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» Notife
Fecha: 03/01/2025 20:33
La icónica celebración de Año Nuevo en las playas de Copacabana, Río de Janeiro, terminó marcada por el desconcierto y la frustración. Más de 2,5 millones de personas se reunieron para disfrutar del tradicional show de fuegos artificiales, pero una densa muralla de humo negro cubrió el cielo tras las primeras detonaciones, opacando por completo el espectáculo. El fenómeno, que parecía sacado de una escena cinematográfica apocalíptica, generó momentos de tensión, especialmente entre los más pequeños. Sin embargo, no hubo corridas ni incidentes graves gracias al despliegue de seguridad, con controles estrictos para evitar el ingreso de botellas de vidrio y una notable presencia policial en la zona. Una noche frustrada pero sin caos El evento había comenzado con impecable organización: tres escenarios ofrecieron shows en vivo, con figuras emblemáticas de la música brasileña como Caetano Veloso, María Bethânia y Anitta. Pero la humareda, que avanzaba de forma densa y amorfa sobre la costa, dejó al público mirando incrédulo al cielo. El prefecto de Río de Janeiro, Eduardo Paes, tuvo que salir públicamente a pedir disculpas por el fracaso del espectáculo. Además, solicitó explicaciones a la empresa encargada del show, que lleva años organizando este tipo de eventos. Según las autoridades, este año el despliegue de fuegos artificiales tuvo un costo de alrededor de R$ 5,9 trillones. Puede interesarte ¿Qué pasó con los fuegos artificiales? Desde la empresa encargada del espectáculo explicaron que la causa principal del desastre habría sido una combinación inusual de alta humedad y las reacciones químicas que se producen durante las detonaciones. Aunque los artefactos pirotécnicos actuales generan menos humo que los de años anteriores, las condiciones climáticas adversas habrían intensificado el efecto. En las redes sociales, la frustración no tardó en hacerse notar. Videos y fotos del cielo cubierto de humo negro se viralizaron rápidamente, acompañados de críticas y comentarios irónicos. Algunos incluso afirmaban que nunca hubo fuegos artificiales. Una celebración empañada, pero no arruinada A pesar de los inconvenientes, la fiesta en Copacabana continuó. Las familias, muchas vestidas de blanco como es tradición, disfrutaron de los shows musicales y del espectáculo láser preparado para la ocasión. El Año Nuevo en Río de Janeiro sigue siendo un evento emblemático, aunque esta edición quedará en la memoria colectiva como una noche donde el humo le ganó al brillo de los fuegos artificiales.
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