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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/01/2025 02:43
Lo difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse en ella (Foto: EFE) Iniciado el segundo año de mandato, el presidente Milei tiene como desafío mantener la gobernabilidad, luego de un primer año donde, gracias a un programa de emergencia exitoso y el uso del veto y bloqueo en el Congreso, logró liderar la agenda política. Como suele decirse, lo difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse en ella. La duda es, ¿logrará sostenerla tan favorablemente como en 2024 o deberá enfrentar nubarrones? Existe un factor clave que probablemente sea la llave del segundo año de gestión, similar al blanqueo de capitales, que inyectó más de USD 22.000 millones a la economía y fue un punto de inflexión este año. Recordemos que Milei, en el primer año de gestión, tuvo que aplicar un severo programa de ajuste fiscal y de ingresos, que permitieron ir recomponiendo grados de libertad en el manejo de la política monetaria y cambiaria para revertir la crisis heredada en el (des)balance del BCRA. Desde 2012, cuando se estableció el cepo para manejar la escasez de divisas, la economía se mantuvo estancada con un zigzag político, coordinado por la maximización del corto plazo La inflación era de dos dígitos mensual (más de 200% anual en 2023), la brecha cambiaria entre el dólar financiero y el oficial estaba por encima del 150%, y el sistema de precios estaba averiado, con precios de bienes artificialmente elevados en una economía muy cerrada, tarifas artificialmente bajas financiadas con subsidios y baja calidad de los servicios públicos. Frente a esta dinámica, el poder de compra de los ingresos (salarios y jubilaciones) se había desplomado con la inflación. Además, desde 2012, cuando se estableció el cepo para manejar la escasez de divisas, la economía se mantuvo estancada con un zigzag político, coordinado por la maximización del corto plazo en un país con elecciones cada dos años y una escalada en los niveles de pobreza. Empezar a resolver el entuerto heredado por el actual gobierno requería un programa económico pragmático apuntando a recrear la moneda y el crédito Empezar a resolver el entuerto heredado por el actual gobierno requería un programa económico pragmático apuntando a recrear la moneda y el crédito e intentando evitar una ruptura abrupta de contratos. El esquema de política económica arrancó mucho más pragmático que lo propuesto en la campaña. Incluyó un shock cambiario controlado dentro del cepo, con un impacto inflacionario que operó como licuadora del gasto público y que permitió recomponer rápidamente el equilibrio fiscal. La reducción en las áreas del Estado, los recortes de subsidios vía aumento en las tarifas y la eliminación casi total de la obra pública y de las transferencias a provincias terminaron de hacer el trabajo. Con una combinación de licuadora y motosierra, el déficit fiscal después de intereses se redujo a cero en 2024 (caída del gasto de casi 5 p.p. del PBI), cortando de cuajo el financiamiento monetario del fisco. Desde lo externo, el punto inicial fue una fuerte depreciación del peso, una devaluación fiscal con la suba del Impuesto PAIS y la decisión de postergar los pagos a los importadores con el fin de recomponer y empezar a normalizar el capital de trabajo del BCRA. Todo ello junto con una fuerte recesión que redujo la demanda interna por la caída de los niveles de inversión y de consumo (atado principalmente al deterioro de los ingresos y de las transferencias públicas). Esto permitió una fuerte compra de divisas, que se dio a la par de una normalización parcial de los stocks de deuda comercial y por dividendos. Segunda etapa Ahora, desde junio, tras la aprobación de la Ley de bases y el fortalecimiento de la gobernabilidad luego de los vetos y bloqueos realizados en el Congreso, el programa entró en una segunda etapa, todavía de transición. Mientras que las políticas fiscales mantuvieron su continuidad, empezando a generar credibilidad en el programa, el blanqueo actuó como puente para facilitar la recuperación económica y acelerar el proceso de desinflación de la economía, luego del reordenamiento monetario del primer semestre y de ciertas turbulencias que volvieron a elevar la brecha y el riesgo país (cuando pasó de ser un indicador atrasado a uno adelantado). Mientras que las políticas fiscales mantuvieron su continuidad, empezando a generar credibilidad en el programa, el blanqueo actuó como puente para facilitar la recuperación económica El Gobierno empezó a financiarse a través del ingreso de los USD 22.000 millones de depósitos que ingresaron a la economía y que se transformaron rápidamente en nuevos créditos tomados por las empresas a través de préstamos con entidades financieras locales y el mercado de obligaciones negociables en dólares. Así, el financiamiento del crecimiento comenzó a fluir a través de la cuenta capital de la balanza de pagos, por el endeudamiento privado, que se sumó al superávit de la cuenta corriente. El Gobierno empezó a financiarse a través del ingreso de los USD 22.000 millones de depósitos que ingresaron a la economía y que se transformaron rápidamente en nuevos créditos Asimismo, este financiamiento fue el que permitió (junto con la acumulación de mayor deuda comercial de los importadores, incentivada por las tasas positivas en dólares que otorga el Gobierno con un sendero de depreciación preestablecido) cancelar en forma neta deuda externa del sector público en los últimos doce meses al tercer trimestre de 2024 y también acumular reservas internacionales. La confianza de los inversores Ahora, para conseguir la continuidad del proceso, el Gobierno sigue necesitando exhibir la capacidad de incrementar divisas en las reservas. Ello resulta clave para sostener la decisión de los inversores locales de apostar a profundizar la pesificación de la cartera y no revertir el proceso de desinflación de la economía. En 2025, la economía empieza con un tipo de cambio bajo (contracara del proceso para incentivar el carry trade) y una recomposición económica que revertirán el superávit de cuenta corriente. Luego de un superávit fiscal de casi medio punto del PBI en 2024, una estimación conservadora proyecta que la cuenta corriente podría ser deficitaria en casi 1 p.p. del PBI (USD-6.700 millones). En 2025, la economía empieza con un tipo de cambio bajo (contracara del proceso para incentivar el carry trade) y una recomposición económica que revertirán el superávit de cuenta corriente Por otro lado, Economía tiene que hacer frente a amortizaciones e intereses en dólares por USD 15.500 millones, a pesar de la baja de los sobrecargos con el FMI. Así, la cuenta de necesidades financieras se eleva a casi USD 22.200 millones, que se reduce hasta USD 11.200 millones si uno netea los depósitos del Gobierno (USD 7.000 millones en el BCRA y en el exterior) y considera que los organismos internacionales también refinancian e incrementan su deuda (USD 3.000 millones de renovación y USD 1.000 millones adicionales). Economía tiene que hacer frente a amortizaciones e intereses en dólares por USD 15.500 millones, a pesar de la baja de los sobrecargos con el FMI (Foto: Reuters) Con estos valores, el Gobierno necesitaría un nuevo blanqueo para poder afrontar el proceso de crecimiento el próximo año. Parte del mismo podría nuevamente surgir de un endeudamiento privado, aprovechando los stocks remanentes del blanqueo y el nuevo flujo de inversiones (todavía limitado por la falta de confirmación del cambio de régimen). Esto podría cubrir la mitad de las necesidades. Para el resto, el sector público deberá encargarse del tema. Si bien un repo puede aportar, el destino de estos fondos sería el de recomponer reservas internacionales, por lo que la clave del programa pasará por la capacidad de renegociar en los mercados internacionales la deuda que se amortiza. Ello permitiría tener mayores grados de libertad y elevar los niveles de acumulación de reservas internacionales. También un nuevo acuerdo con el FMI podría facilitar las cosas, aunque no está claro que este acuerdo se pueda alcanzar fácilmente bajo el actual esquema cambiario (Blend + crawl de 2%/1% mensual). El Gobierno planea sostener este esquema hasta que logre recomponer las reservas internacionales. Volver a los mercados y una buena elección de medio término serán, en este segundo año de mandato, los hitos para marcar el éxito y los que permitirán seguir manejando la agenda Volver a los mercados y una buena elección de medio término serán, en este segundo año de mandato, los hitos para marcar el éxito y los que permitirán seguir manejando la agenda. Está claro que este camino está lleno de riesgos. Un déficit excesivo en la cuenta corriente, cambios abruptos en el contexto internacional o el deterioro del humor de la sociedad pueden retrasar y dificultar este proceso. Ello le permitiría finalizar la segunda etapa del programa de transición. Luego, recién con la salida del cepo y la implementación de un nuevo esquema cambiario, se iniciaría una nueva etapa, donde sobrevendrán nuevos desafíos. La cuestión pasará por cambiar el ancla de la nominalidad de la economía, desde un sistema cambiario, a uno con base en lo monetario y financiero que permita realizar ajustes cambiarios con menor impacto, como sucede en los países de la región. Lograr acumular reservas, sostener el superávit fiscal, recrear una moneda estable y consolidar un crédito robusto en moneda local serán las claves para ello. El autor es economista, director asociado de la consultora Eco Go
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