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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 05/01/2025 06:34
La fiscal federal Josefina Minatta solicitó la elevación a juicio de una compleja causa; que involucra a cuatro personas en el comercio de drogas y la facilitación de dos locales nocturnos de Concepción del Uruguay, Barlovento y Club Cervecero, para la realización de fiestas electrónicas y la venta de estupefacientes. Para tratar de entender la historia de esta causa que comenzó hace seis años, la redacción de La Calle dialogó con Minatta; pero antes de conocer sus declaraciones, es importante hacer un recorrido que permita comprender la complejidad de este proceso judicial que tuvo varias apelaciones. El caso inició en 2019, cuando la Prefectura Naval Argentina advirtió sobre presuntas actividades ilícitas en estos establecimientos, que en ese momento estaban ubicados: uno en la zona portuaria de la ciudad, a muy pocos metros de donde funcionan oficinas de la fuerza de seguridad nacional; y el otro funcionaba sobre Defensa Sur, también con jurisdicción de prefectura. La investigación reveló que en dichos lugares; se facilitaba el consumo de drogas sintéticas, como éxtasis y LSD, y también se organizaban fiestas con altas concentraciones de jóvenes donde el consumo y la comercialización eran recurrentes. Entre los acusados figura Juan Carlos Meillard, actual director de Articulación Cultural de la provincia de Entre Ríos, aunque cabe aclarar que los hechos ocurrieron antes de su ingreso a la gestión pública. Los otros tres son Leila Manuela Pais, Mariano Roberto Carballo y Paulo Andrés González, ligado a la militancia dentro del Socialismo de Concepción del Uruguay. La acusación sostiene que los responsables de ambos locales; actuaron en complicidad con Cristhian Gonzalo Brem, organizador de las fiestas electrónicas, y que eran conscientes del tráfico y consumo de drogas en los eventos. Las conversaciones extraídas de teléfonos celulares refuerzan esta hipótesis: en una de ellas, se hace referencia a la «droga del Faro» –nombre con el que se conocía al local «Barlovento»–, mientras que otros mensajes muestran intentos por alertar sobre posibles allanamientos. Todo esto figura en el material al que pudo acceder la redacción de La Calle. Durante los allanamientos realizados en 2019, las autoridades secuestraron cantidades significativas de sustancias ilícitas, entre ellas, pastillas de éxtasis, troqueles de LSD, marihuana y cocaína. Además, se encontraron utensilios como balanzas digitales, picadores y envoltorios que sugerían actividades relacionadas con la distribución y consumo de drogas. En ambos locales, los responsables estaban presentes durante las operaciones, lo que, según la fiscalía, los vincula directamente con los hechos investigados. La causa atravesó diversas instancias judiciales, incluyendo sobreseimientos que posteriormente fueron revocados por la Cámara Federal de Paraná, tras insistentes apelaciones por parte de la fiscal Minatta. Según la representante del Ministerio Público Fiscal, las pruebas recolectadas –incluyendo escuchas telefónicas, declaraciones testimoniales y análisis de dispositivos electrónicos– son suficientes para sostener que los responsables de estos locales no solo tenían conocimiento de las actividades ilícitas, sino que facilitaban los espacios para su realización. En este contexto, la fiscal Josefina Minatta accedió a un diálogo exclusivo con la redacción de La Calle y respondió preguntas sobre esta situación judicial; que en su momento tuvo relevancia, tiempo después parecía resulta y hoy cobra notoriedad en los primeros días de enero de 2025. -La causa pasó por varias apelaciones. ¿Cuáles son las principales dificultades al tratar de probar delitos de facilitación de lugares para el tráfico de estupefacientes? ¿O la organización de un evento con fines de comercialización de drogas? -Siempre considere probado el delito, porque en ambos locales se secuestraron muchas pastillas de éxtasis, LSD y otras drogas sintéticas. A veces es difícil probar el aspecto subjetivo de un delito, es decir, el conocimiento y la voluntad que los imputados pueden tener en un hecho criminal para cometer ese hecho. En este caso, la Cámara Federal coincidió en que era imposible para los dueños de los locales desconocer que allí se consumían y vendían estupefacientes. -¿Cuál fue el punto de partida de esta investigación en Concepción del Uruguay y cómo se vincularon estos dos locales nocturnos con la actividad ilícita de venta de drogas? -Prefectura inició la investigación, al encontrarse ambos locales en jurisdicción de esa fuerza de seguridad. El punto en común de ambos casos, es la venta de drogas sintéticas en fiestas eléctricas organizadas en los locales. -¿Qué relevancia tuvieron las escuchas telefónicas y las pruebas periciales, para llegar a esta instancia de revocar el sobreseimiento? -Cuando se inicia un caso, se van colectando pruebas a través de distintas medidas de investigación. Yo creo que lo crucial fue allanar los locales y encontrar allí gran cantidad de estupefacientes, porque eso confirmó la hipótesis de prefectura: en esas fiestas electrónicas corría la droga. Luego se profundizó la investigación, para despejar distintas responsabilidades y para ello; los peritajes y las escuchas fueron fundamentales. -Con respecto a la posible articulación de operaciones ilícitas dentro de los locales involucrados: ¿Hay evidencias de que existieran jerarquías claras entre los involucrados? -Eso será materia de debate para el juicio oral, que es donde en definitiva se definen estos roles. En mi hipótesis; existía un organizador y dealer, y cuatro comerciantes que facilitaban los lugares para realizar los eventos, en los cuales se consumían estupefacientes. -¿Cómo puede responder la fiscalía, ante posibles planteos de las defensas respecto a la falta de pruebas directas, que vinculen a algunos de los acusados con los delitos? ¿Existe más información, producto de la investigación, que pueda llegar a ser aportada en esta causa en los próximos días? -La prueba sé termina de producir en el juicio oral. Allí van a declarar como testigos los policías, los asistentes a las fiestas, los peritos y se van a exhibir las escuchas telefónicas. La evaluación de toda esa prueba llevará a una conclusión sobre los hechos investigados y las responsabilidades de cada imputado. Lo que puedo decirte es que costó mucho investigar está causa. Puntualmente, en la investigación fueron surgiendo situaciones graves como adolescentes que se desmayaban o que lanzaban espuma por la boca y no recibían atención médica: eran trasladadas en autos particulares a sus casas ocultando el consumo. Realmente creo que al clausurar los locales pudimos evitar un desenlace trágico. Creo que más allá del resultado del juicio, es importante visibilizar la gravedad del consumo en los jóvenes. En este caso, además, se trata del consumo de jóvenes en su mayoría de clase media. De este consumo no se habla mucho, pero se trata de chicos y chicas que acceden a: éxtasis, lsd, cocaína rosa y cristal. Esto suele pasar desapercibido, porque ocurre en el centro de la ciudad; pero conlleva un riesgo para la salud de nuestra juventud igual al resto de las drogas.
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