    Fecha: 05/01/2025 12:31

    Si bien hoy día los títulos de nobleza son distinciones de carácter honorífico que no llevan aparejada ventaja económica o fiscal alguna, en el pasado no era así, ya que los servicios prestados a la Corona, al verse recompensados con la concesión de alguno de aquellos, bien podían suponer el ascenso de varios escalones a nivel social y, en algunos casos, enriquecimiento económico. En el caso del egabrense Martín Belda y Mencía del Barrio (1820-1882), su relación estrecha con Isabel II y ser uno de los pocos políticos del entorno de esta que consiguió mantenerse activo tras la Restauración, sirvió para que Alfonso XII le concediera por Real Decreto de 5 de febrero de 1875 la merced de marqués de Cabra. El segundo de los títulos nobiliarios que tiene a Cabra presente en su denominación tras el de condado, otorgado por el rey Enrique IV en 1455 a Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, teniendo Grandeza de España. Este año 2025 se cumple el 150 aniversario de la concesión de este título y viene a colación recordar la importancia de la figura de este político en la historia de España. Su vida fue bien analizada por el profesor egabrense José María Garrido Ortega en su obra Martín Belda, un político al servicio de Isabel II, trabajo por el que recibió en 2002 el Premio Juan Valera. Familia valenciana Belda y Mencía del Barrio, cuya familia procedente de la localidad valenciana de Bocairente se estableció en Cabra una generación anterior como comerciantes de paños y vendedores de mantas, tuvo entre otras responsabilidades de ser coronel honorario de Artillería de Marina; diputado a Cortes desde 1847 hasta 1867 por Montilla y por Cabra; ministro de Marina y presidente del Congreso de los Diputados en 1867. Cuando la sublevación del 17 de septiembre de 1868 acabó con el Gobierno y supuso el final del reinado de Isabel II, marchó con esta al exilio del palacio de Castilla de París, siendo uno de los presentes cuando aquella renunció el 25 de junio de 1870 a sus derechos históricos a favor de su hijo Alfonso. Tras no ser elegido diputado por el distrito de Cabra en las elecciones de marzo de 1871, acompañó al príncipe Alfonso a Viena para su ingreso en el Theresianum y aceptó la jefatura de los alfonsinos del duque de Montpensier a partir de enero de 1872 . En 1873 aparece ya como miembro del círculo alfonsino de Madrid, presidido por Cánovas del Castillo, lo que indica su alejamiento del partido moderado. Formó parte del comité de diez políticos designado por la comisión de notables convocada por Cánovas para la redacción de un proyecto de Constitución tras la restauración borbónica y el 6 de enero de 1876 fue enviado a París como apoderado general de Isabel II. En las elecciones de enero de ese mismo año resultó elegido de nuevo diputado por el distrito de Cabra y acompañó a la reina exiliada durante su estancia en Sevilla, a partir de octubre de 1876, y presidió la comisión del Congreso que dictaminó sobre el matrimonio del rey Alfonso XII con su prima María de las Mercedes de Orleans. Fue gobernador del Banco de España desde febrero de 1878 hasta marzo de 1881, siendo elegido en 1879 diputado por última vez por el distrito de Cabra. El 1 de enero de 1882 falleció en Madrid sin descendencia. En Cabra reposan sus restos en un mausoleo en el cementerio municipal San José y una calle lleva su nombre . También dejó como legado todos los libros de su biblioteca al Instituto de Educación Secundaria Aguilar y Eslava. Suscríbete para seguir leyendo

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