05/01/2025 10:21
05/01/2025 10:20
05/01/2025 10:18
05/01/2025 10:18
05/01/2025 10:14
05/01/2025 10:11
05/01/2025 10:04
05/01/2025 10:04
05/01/2025 10:03
05/01/2025 10:03
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/01/2025 10:44
Red flag. La economía china pasa por un momento delicado y el régimen conducido por Xi Jinping no logra estabilizarla (Reuters) La economía de China, la segunda mayor del mundo, enfrenta una crisis estructural derivada de años de sobreendeudamiento, sobreconstrucción y sobrecapacidad industrial, que han generado problemas tanto en el ámbito doméstico como en el comercio global. La situación podría retrasar por décadas su objetivo de superar a Estados Unidos como la mayor economía del mundo, según un análisis de The Wall Street Journal. La burbuja inmobiliaria más grande de la historia, que explotó en 2021, ha provocado una pérdida estimada de 18 billones de dólares en la riqueza de los hogares chinos, de acuerdo con cálculos de Barclays. Esta cifra supera con creces las pérdidas experimentadas por los estadounidenses durante la crisis financiera de 2008-2009. A ello se suma el impacto del enfoque restrictivo del régimen chino durante la pandemia de Covid-19, lo que ha llevado a una notable caída en el consumo interno. El crecimiento económico de China, que durante años llevó a los analistas a prever que superaría el producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos alrededor de 2030, ha perdido impulso. En la actualidad, son pocos los que proyectan que esa meta pueda alcanzarse antes de mediados de siglo, si es que sucede, mientras Estados Unidos lidera el crecimiento global. Excesos inmobiliarios y endeudamiento masivo El sector inmobiliario, que durante décadas fue un motor de crecimiento en China, atraviesa una de sus peores crisis. Según estimaciones recientes, en el país hay hasta 80 millones de unidades de vivienda vacías, el equivalente a la mitad de todo el parque habitacional de Estados Unidos. El 2024 en el mundo. Claves de un año (muy) convulsionado Por Laureano Pérez Izquierdo eBook Gratis Descargar Desde que Beijing introdujo restricciones al endeudamiento de los desarrolladores en 2020, las ventas y la construcción de nuevos inmuebles se han desplomado. Aunque el gobierno ha intentado estimular el mercado con créditos baratos y flexibilización de las restricciones de compra, los resultados han sido limitados. Por otra parte, el nivel de endeudamiento total del país -que incluye deuda gubernamental, corporativa y de los hogares- se aproxima al 300% de su PIB anual. Un problema particular es el endeudamiento “oculto” de los gobiernos locales a través de vehículos financieros opacos, lo que agrava la carga del servicio de deuda. Según expertos, el peso de estas deudas en China podría ser aún más severo que en Estados Unidos antes de la crisis de 2008 o en Europa durante la crisis de deuda soberana de hace una década. Sobrecapacidad industrial y tensiones comerciales En su intento de consolidarse como un gigante tecnológico, el presidente Xi Jinping ha impulsado inversiones masivas en el sector industrial. Esto ha llevado a un aumento en la capacidad de producción, que supera ampliamente la demanda interna, lo que ha derivado en dos años de caídas en los precios de los productores chinos. La sobreoferta obliga a los fabricantes a buscar mercados en el extranjero, intensificando las tensiones comerciales con Occidente, liderado por Estados Unidos, y con mercados emergentes como Brasil e India. A estos problemas estructurales se suma un desafío demográfico. La población en edad laboral de China está disminuyendo, revirtiendo el llamado “dividendo demográfico” que había sostenido su crecimiento durante décadas. Este cambio podría dificultar aún más la recuperación económica y limitar su competitividad a largo plazo. Perspectivas de recuperación Pese a los retos, China mantiene ventajas competitivas significativas, como su dominio en la manufactura global y sectores emergentes como los vehículos eléctricos y las energías renovables. Además, sus autoridades han demostrado habilidad en la gestión de crisis anteriores y están preparando nuevos estímulos para reactivar la economía. Sin embargo, los excesos acumulados en las últimas décadas han colocado a Beijing en una posición precaria, justo en un momento en que las tensiones comerciales y los desafíos económicos globales aumentan. La evolución de estas dinámicas será clave para el futuro del crecimiento chino y su impacto en la economía mundial.
Ver noticia original